Rusia huye de Liman en su primer desastre militar tras la anexión de parte de Ucrania

El líder checheno Kadirov pide a Putin que use armas nucleares después de una retirada que abre a los ucranianos las puertas de Lugansk.

Un tanque ruso destrozado en una carretera UKRAINE RUSSIA CONFLICT
Un tanque ruso destrozado en una carretera UKRAINE RUSSIA CONFLICT
OLEG PETRASYUK

Poco ha durado en el Kremlin la alegría por la anexión de las regiones ocupadas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. El Ejército ucraniano entró a primeras horas de la tarde de este sábado en Liman, una localidad perteneciente al óblast de Donetsk y lindante territorialmente con Lugansk que contiene un gran valor militar debido a su condición de nudo estratégico de comunicaciones y su propia ubicación dentro del Donbás invadido. La reconquista se produjo justo veinticinco horas después de que el presidente Vladímir Putin firmase en una ceremonia solemne en el Kremlin los decretos de adhesión de las cuatro regiones de Ucrania para formalizar su regreso a la "madre Rusia".

La recuperación militar de la ciudad se produjo de la manera más bochornosa posible para Moscú en estos momentos de euforia. Los ucranianos lograron cercar a los 5.000 soldados rusos acantonados en Liman en una madrugada. Incluso el sábado por la mañana les pusieron unas grabaciones retransmitidas con altavoces donde una voz de mujer les instaba a rendirse. Embolsados y a punto de verse sometidos a un intenso fuego desde tres direcciones diferentes, el Ministerio de Defensa ordenó finalmente a sus unidades que se retiraran. Toda la fuerza que Putin pretendía conseguir para insuflar bríos a la invasión con las anexiones -repudiadas por la mayoría de los países occidentales y no reconocidas ni siquiera por Turquía, que brega en favor de unas conversaciones de paz y ayer las rechazó por contravenir el Derecho Internacional- se fueron por la borda a la carrera.

Desde el viernes los ucranianos llevaron a cabo una envolvente que les permitió rodear prácticamente la localidad y bloquear todos sus accesos. El propio Denis Pushilin, jefe de la autoproclamada república de Donestk, mencionó esta pinza una vez terminados los discursos de Putin en el Kremlin y en la Plaza Roja con motivo de la firma de los decretos. Pushilin admitió ya entonces la gravedad del cerco y señaló que la operación militar era "preocupante" y un mal broche a las nuevas anexiones territoriales.

Durante la madrugada Moscú lanzó intensos bombardeos contra las unidades ucranianas pero no pudo romper el cierre. Se había consumado el mayor asedio sufrido por el Ejército ruso desde el inicio de la guerra. Su portavoz, el general Igor Konashenkov, confirmó a media tarde del sábado la retirada de los invasores y los separatistas de Liman. "Dado que existía una amenaza de cerco, las tropas aliadas fueron retiradas del asentamiento hacia líneas más ventajosas". Admitió que "las unidades ucranias tenían superioridad tanto de hombres como de armamento", pese a que la artillería rusa había causado al menos doscientas bajas y destruido un buen número de tanques y blindados de dos brigadas mecanizadas.

Salida segura

Según el gobernador ucraniano de Lugansk, Serhii Haidai, los ocupantes llegaron a pedir una salida segura, pero los kievitas respondieron que sólo podían romper el cerco, "rendirse o morir". Al final, los rusos optaron por la primera condición y huyeron de Liman a sangre y fuego.

"Liman es importante porque es el siguiente paso hacia la liberación del Donbás. Psicológicamente resulta muy importante", destacó el portavoz del Grupo Oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Serhii Cherevatyi. De hecho, esta es la segunda gran victoria de Kiev en los territorios ocupados tras la caída del frente ruso en Járkov hace tres semanas.

La conquista de Liman deja a los invasores sin uno de sus grandes centros logísticos en el Donbás, lo cual complica su defensa del territorio a lo largo de mil kilómetros, y abre la puerta a que los ucranianos intenten entrar a Lugansk por otras dos ciudades estratégicas: Kreminna y Severodonetsk. No obstante, el Instituto de la Guerra de Estados Unidos ha pronosticado que Rusia construirá ahora una nueva línea defensiva frente a la ciudad para dificultar que el Ejército ucraniano pueda maniobrar desde allí pensando en una eventual incursión en Lugansk.

La victoria ucraniana representa, si cabe, una las mayores humillaciones del gobernante ruso desde el comienzo de la guerra ya que se produce veinticuatro horas después del solemne acto de adhesión de los territorios ocupados a la "patria histórica", según dijo el propio Putin en su discurso oficial. La retirada de Liman ensombrece aún más la misión rusa en Ucrania, pese a haberse anexionado un nada desdeñable 15% del territorio, equivalente a la superficie de Portugal. Ha enardecido los ánimos.

El checheno Kadirov insta a Rusia a usar armas nucleares "de baja potencia" en Ucrania. "En mi opinión, hay que tomar medidas más drásticas, hasta la declaración de la ley marcial en las zonas fronterizas y el uso de armas nucleares de baja potencia", ha asegurado Kadírov en un mensaje en Telegram en el que condena el "nepotismo" dentro del ejército ruso.

El mantenimiento de los territorios ocupados implica mantener una línea de defensa de mil kilómetros de longitud. Su mantenimiento se está convirtiendo en un esfuerzo titánico y una hemorragia de sangre que también cuestiona la fiabilidad de la estrategia de Vladímir Putin y las capacidades de su Estado Mayor. Coincide esta operación con malas noticias desde el frente para el Kremlin. Distintos observadores de confianza han recogido el desánimo de los primeros reservistas enviados al campo de batalla, no solo por el propio efecto psicológico de verse impulsados a la línea de fuego sino por sus condiciones materiales. Ya se han producido quejas por los problemas de abastecimiento, la falta de medicinas e incluso las deficiencias en los equipamientos.

El aluvión de soldados movilizados, 300.000, ha hecho esfumarse las reservas de uniformes e incluso resulta difícil encontrar pertrechos en los comercios de ropa militar. Hay soldados que están acudiendo al combate con ropas de camuflaje de pescador mientras Putin proclama desde el Kremlin que las regiones anexionadas nunca serán devueltas a Kiev.

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