Philippe, "un hombre de derechas", asume el timón del primer Gobierno de Macron

Philippe, de 46 años, presenta un perfil que le convierte en una suerte de alter ego conservador de Macron.

El primer ministro francés, Édouard Philippe, ha anunciado las líneas maestras de los presupuestos de 2019.
Édouard Philippe asume el timón del primer Gobierno de Macron.
AFP

Édouard Philippe, que se define como un "hombre de derechas" y delfín del ex primer ministro Alain Juppé, ha sido el elegido por el presidente francés, Emmanuel Macron, para llevar las riendas de su primer Gobierno, con el fin de atraer al electorado conservador.

Philippe, de 46 años, presenta un perfil que le convierte en una suerte de alter ego conservador de Macron, partidario como él de trascender las barreras ideológicas tradicionales y criado en los mismos viveros de la élite política por los que pasó su ahora jefe.

Pese a que era el gran favorito, su designación, prevista para primera hora de la mañana local, se retrasó horas, lo que disparó los rumores acerca de un eventual desacuerdo entre ambos.

Finalmente, el secretario general del Palacio del Elíseo, Alexis Kohler, hizo una fugaz aparición para confirmar el nombramiento de Philippe, alcalde de la ciudad portuaria de Le Havre, en Normandía (noroeste de Francia), y diputado por la formación conservadora Los Republicanos.

Aunque no sorprendió a nadie, la elección ha sido escrutada con suma atención por los franceses, que la consideran el primer gran indicio de cuál será el rumbo que quiere imprimir Macron al país.

Philippe cumple los requisitos que el nuevo presidente, que asumió este domingo mismo el cargo, había fijado para su jefe de Gobierno: debía tener experiencia parlamentaria, pero al mismo tiempo encarnar la renovación.

Con su designación, además, Macron se acerca de manera no disimulada al votante conservador, después de haber incluido ya en sus listas para las próximas legislativas de junio a varios diputados socialistas.

Una veintena de legisladores del centro y la derecha -entre ellos alguna primera figura como el alcalde de Niza, Christian Estrosi- reclamaron a sus partidos, nada más conocerse la noticia, que respondan a la "mano tendida" por el mandatario.

En una breve comparecencia tras el traspaso de poderes en el palacio de Matignon (sede de la jefatura del Gobierno), Philippe se reivindicó como un "hombre de derechas" frente a su predecesor, el socialista Bernard Cazeneuve, a quien agradeció su sentido de Estado, "que constituye un ejemplo".

Pese a sus diferencias ideológicas, recordó que ambos coinciden en que "el interés general debe guiar el compromiso de los cargos políticos". También tuvo Philippe palabras de homenaje para su mentor, Juppé, quien acogió con alegría su nombramiento, al contrario que su partido, Los Republicanos.

El secretario general de los conservadores, Bernard Accoyer, marcó distancias con el nuevo primer ministro, al tildar de "decisión individual" su entrada en el Gobierno Macron.

"Tradicionalmente, el primer ministro es el jefe del partido del presidente. Philippe debe aclarar si apoya a los candidatos del partido del presidente o a los nuestros", indicó Accoyer, antes de agregar en la red social Twitter que, al aceptar el puesto, "él mismo se sitúa fuera de nuestra familia política".

Tampoco le dio árnica el resto de rivales del espectro político, para los cuales su designación deja en evidencia la colusión de intereses entre los partidos tradicionales de la izquierda y la derecha.

El nombramiento es "la alianza sagrada de las viejas derechas e izquierdas, unidas para mantenerse en el poder a cualquier precio y continuar las mismas políticas de austeridad, de sumisión a Bruselas, de inmigración masiva y de permisividad que tanto han perjudicado a Francia", a juicio de la ultraderechista Marine Le Pen.

En un comunicado, la presidenta del Frente Nacional calificó a Philippe como "la síntesis perfecta" de las dos presidencias precedentes, la del socialista François Hollande y la del conservador Nicolas Sarkozy.

El izquierdista Jean-Luc Mélenchon, cuarto en la primera vuelta de las pasadas presidenciales, consideró que con su elección "Macron se apropia de la derecha moderada, como hizo anteriormente con los socialistas".

Mientras, el primer secretario del Partido Socialista, Jean-Christophe Cambadélis, cree que Philippe es "un giro a la derecha" para Macron, lo que hará preciso, para compensar, la elección de muchos diputados socialistas en las próximas legislativas.

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