El eclipse solar se abrió paso entre las nubes y pudo verse

Fue total solo en las Islas Feroe, pero miles de personas lo observaron en Europa, África y Asia.

Así se veía el eclipse al oeste de Inglaterra
El eclipse solar se abrió paso entre las nubes y pudo verse
Reuters

El eclipse solar, un fenómeno anunciado ya años atrás por los astrónomos, se ha abierto camino entre el océano de nubes que cubría el cielo aragonés y ha revelado sus misterios a las miles de personas que esperaban ver con expectación como la luna se interponía en el camino del sol.


Puntual como un reloj, sobre las 09.15 horas de la mañana, la luna ha comenzado a cubrir la esfera del sol ante las miradas de los centenares de escolares y de curiosos que han acudido a los puntos donde la Asociación Astronómica Oscense había instalado telescopios y mesas con gafas especiales para la observación del fenómeno.


Contra todo pronóstico, las nubes que cubrían desde días atrás el cielo de la capital altoaragonesa se han apartado lo suficiente como para no defraudar el interés suscitado en torno a un hecho astronómico que no todas las generaciones tienen la oportunidad de visionar desde sus lugares de origen.


El presidente de la Asociación Astronómica Oscense, Alberto Solanes, ha recordado que el último eclipse total que pudo verse en Huesca se produjo en torno al año 1900, y que para ver el próximo de estas características que se produzca habrá que esperar hasta 2026.


Por esta razón, decenas de trabajadores del Parque Tecnológico Walqa han dejado sus respectivas labores y se han acercado a la carpa instalada en la zona por responsables del Centro Astronómico Aragonés "Espacio 042" para observar el fenómeno.


Al mismo tiempo, alrededor de mil niños y jóvenes de centros escolares de Huesca se han acercado a la céntrica plaza de Navarra de la ciudad para seguir la evolución del eclipse con los instrumentos astronómicos habilitados por la asociación.


Con los escolares se han mezclado cientos de personas interesadas en atisbar el eclipse a través de un telescopio o apoderarse por unos minutos de unas gafas especiales para mirar directamente a los ojos del astro rey.


De una forma casi imperceptible, ha caído sobre la atmósfera de la ciudad una tenue penumbra que no ha hecho enmudecer el algarabío suscitado entre las personas por el fenómeno.


Algarabía y excitación que para muchas culturas antiguas, según Solanes, era temor reverencial hacia algo que se atribuía a la cólera de los dioses, pero que para otras como los mayas o los griegos eran ciclos astronómicos que se repiten en el tiempo.


Sobre las 10.15 horas el fenómeno ha alcanzado su máxima extensión, con casi el 70 por ciento del disco solar ensombrecido por la luna.


Según Solanes, los espectadores de Huesca se encuentran entre los afortunados que han podido seguir la evolución del eclipse en el país, un fenómeno que sólo ha podido verse en su totalidad en puntos muy al norte de Europa como las islas Feroe o la parte más septentrional de Noruega.


Ha explicado que la posibilidad de ver un eclipse solar completo en una zona determinada de la geografía mundial sólo se da cada 150 años, "más o menos", ha añadido.


El hecho de que la luna sea 400 veces más pequeña que el sol, pero que éste, al mismo tiempo, esté 400 veces más lejos de la Tierra posibilita que los eclipses totales se produzcan cíclicamente y el disco solar quede totalmente oculto.


La labor de difusión del Centro Astronómico de Aragón y de la propia asociación no se ha limitado a favorecer una observación en directo del fenómeno.


Así, a través de la propia web del centro, espacio42.com, y de las redes sociales más conocidas, se ha retransmitido en directo toda la evolución del eclipse para las personas que no podían desplazarse en esos momentos a la calle o que han optado por seguirlo a través de internet. Solo total en Feroes

El eclipse que despide este año el invierno fue total en las islas Feroe, territorio autónomo de Dinamarca situado en el Atlántico norte.


Las Feroe son el único lugar del planeta, junto al archipiélago noruego de Svalbard (en el océano Ártico), donde el disco solar quedó completamente oculto por la Luna durante unos segundos.


El fenómeno, que en total duró algo más de cuatro horas, fue visible también parcialmente en Europa, el norte de África y norte de Asia, donde pudieron observarlo miles de personas.


El fenómeno solar comenzó en el Atlántico, frente a la costa africana, a una latitud de 20º, y terminó al este de la ciudad rusa de Krasnoyarsk, en la meseta central siberiana.