Tianjin homenajea a los más de 100 fallecidos mientras los afectados piden justicia

Las explosiones del día 12 causaron al menos 114 muertes. 57 personas siguen desaparecidas.

Soldados, policías y paramilitares asisten a un funeral por las víctimas de la explosión de Tianjin.
Soldados, policías y paramilitares asisten a un funeral por las víctimas de la explosión de Tianjin.
Efe

Tianjin celebró este martes varios actos de homenaje a las víctimas de las explosiones que el día 12 causaron al menos 114 muertes, mientras continúan en ese puerto del norte de China las protestas de vecinos que han perdido sus hogares y exigen tanto compensaciones como castigos a los culpables.


Seis días después del accidente, como manda la tradición funeraria china, autoridades, cuerpos de seguridad y vecinos se concentraron en las cercanías de la zona del siniestro para recordar a los fallecidos con minutos de silencio, crisantemos blancos (flor de luto oriental) y pancartas de homenaje. Entre los participantes se encontraban muchos bomberos y algunos vertieron lágrimas en recuerdo a las decenas de compañeros que murieron en las horas iniciales del siniestro, cuando intentaban apagar el incendio de la primera de las explosiones y se encontraron una segunda deflagración mucho mayor.


Al acto de este martes se unieron muchos barcos mercantes del puerto de Tianjin, uno de los más activos del mundo, que hicieron sonar sus alarmas con estruendo, en un día en que no hubo cambios en el recuento provisional de víctimas, pese a que 57 personas siguen desaparecidas tras el desastre.


Poco después, en el Hotel Mayfair, a escasos kilómetros del puerto y donde las autoridades locales han establecido su oficina de información sobre el accidente, varias decenas de personas que han perdido sus hogares o no se atreven a volver por temor a la contaminación volvieron a celebrar protestas.


"El Gobierno no nos da explicaciones, sólo nos dice que elijamos un representante para mantener negociaciones", señaló uno de los manifestantes más jóvenes, Yang Bolin, cuya vivienda se encuentra a unos mil metros de la zona de la explosión y perdió todas sus puertas y ventanas. "Las autoridades no nos han propuesto por ahora ningún plan de compensación, ni tampoco nos consuelan mucho. Nos sentimos desprotegidos", aseguró Yang, quien también se quejó de la poca atención de los medios a sus problemas.


Muchos residentes en la zona afectada, entre los que se encuentran buena parte de los 700 heridos en el desastre, se quejan de que no tenían conocimiento de que en el almacén siniestrado guardara materiales peligrosos, que causaron una explosión equivalente a la de 21 toneladas de dinamita. También argumentan que muchas casas estaban a menos de un kilómetro de la zona de la explosión, incumpliendo los niveles mínimos de seguridad.


El Ministerio de Seguridad Pública de China confirmó este martes que el almacén contenía al menos 3.000 toneladas de unos 40 productos químicos peligrosos, entre ellos 800 toneladas de nitrato de amonio, 700 toneladas de cianuro de sodio y 500 toneladas de nitrato de potasio.


La gran cantidad de estos materiales ha causado el temor a que a la catástrofe industrial de la semana pasada le suceda una medioambiental, después de que el organismo oceanográfico nacional hallara trazas de cianuro de sodio y de fenol volátil en aguas marinas próximas.


Además, el jefe de grupo de emergencia del buró de protección medioambiental de Tianjin, Bao Jingling, planteó la posibilidad de que restos de ese cianuro, altamente tóxico, hayan llegado a los edificios residenciales de las proximidades. Hay miedo a que las lluvias y tormentas que se avecinan, según las previsiones meteorológicas, extiendan los materiales contaminantes por la zona portuaria e incluso generen nuevas explosiones, ya que algunos de los productos tóxicos almacenados son altamente inflamables en contacto con el agua.


En la noche del lunes y la mañana de hoy cayeron ligeras lloviznas que no causaron esos efectos, pero ello no ha disminuido las inquietudes de los expertos. En las zonas cercanas al suceso, las fuerzas de protección civil han instalado máquinas de medición de sustancias contaminantes en el agua y el aire, y aparatos de depuración que según las autoridades deberán limpiar decenas de miles de toneladas de agua contaminada, la depositada en el cráter que se formó tras las explosiones.


Junto a este operativo, en un área donde muchos edificios muestran buena parte de sus cristales rotos y sus fachadas dañadas, cientos de soldados, policías y bomberos han desplegado un campamento para atender posibles emergencias y proseguir las labores de búsqueda de desaparecidos. La zona portuaria de Binhai, durante mucho tiempo el gran símbolo de desarrollo de Tianjin, el 'puerto de Pekín', recobra la normalidad poco a poco pero en algunas partes todavía tiene el aspecto de haber sufrido un seísmo, que según los analistas tendrá grandes costos económicos y de imagen para China.

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