La negativa de los reservistas a acudir a su cita con el Ejército israelí pone a prueba al Gobierno de Netanyahu

Con ello quieren unirse al rechazo social contra la polémica reforma que quiere dejar al Poder Judicial bajo el control del Ejecutivo conservador.

Benjamín Netanyahu vuelve a ser elegido primer ministro en Israel
Benjamín Netanyahu vuelve a ser elegido primer ministro en Israel
POOL

Benyamin Netanyahu pide calma a su partido en un momento de convulsión interna en Israel ante los polémicos planes de reforma del sistema judicial que maneja el primer ministro. El líder del Likud encabeza un Gobierno nunca visto en la historia del Estado judío, con el ultranacionalismo sionista en asientos clave, por lo que el país asiste a situaciones inéditas como la negativa de decenas de reservistas voluntarios a acudir a su cita con el Ejército en protesta por los cambios que pretende hacer el Ejecutivo conservador.

De momento se trata de un gesto simbólico que no afecta a la operatividad de las Fuerzas Armadas, que en las últimas horas han intervenido en Yenín o bombardeado Siria, pero preocupa que el movimiento coja fuerza en el seno de una institución sagrada en Israel. El tema es tan grave que toda la oposición, en lugar de usarlo como arma arrojadiza contra el Ejecutivo, se unió para pedir a los soldados que cumplan con su deber.

"Este tipo de negativas son fenómenos peligrosos a los que hay que oponerse con firmeza, pero cuando lo hacemos, incluso en el fragor del momento, debe hacerse dentro de los límites del discurso. Nuestro objetivo es tratar de calmar las tensiones y no inflamarlas, y esto se aplica a todos sin excepción", fue el mensaje que dirigió Netanyahu a su partido. Las palabras del primer ministro tenían como objetivo a su diputado Shlomo Karhi, quien recurrió a las redes sociales para decir a estos reservistas que irán "al infierno" por no acudir a la llamada a filas.

Karhi recibió también la respuesta inmediata de decenas de militares que se concentraron frente a su residencia. Uno de los manifestantes declaró al Canal 12 de la televisión israelí que habían estado "en todas las esquinas del mundo por el bien de este país y el infierno es un destino demasiado lejano. No nos iremos a ninguna parte, nos quedamos para luchar por la democracia", afirmó con evidente enfado.

El servicio militar en Israel es obligatorio y dura tres años, aunque después el periodo en la reserva se alarga hasta que se cumplen los 40 años. A partir de este momento, el servicio es voluntario, por lo que quien no acude a filas no puede ser castigado.

Holgada mayoría parlamentaria

La alarma estalló cuando 37 pilotos de combate reservistas dijeron que no se presentarían al entrenamiento de esta semana para poder dedicar ese tiempo "al diálogo y la reflexión en aras de la democracia y la unidad nacional". Fue el primer paso público, pero hay muchos más que ya han adoptado también esta decisión. Con ello quieren mostrar su rechazo al Gobierno en las protestas semanales que se celebran contra la polémica reforma que quiere dejar al Poder Judicial bajo el control del Ejecutivo, una prioridad para el líder del Likud desde que comenzó el juicio al que está sometido por corrupción.

Netanyahu y sus aliados, tanto ultraortodoxos como ultranacionalistas, sostienen que parte de los jueces se han podido exceder en sus actuaciones y de ahí la supuesta necesitad de establecer un cambio legal en su supervisión. En cualquier caso, pese a las protestas y a la fuerte división, el controvertido proyecto de ley sigue adelante y se votará a finales de la próxima semana en un Parlamento donde los conservadores gozan de una holgada mayoría.

El malestar con el primer ministro se extendió también a la aviación civil. De hecho, según el canal N12, la compañía nacional El Al Israel ha tenido problemas para encontrar una tripulación dispuesta a llevar a Netanyahu en su visita oficial a Italia de esta semana.

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