Por
  • José María Serrano Sanz

Europa

A Europa ya solo le pertenece su pasado.
A Europa ya solo le pertenece su pasado.
HERALDO

Desconcertados. Así estamos los europeos, porque el mundo se nos escapa de las manos. Ahora resulta que la pelea en el escenario principal es entre China y Estados Unidos y nosotros estamos distraídos en el primer anfiteatro. Los americanos parecen dueños del presente, con sus empresas, su tecnología y su armamento, y los asiáticos del futuro, con su potencial, sus recursos y su aparentemente prudente estrategia. A nosotros solo nos pertenece el pasado, pero es efímero y nos lo robará quien reescriba la historia, lo que sin duda ocurrirá. Mientras tanto, solo disponemos de un liderazgo deficiente de nuestra ‘primera potencia’ (Alemania), otro impotente de nuestra ‘vieja potencia’ (Francia) y varias fugas: Gran Bretaña, autista; Italia, descabezada; España, ensimismada; el este, sin norte; y el norte protestante (pescadores y madereros durante siglos), embelesado con su transitoria superioridad. Fue Alemania (demasiado pequeña para liderar, demasiado grande para ser ignorada, dijo alguien) la autora de esta inviable Europa, con su alocada asimilación del este, su interesado diseño del euro y su insolidaria alineación con la nueva Liga Hanseática.

Tan débil ha quedado Europa que el bronco Trump se atreve a venir a darle la puntilla. A pasearse por Londres sin careta, animando a destruir un posible aliado, pero también un contrapeso. Sin solidaridad interna y defensa común, no hay Europa posible y esto no parece estar en el horizonte.

José María Serrano Sanz es académico de Ciencias

Morales y Políticas y catedrático de Economía (Unizar)

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