Fillon, el peor rival para Marine Le Pen

"Es Thatcher y Reagan reunidos" definían en el cuartel general al ganador de la primera vuelta de las primarias conservadoras.

François Fillon
Fillon, el peor rival para Marine Le Pen
AFP

Mala noticia para Marine Le Pen. François Fillon es el peor rival que se podría esperar en las elecciones presidenciales francesas de la próxima primavera. El indiscutible favorito para ganar el próximo domingo frente al también ex primer ministro Alain Juppé la investidura del centroderecha al Elíseo constituye un dique al avance de la extrema derecha por sus posiciones ultraconservadoras en políticas económicas, sociales y de seguridad. En todas las encuestas realizadas este año, Fillon se impone a la presidenta del Frente Nacional (FN) en caso de duelo en la segunda vuelta presidencial con 20 a 28 puntos de ventaja.


"Es Thatcher y Reagan reunidos" definían en el cuartel general frentista al ganador el domingo de la primera vuelta de las primarias conservadoras, que nunca ha disimulado su admiración por la Dama de Hierro. "Tiene un proyecto económico delirante", insistía David Rachline, director de la campaña presidencial de Le Pen. La candidata ultraderechista, heredera dinástica exenta de primarias, tiene asegurada la presencia en el cuerpo a cuerpo decisivo del combate por el Elíseo en mayo según el dictamen unánime de los sondeos. Su lema es "en nombre del pueblo" y el emblema, una rosa azul marina, símbolo de la síntesis populista entre izquierda y derecha.


Los estrategas ultras reconocen que Fillon es un mal cliente en su operación de asalto a la jefatura del Estado. "Una gran parte de los conservadores y de los católicos tradicionales tendrán menos la impresión de taparse la nariz para votar. Eso corta las posibilidades y deja menos espacio al FN", admitió un responsable frentista bajo la cobertura del anonimato.


Autor de un ensayo titulado 'Vencer al totalitarismo islámico', Fillon también es un contrincante temible en la explotación de las tendencias islamófobas en un país sacudido por el terrorismo yihadista, uno de los terrenos abonados a la prosperidad del lepenismo. Además su posición en política internacional linda con las tesis del FN por su deseo de una diplomacia reequilibrada a favor de Rusia y de Irán en detrimento de Estados Unidos y los suníes.


A los cerebros del FN les queda el consuelo de pensar que no será bueno el trasvase de votos desde la izquierda hacia un candidato conservador calificado como "el más ultra de todos" por su vicepresidente, Florian Philippot. De ahí que hayan comenzado a enfatizar que fue el "jefe de orquesta" de la política promovida por Nicolas Sarkozy en el Elíseo entre 2007 y 2021 como primer ministro durante todo el mandato.


Los socialistas celebran el triunfo de un aspirante claramente conservador que les amplía la posibilidad de esgrimir el espantajo de 'que viene la derecha' como recurso para evitar una suicida división por la anunciada multiplicación de candidaturas. "Es ultraconservador, ultraliberal, ultra antimatrimonio para todos, ultra antisocial", enumeró el secretario general del Partido Socialista, Jean-Christophe Cambadélis, sin olvidar su pretensión de suprimir medio millón de funcionarios, el doble que Juppé. "Francia no necesita soluciones ultraliberales y conservadoras. Al contrario, necesita invertir en educación y en formación", proclamó el primer ministro, Manuel Valls.


Fillon tiene al alcance de la mano conquistar la candidatura del centroderecha y, por ende, convertirse en el favorito para ser el próximo presidente de Francia. El domingo aventajó a Juppé en 16 puntos (44,1% frente a 28,5%) y más de 600.000 votos. Además puede contar con una aportación significativa de electores de Nicolas Sarkozy (20,6%) y Bruno Le Maire (2,4%), aspirantes eliminados que le brindaron su apoyo. Respaldado por Nathalie Kosciusko-Morizet (2,6%) y Jean-François Coppé (0,3%), Juppé afronta una misión imposible desde el punto de vista matemático.


El jefe de Gobierno con Jacques Chirac y actual alcalde de Burdeos se dispone a jugar a fondo la baza de sus "reformas modernas que preparan el porvenir antes que cultivar la nostalgia del pasado" en el cara a cara televisivo del próximo jueves que se antoja su última carta. El también ex ministro de Asuntos Exteriores, muy crítico hacia la línea favorable a Rusia de su rival, ya le advirtió en setiembre contra "los excesos del vodka" en réplica a verse comparado por él a una "tisana".


A juicio del diario 'Le Monde', la victoria de Fillon, heraldo de la derecha conservadora, católica y provinciana, ilustra el fracaso de la línea de recomposición ideológica con el centro encarnada por Juppé, quien "no ha cesado de promover una Francia laica y sosegada, tolerante con el islam". A título de ejemplo, el alcalde de Burdeos no quiere tocar la ley de la bodas gay promulgada por los socialistas mientras su adversario desea modificar las reglas que permiten la adopción por los matrimonios homosexuales.

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