Cerca de dos millones de franceses se movilizan contra la reforma de las pensiones de Macron

La segunda jornada de huelga convocada por los sindicatos vuelve a obtener un respaldo masivo entre los ciudadanos.

Manifestaciones en París en la huelga general convocada contra la reforma del sistema de pensiones.
Manifestaciones en París en la huelga general convocada contra la reforma del sistema de pensiones.
EFE/Ian Langsdon

Los sindicatos franceses volvieron a protagonizar este martes una nueva jornada de lucha en su pulso contra la reforma de las pensiones que persigue el presidente, Emmanuel Macron. En la segunda gran jornada de huelgas y manifestaciones exigieron la retirada del proyecto estrella del actual inquilino del Elíseo y anunciaron nuevas protestas para el próximo martes 7 y el sábado 11. Macron quiere elevar progresivamente la edad mínima de jubilación de los 62 años actuales a los 64 en 2030 y fijar en 43 años el periodo de cotización necesario para cobrar una pensión completa.

Según la prefectura de policía, 1,3 millones de franceses salieron a las calles de todo el país para manifestar su oposición. De este montante , 87.000 lo hicieron en París. El sindicato CGT, convocante de las marchas, reivindicó 2,8 millones de manifestantes, entre ellos 500.000 parisinos. El 19 de enero, día de la primera movilización, también hubo baile de cifras: 1,2 millones de manifestantes, según la Policía, y 2 millones, para las centrales.

De Marsella a París, pasando por Lille, Burdeos o Toulouse, los ciudadanos galos exigieron la retirada de una reforma que consideran ineficaz, brutal e injusta. Se resisten a trabajar dos años más para poder jubilarse con una pensión plena. Siete de cada diez franceses (72%) se oponen al proyecto de Macron, según un sondeo reciente del instituto Elabe.

Menos funcionarios públicos hicieron huelga: un 19,4% frente al 28% de la primera jornada de protestas, según cifras del ministerio de la Administración Pública. Pero el 55% de los trabajadores de las refinerías y depósitos de carburantes de TotalEnergies secundaron los paros, según la compañía. La CGT calculó entre un 75 y un 100% de huelguistas. El 19 de enero, el 65% de empleados de este gran grupo empresarial petroquímico fueron a la huelga.

En la enseñanza pública, el 26,6% de profesores de Primaria pararon y el 25,2% en Secundaria, según el Ministerio de Educación. Las centrales aseguraron que fueron el 50% en Primaria y el 55% en Secundaria. El 19 de enero, hubo un 42,3% y un 34,6%, respectivamente.

El 36,5% de los trabajadores de la SNCF, la empresa estatal de ferrocarriles, no fueron a trabajar por la protesta, lo que llevó a supresión de 423 trenes de alta velocidad y miles de viajes regionales. El mes pasado el porcentaje de huelguistas fue del 46,3%. En el metro de París, solo las dos líneas automáticas funcionaron normalmente, mientras que otras estuvieron cerradas y algunas solo funcionaron en hora punta. 

El Gobierno había previsto un fuerte dispositivo de seguridad: 11.000 policías y gendarmes movilizados en todo el país, de los que unos 4.000 se desplegaron en París. A pesar de ello, se registraron algunos incidentes en la manifestación de la capital, donde hubo enfrentamientos. Hubo treinta detenidos, según un balance provisional.

La sordera del Elíseo

Macron, de momento, hace oídos sordos y no da su brazo a torcer. "La reforma de las pensiones suscita interrogaciones y dudas. Las escuchamos. El debate parlamentario se abre. Permitirá, en la transparencia, enriquecer nuestro proyecto con un rumbo: garantizar el futuro de nuestro sistema por reparto. Es nuestra responsabilidad", dijo la primera ministra, Elisabeth Borne.

Los sindicatos y los partidos de izquierda, en cambio, piensan que el plan retributivo no está en peligro y que la reforma no es necesaria. Aunque hubo más manifestantes en las calles que el 19 de enero, el seguimiento fue menor en los transportes, la educación, la administración pública y la energía. Esto se explica porque muchos trabajadores franceses prefieren guardarse días de huelga y no perder una jornada de salario en previsión de que las protestas durarán semanas y que los necesitarán más adelante.

"El señor Macron va a perder seguro. Nadie quiere su reforma. Cuantos más días pasan, más oposición hay", constató en la manifestación de Marsella Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, el equivalente de Podemos en Francia. "Lo que ahora esperamos es que el Gobierno reabra el informe y renuncie a los 64 años", dijo Laurent Berger, secretario general de la Confederación Francesa del Trabajo (CFDT), uno de los sindicatos más influyentes de Francia. 

Philippe Martinez, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), advirtió que "si el Ejecutivo y el presidente de la República continúan con ese tono despectivo hacia las movilizaciones, habrá que endurecer el tono y plantearse la cuestión de la huelga indefinida".

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