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Paz para las urnas en Hong Kong

Tras tres días de relativa calma, la ciudad celebra mañana unas elecciones municipales como un plebiscito gubernamental con 31.000 policías en alerta máxima.

Hong Kong (China), 23/11/2019.- A man prepares outside a polling station for the 2019 District Council Ordinary Election in Hong Kong, China, 23 November 2019. On 24 November 4.13 million registered voters in Hong Kong will cast their votes for the 2019 District Council Ordinary Election. (Elecciones) EFE/EPA/FAZRY ISMAIL District Council Ordinary Election in Hong Kong
Un hombre coloca información sobre dónde se encuentra el colegio electoral.
EFE/Fazry Ismail

Jessica Chen va a votar mañana con rabia. "El voto es más fuerte que la bala", afirma, parafraseando al presidente estadounidense Abraham Lincoln. Chen estudia en la Universidad Baptista de Hong Kong y es una de los cientos de miles de personas que llevan casi seis meses exigiendo democracia plena en la excolonia británica. Aunque las elecciones de este domingo son municipales, y los candidatos en anteriores comicios se centraban en buscar soluciones para los problemas del día a día de los ciudadanos, ella ha determinado su voto pensando en una política que va mucho más allá.

"No me importa si por mi calle pasan pocos autobuses o si hay que construir un nuevo puente, yo lo que quiero es que mi papeleta sirva para castigar al Gobierno de Carrie Lam. Por eso, voy a votar a un demócrata que apoya explícitamente las protestas", sentencia esta joven que se define como 'localista', un movimiento con claros tintes secesionistas. Conscientes de que las elecciones trascienden los 18 distritos del centro financiero más importante de Asia, muchos de los 1.090 candidatos que se presentan a 452 puestos han hecho suyo el lema de las manifestaciones: 'Cinco demandas, ni una menos'.

En el extremo opuesto está Jeremy Ng. Él también votará airado, pero lo hará a un representante de lo que se conoce como el 'campo azul'. O sea, al candidato de un partido prochino. "En realidad, no es correcto decir 'prochino'. Si acaso, es un partido que apoya el actual 'status quo' y el modelo 'un país, dos sistemas'", apunta con un tono de reproche este empresario que se acerca a la jubilación. "Mi voto censura la actitud de los jóvenes antisistema que están destruyendo Hong Kong. La economía se está desmoronando, la violencia se ha convertido en algo habitual, y lo que van a conseguir es que, finalmente, China termine interviniendo para arrebatarnos lo que nos diferencia del resto del país", apostilla.

Hong Kong (China), 23/11/2019.- Protesters hold placards during the Stop Killing Our Kids anti-chemical weapon march in Hong Kong, China, 23 November 2019. Hong Kong is in its sixth month of mass protests, which were originally triggered by a now withdrawn extradition bill, and have since turned into a wider pro-democracy movement. (Protestas) EFE/EPA/JEON HEON-KYUN Anti-chemical weapon march in Hong Kong
Una madre protesta en Hong Kong contra las armas químicas con un cartel en el que se puede leer: 'Dejar de matar a nuestros hijos'.
EFE/Jeon Heon-Kyun

Dos visiones

Ng tampoco va a tener dificultad para encontrar a quien le represente, porque hay candidatos que han encontrado en la condena de la violencia el eslogan perfecto. "Quedarse en silencio es consentir. ¿Vas a consentir que se vandalice la ciudad? Yo condeno la violencia y la falta de respeto a la ley. Apoyo la estabilidad y la prosperidad", escribe en la propaganda electoral Ip Chun Yuen, un candidato del partido conservador DAB, que apela al pragmatismo de quienes están cansados de las protestas, y que muchos consideran la mayoría silenciosa. No en vano, en la anterior cita electoral, en 2015, los partidos que abogan por mantener el orden establecido ganaron de forma contundente al bando prodemocracia: 298 a 126.

Con estas dos visiones enfrentadas, los hongkoneses participan este domingo en unas elecciones que han logrado lo que ninguna otra medida: pacificar Hong Kong. Aunque las heridas de medio año de batallas siguen abiertas en forma de semáforos destrozados, estaciones de metro a medio gas, y manchas negras allí donde han caído cócteles molotov o se ha prendido fuego a barricadas, la ciudad vivió el sábado más tranquilo desde el pasado 1 de julio, cuando el asalto al Parlamento regional marcó un punto de inflexión en el uso de la violencia. Desde aquel día, se han disparado más de 10.000 proyectiles de gas lacrimógeno y más de 4.500 personas han sido detenidas.

"Espero que la gente pueda votar en paz. No podemos darle al Gobierno ninguna excusa para posponer los comicios", comenta Gloria Ng, candidata demócrata en el barrio de Mongkok. Pero que las manifestaciones hayan dado un respiro a esta megalópolis de siete millones de habitantes -4,12 millones pueden votar mañana- no quiere decir que las elecciones estén exentas de polémica. Un candidato, el activista Joshua Wong, ha sido descalificado sin que se hayan ofrecido razones convincentes para ello, y cientos de manifestantes permanecen bajo arresto y no podrán ejercer su derecho al voto. No en vano, los últimos días han circulado mensajes por Telegram pidiendo a quienes han participado en las protestas que eviten salir de casa para evitar arrestos en masa que resten votos al bando prodemocracia.

En las calles, este domingo 31.000 policías -el cuerpo al completo- protegerán los colegios electorales y tratarán de evitar enfrentamientos ataviados con el equipo antidisturbios, algo que nunca antes había sucedido. No obstante, la chispa que prende la ira puede saltar en cualquier momento, y muchos temen que las calles vuelvan a arder en cuanto acabe la votación. La tensión es máxima en barrios como Yuen Long, escenario de graves palizas y territorio de Junius Ho, el político más odiado por los anticomunistas.

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