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Koenisgegg rompe el acuerdo con General Motors para comprar la firma sueca Saab

El grupo de Detroit se muestra "decepcionado" con la decisión y sigue adelante con su reestructuración europea

Nick Reilly, presidente de GM Europa, en un Opel Insignia, ayer en Mainz (Alemania).
Koenisgegg rompe el acuerdo con General Motors para comprar la firma sueca Saab
torsten silz/AFP

Detroit. El grupo automovilístico estadounidense General Motors ha finalizado sin éxito el proceso de venta de su filial sueca Saab después de que el candidato elegido por la compañía, el fabricante de vehículos 'superdeportivos' Koenigsegg, haya retirado su oferta, según informó ayer la compañía en un comunicado.

El presidente de la multinacional de Detroit, Fritz Henderson, se mostró "muy decepcionado" con la decisión de Koenigsegg de no continuar el proceso de compra de Saab. Henderson recordó que muchas personas han trabajado "incansablemente" durante los últimos meses para desarrollar un plan que asegurara el mantenimiento de Saab en el futuro mediante la venta de la marca y de sus intereses de producción a la firma de automóviles deportivos. "Con motivo del repentino cambio de dirección, nos tomaremos los próximos días para analizar la situación y anunciaremos los pasos siguientes durante la semana próxima", añadió el máximo responsable de General Motors.

La decisión de Koenigsegg se produce después de que ambas empresas alcanzaran, el pasado 18 de agosto, un principio de acuerdo para la venta del 100% de las acciones de Saab, aunque el proceso estaba sujeto a la aprobación de las autoridades y al cierre de algunos flecos pendientes. Entre las condiciones de venta se encontraban los compromisos de financiación por parte del Gobierno sueco, así como la ayuda facilitada por la matriz estadounidense. Así, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) aprobó la concesión un crédito por importe de 400 millones de euros al fabricante sueco de automóviles Saab, que será utilizado para actividades de investigación y desarrollo, así como para la mejora de la eficiencia y de la seguridad.

El Consejo de Administración de General Motors tiene previsto mantener hoy una reunión ordinaria en Detroit, en la que tratará el tema de Saab. Entre las opciones que se barajan se encuentra la posible eliminación de la marca, según fuentes cercanas a la operación consultadas por 'The Wall Street Journal Europe'. Dichas fuentes indicaron que el órgano de dirección de General Motors, formado por 13 consejeros y en el que tiene mayoría el Gobierno de Estados Unidos, tendrá la última palabra en el futuro de la filial sueca del consorcio.

El fracaso de la venta de Saab se produce después de que GM haya suspendido el proceso de segregación de su filial europea, articulada en torno a las marcas Opel y Vauxhall. Un proceso que estipulaba la venta mayoritaria de la filial europea de la multinacional de Detroit al fabricante de componentes austriaco-canadiense Magna y a su socio financiero ruso Sberbank. Suspendido este proceso, GM prepara ahora un plan de reestructuración cuyo artífice será el ejecutivo británico Nick Reilly y que, sin Saab, se concentra en Opel y Vauxhall.

Reilly aseguró ayer que la reestructuración contemplará la supresión de entre 9.000 y 9.500 puestos de trabajo en Europa, lo que supone una quinta parte de la plantilla de la compañía en el continente europeo. Esta cifra supone una disminución de entre el 9,5% y el 14,2% en comparación con el plan anterior de Magna, que contemplaba 10.500 bajas.

Reilly, en Alemania

Tras mantener una reunión con el primer ministro del Estado alemán de Renania Westfalia en Dusseldorf, Juergen Ruettgers, Reilly señaló que el grupo estadounidense informará hoy a los representantes de los trabajadores sobre el plan de reestructuración de Opel. El ejecutivo de GM confirmó la continuidad de la planta de producción de Bochum, horas antes de hacer lo propio en Mainz al defender el futuro de la planta de Kaiserslautern.

GM, por otro lado, ha culminado el pago del último tramo del crédito puente de 1.500 millones de euros aportado por el Gobierno de Alemania para asegurar la viabilidad económica en el futuro de la firma automovilística Opel, según señaló ayer la canciller alemana, Angela Merkel.