Macron, en el punto de mira de Moscú

A medida que el candidato socioliberal francés se acerca a la victoria en las presidenciales, su nombre se sitúa más en el punto de mira de los medios rusos.

Macron.
Macron dice querer emprender una nueva etapa para poder transformar Francia

A medida que el candidato socioliberal Emmanuel Macron aparece más próximo a la victoria en las presidenciales francesas, su nombre se sitúa en el punto de mira de los medios oficialistas rusos, lo que ha levantado sospechas sobre la voluntad de Moscú de apartarle del Elíseo.

Convencido atlantista y europeísta, quien fuera hombre de confianza del presidente, François Hollande, es el menos "rusófilo" de los favoritos en la carrera electoral, en la que sus principales rivales son la ultraderechista Marine Le Pen y el conservador François Fillon.

Si la primera ha financiado al Frente Nacional (FN) con dinero procedente de bancos rusos, según reconoció ella misma, el segundo no oculta su amistad personal con el presidente, Vladimir Putin.

Mientras Fillon pelea por desembarazarse de las sospechas de corrupción que lastran su campaña, Macron asciende como la espuma y todos los sondeos le dan como ganador en una hipotética segunda vuelta frente a Le Pen.

"La Rusia de Putin apoya todo movimiento soberanista, detesta el liberalismo", asegura el periodista Nicolas Henin, autor del libro "La Francia rusa" y experto en las relaciones entre ambos países.

A su juicio, Rusia no dudará en inmiscuirse en la campaña "por medios legales, ilegales o alegales", desde la propagación de rumores a la injerencia informática, señaló Henin en declaraciones al Huffington Post.

De momento, la joven promesa socioliberal ve cómo las ediciones en francés de algunos medios rusos cercanos al Kremlin ya han comenzado a airear supuestos asuntos de su vida privada.

Russia Today y Sputnik han publicado una entrevista con el diputado conservador francés Nicolas Dhuicq, cercano a Putin y al líder sirio Bachar al Asad, en la que asegura que Macron es el candidato "del riquísimo 'lobby' gay".

Esas insinuaciones han venido acompañadas de rumores que aseguran que Macron, casado con la que fue su profesora de francés en el colegio, es homosexual e incluso mantiene una relación secreta con el director de la radio pública francesa, Mathieu Gallet.

El propio Macron ha negado su homosexualidad y en un reciente mitin incluso ironizó con el asunto. "Algunos dicen que llevo una doble vida. Es desagradable para Brigitte (su esposa). Pero como compartimos todo, de la noche a la mañana, se pregunta cómo lo logro físicamente. Afortunadamente yo no le pago por eso", aseguró en una clara alusión a los problemas Fillon con un supuesto empleo ficticio de su esposa.

Las alegaciones contra el exministro no cesan ahí. Los medios rusos le consideran un "agente del gran sistema bancario estadounidense" mientras repiten las críticas del diputado Dhuicq: "Creo que el único objetivo del muchacho es alimentar su ambición personal, porque no tiene intención de seguir en política si no gana".

Según algunos observadores, la tensión en torno a Macron crecerá a medida que avance la campaña. El próximo episodio puede llevar la firma de Wikileaks.

El fundador del sitio de difusión de documentos secretos, Julian Assange, aseguró al diario ruso Izvstia que, en los próximos días, sacarán a la luz papeles comprometedores para Macron relacionados con los correos electrónicos de la exsecretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton, cuya difusión tanto le perjudicó en la campaña estadounidense.

El exministro ya ha tenido una muestra del poder de los piratas informáticos. Cuando el noviembre pasado lanzó su candidatura, la web de su movimiento político, En Marche! recibió un centenar de intentos de intrusión, un ritmo que se ha acelerado desde enero pasado, cuando los sondeos comenzaron a situarle en los primeros puestos, según revela este jueves el semanario satírico Le Canard Enchaîné.

El sitio ha sufrido casi 2.000 ataques informáticos, la mitad de ellos procedentes de Ucrania. Las autoridades francesas se toman muy en serio la amenaza de injerencia rusa en las elecciones y sus servicios secretos sospechan que lo harán para tratar de favorecer la victoria de Le Pen.

Recientemente, reunieron a los responsables de Internet de todos los candidatos para prevenirles del peligro, un encuentro al que no asistieron los representantes de la líder ultraderechista.

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