Michelle Bachelet, única presidenta reelecta de Chile, asume de nuevo el cargo

El país sudamericano continúa con la senda del cambió que inauguró con su primera elección.

Michelle Bachelet en el momento de investidura por su reelección a la presidencia de Chile
Michelle Bachelet en el momento de investidura por su reelección a la presidencia de Chile.

Michelle Bachelet, la primera mujer que es reelegida presidenta de Chile, asumió este martes el poder para iniciar un nuevo gobierno cargado de promesas de realizar profundos cambios sociales y políticos, en un país que ha cambiado notoriamente desde su primer mandato.


Bachelet recibió la banda presidencial de manos de Isabel Allende, hija del fallecido presidente Salvador Allende y primera mujer en ocupar ese cargo, otro signo de los nuevos tiempos que corren en Chile.


"En este tiempo Chile se ha mirado a sí mismo y ha decidido que es momento de iniciar transformaciones de fondo. La victoria de esta jornada es un sueño colectivo que triunfa", ha dicho Bachelet.


Pero lo que espera a la presidenta no se perfila fácil. Su gobierno partirá con una economía en clara desaceleración y donde difícilmente se mantendrán las altas tasas de empleo alcanzadas durante la administración de su antecesor, el derechista Sebastián Piñera.


Ello, combinado con altas expectativas sociales que, en parte, fueron alimentadas por la propia Bachelet en su campaña, pero que venían desde mucho antes y que se manifestaron ruidosamente en las calles en 2011 cuando los estudiantes levantaron sus exigencias de una educación gratuita y de calidad.


La nueva Bachelet se muestra más decidida a impulsar grandes cambios en un país menos tolerante con la desigualdad.


Con un programa que despertó severas críticas de la derecha gobernante, Bachelet quiere reemplazar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, garantizar la educación gratuita y de calidad y subir los impuestos a las empresas de un 20 a 25 %.


La propia presidenta ha reconocido que su proyecto es ambicioso, pero tiene a su favor una gran popularidad y los buenos resultados que la Nueva Mayoría obtuvo en las últimas parlamentarias, que le dan mayoría en ambas Cámaras del Congreso.


Superando iniciales reticencias, Bachelet incluso ha logrado incorporar a su proyecto a un grupo de jóvenes diputados elegidos recientemente que hasta hace poco lideraron el movimiento estudiantil.


Por eso, hay quienes auguran que su presidencia será "potente" e "intensa".


"Su gobierno será el más difícil desde Allende y su programa, el más transformador desde entonces", comenta un cercano colaborador.


Ella, con una tranquilidad que muchas veces irrita a sus adversarios, no muestra temor frente a los nuevos desafíos que se ha impuesto.


"Tengo experiencia para conducir este proceso con responsabilidad y gobernabilidad, porque nadie quiere una crisis en el país", aseguró