Nicolas Sarkozy triunfa en las departamentales francesas

Marine Le Pen, que no logra hacer del Frente Nacional la fuerza más votada, pide la dimisión de Valls.

El resultado de los comicios provinciales supone un espaldarazo al liderazgo de Sarkozy
Nicolas Sarkozy triunfa en las departamentales francesas
Afp

El centroderecha liderado por Nicolas Sarkozy fue este domingo el gran vencedor de la primera vuelta de las elecciones departamentales francesas al reunir entre el 29,2% y el 32% de los votos según las primeras estimaciones de las empresas especializadas. El ultraderechista Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen fracasó en su ambición de revalidarse como fuerza política más votada del país aunque superó con el 26,4% de los sufragios el récord del 24,9% anotado en las europeas de mayo de 2014. La mayor movilización del electorado de izquierdas palió la derrota del gobernante Partido Socialista (PS) que tuvo que contentarse con entre el 20,9% y el 21,4% de las papeletas.


El resultado de los comicios provinciales supone un espaldarazo al liderazgo de Sarkozy al frente de la oposición conservadora en su primera comparecencia electoral tras su regreso a la política activa. "Las condiciones de un vuelco masivo a favor del centro y la derecha están reunidas", se congratuló el presidente de la UMP que concurría aliada a los centristas de la UDI y del Modem.


Tras declarar que entendía la exasperación de los votantes del FN, Sarkozy confirmó que en la segunda vuelta del próximo domingo "no habrá ningún acuerdo nacional o local con los dirigentes de ese partido". "En los cantones en los que estemos presentes, la UMP no llamará a votar ni por el FN, con el que no tenemos nada en común, ni por el PS, cuyas opciones no compartimos", anunció. Le Pen se congratuló de que su partido hubiera "logrado la hazaña de rebasar el resultado de las elecciones europeas sin tener una implantación local previa". El primer ministro, Manuel Valls, "debe presentar su dimisión al presidente de la República", François Hollande, planteó la dirigente ultraderechista, quien observó que "el PS va a ser desalojado de cerca de un millar de cantones", la mitad del total.


Sin alcanzar el 29% adjudicado por los sondeos de intenciones de voto, el resultado ultra continúa la dinámica alcista constatada en las anteriores consultas con las urnas: 13,6% en las legislativas de 2012 y 24,9% en las europeas de 2014. Pero a falta de alianzas con otras fuerzas políticas el sistema electoral mayoritario le impedirá transformar ese auge en presidencias de provincias tras la segunda vuelta. Sin embargo en las regionales de diciembre próximo, cuando el escrutinio será proporcional a dos vueltas, los partidarios de Marine Le Pen abrigan la fundada esperanza de hacerse con algunas de las 13 súper-regiones surgidas de la reforma territorial auspiciada por los socialistas.


El escrutinio consagró el tripartidismo reinante en la política francesa desde la irrupción del FN como fuerza electoral de primer plano. El mapa resultante es muy diferente del dibujado hace cuatro años con motivo de las últimas elecciones cantonales, ahora denominadas departamentales. Entonces el polo de izquierdas había dominado la consulta con el 49% de los votos. La derecha y el centro se tuvieron que contentar con el 31,8% de las papeletas, su peor resultado desde la fundación de la Quinta República en 1958. Ahora el conjunto de la izquierda se desploma hasta el 35% y el centroderecha con sus diversos aliados escala al 37,10% mientras la extrema derecha refuerza el tercer pilar con el 26,30%.


En 2011, el FN solo logró dos escaños de los 2.000 que había en juego al cosechar poco más del 15% de los sufragios, el 19% en los cantones en los que estaba presente. Esta vez era la formación que más candidatos presentaba pues concurría en 1.896 de los 1.995 cantones, una cobertura del 95%.Resultados "honrosos"

Por su parte, Valls se felicitó de que "un elector de cada dos haya ido a votar, más que lo previsto". La abstención se situó entre el 47,9% y el 49% del censo, según las primeras estimaciones. Este porcentaje fue notablemente inferior al registrado en las elecciones cantonales de 2011 (55,68%) pero muy superior al de 2008 (35,13%).


Ese registro supuso que los candidatos que no ocuparon las dos primeras plazas necesitaron reunir como mínimo una media del 24,30% de los votos emitidos para pasar a la segunda vuelta ya que la ley exige totalizar el 12,5% de los electores inscritos. La consecuencia del repunte en la participación fue que la cifra de enfrentamientos a tres bandas en la segunda vuelta será muy superior a las apenas 200 previstas por los sondeos previos.


El jefe del Gobierno también se congratuló de que "la extrema derecha, aunque está muy alta, no sea la primera formación política de Francia". "Cuando se moviliza a la sociedad, funciona", resaltó el gobernante que había focalizado la campaña electoral en los ataques al movimiento liderado por Marine Le Pen. Tras calificar de "honrosos"los números registrados por los socialistas, Valls llamó a cortar el acceso a las asambleas provinciales del FN y "votar por candidato republicano, ya de izquierdas o de derechas, cuando se enfrente solo"a la formación ultraderechista en la segunda vuelta.


El FN anunció la presentación de una querella contra SOS Racisme por violación del código electoral. La causa fue la publicación de un mensaje en la cuenta Twitter de la asociación antirracista. Dirigido a los electores del FN, el texto invitaba a no olvidarse de marcar con una cruz el candidato preferido del binomio de candidatos en cada cantón.