LUIS MIGUEL CARRASCO

"El SIP es una oportunidad estratégica"

El director general de la CAI explica por qué se ha iniciado el proceso de fusión 'fría' o SIP con Caja Círculo y Caja Badajoz.

Luis Miguel Carrasco, director general de la CAI
"La fusión 'ría' con Círculo y Badajoz es una oportunidad estratégica"
ESTHER CASAS

Hasta hace unos días, Caja Inmaculada defendía que quería seguir en solitario. Pero ahora se han embarcado ustedes en un proceso de fusión ‘fría’ con Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz. ¿Por qué este cambio de rumbo?

Lo que ha cambiado, básicamente, ha sido la oportunidad. Hemos encontrado la oportunidad que veníamos buscando con dos cajas solventes, que tienen unas señas de identidad y unas culturas similares a las de la CAI: prudentes, muy pegadas a su territorio, a su clientela; lo que nos va a permitir a las tres salir al mercado internacional a competir con una dimensión distinta.


Pero, ¿qué ha cambiado en estas pocas semanas?

Desde mi incorporación a la CAI, el pasado 19 de enero, hemos mantenido la ilusión de preservar el proyecto de Caja Inmaculada y entendimos que para lograrlo, la mejor opción era seguir en solitario. Pero tampoco nos hemos cerrado a lo que está pasando a nuestro alrededor; el mapa financiero español está cambiando y a nosotros nos coge con un tamaño muy pequeñito. Por tanto, desde el principio, se valoraron las oportunidades estratégicas, pero con la premisa de que no pusieran en riesgo el proyecto Caja Inmaculada, su cultura, sus señas de identidad, su buen hacer, su marca, su proximidad al cliente... Hay que decir también que la evolución de los mercados no ha ayudado: están prácticamente cerrados, el diferencial de riesgo-país es altísimo. Estamos en un entorno muy complejo y han venido a coincidir dos cosas: que los mercados y la situación económica no termina de resolverse y, sobre todo, que ha aparecido la oportunidad estratégica. Siempre dijimos que no seríamos los últimos en fusionarnos, que seríamos los penúltimos. Tampoco nos parecía adecuado, desde un punto de vista estratégico, ser la única caja que no hubiera entrado en ningún proceso de integración. Lo hemos hecho, pero ni de forma precipitada, ni obligados.


La CAI inició hace unos meses un proceso de fusión ‘fría’ con Caja Rioja y la Insular de Canarias que no llegó a cuajar y acabó llevándose por delante al anterior director general. ¿Qué diferencia este SIP (Sistema Institucional de Protección) del otro? ¿Por qué en diciembre no y ahora sí?

A mi llegada a la dirección de la caja coincidí con un proceso de integración con otras dos entidades. Hice un análisis y vi que no cumplía con los requisitos mínimos que sí cumple este segundo SIP: la complementariedad geográfica no era tan elevada; la solvencia de las entidades era inferior (llegábamos a un tamaño similar, pero con unas ratios de solvencia significativamente menores); el impacto sobre la plantilla y sobre la comunidad aragonesa podía haber sido relevante, por cuanto suponía la creación de unos servicios centrales en Madrid, despidos en Aragón y contratación en otra comunidad (y esto es algo que no podemos contemplar en una operación de integración). Y porque el previsible reparto de poder en los órganos de gobierno no favorecía los intereses de Caja Inmaculada. Cuando se inicia una operación de este tipo, tenemos que tener claro que representa una oportunidad estratégica y minimiza riesgos, que el resultado nos va a llevar a una posición de solvencia tal que nos permitirá cumplir con Basilea III y Basilea VI. En cualquier caso, creo que es anecdótico que la CAI interrumpiera una operación; en este proceso, en España, se han iniciado y se han interrumpido muchos contactos.


¿Qué busca la CAI con esta unión?

No pretendemos ser una caja grande, sino una gran caja. No queremos ser líderes por activos totales, sino por solvencia. Y seremos líderes por ‘core capital’: ese es el objetivo.


En el SIP que proyectan, ¿solo caben las tres cajas que lo promueven o puede haber nuevas incorporaciones?

No tenemos previsto incorporar nuestro SIP a ninguno de mayor tamaño. Las tres cajas que lo promovemos nos encontramos cómodas con este tamaño y esta solvencia. Ahora bien, es una alternativa que en el futuro pueda incorporarse una cuarta o una quinta caja. Lo que no es una alternativa es coger nuestro SIP y agregarlo a otro.


Pero, no queda mucho en el mercado: siguen en solitario Ibercaja, las tres vascas (Kutxa, Vital y BBK), Pollensa y Ontinyent.

No estamos pensando en lo que queda libre, sino en que alguno de los procesos de integración en marcha no se completen con éxito. Hasta ahora, lo que hay son acuerdos de intenciones para iniciar negociaciones de integración, pero hay que completarlos. Si hubiera alguna caja que se descolgara de alguno de esos procesos, se consideraría su entrada. Pero, insisto, como premisa inicial, lo que no estamos haciendo es constituir un SIP para integrarlo luego en otro superior.


¿Por qué rechazaron su fusión con Ibercaja?

Con Ibercaja siempre ha habido y habrá una muy buena comunicación y acercamiento. Este mes de junio era crítico porque expiraban las ayudas del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) y parecía que podía quedar diseñado el mapa financiero. En este contexto es donde se produjo la conversación para ver qué estábamos haciendo unos y otros. Desde mi incorporación a Caja Inmaculada, aunque trabajando todos los días para seguir solos, hemos estado también pendientes y analizando todo lo que pasaba a nuestro alrededor: todas las entidades hemos valorado todas las alternativas posibles e Ibercaja podía haber sido una alternativa. Con sus ventajas, porque se creaba una gran caja aragonesa; aunque yo soy de la opinión de que en Aragón ya hay dos grandes cajas y que uno más uno, a veces, no suman dos o tres, sino uno y medio. Ibercaja y CAI, dada la duplicidad de oficinas que tenemos, somos cajas poco complementarias; nuestra unión requeriría de un ajuste de plantillas y oficinas superior al que habría que acometer en otro tipo de operaciones de integración. Por eso se consideró que, estratégicamente, nuestra fusión no era la opción más idónea.


¿Qué puede avanzar sobre el SIP? ¿Cuándo estará operativo, qué peso tendrá la CAI en él, dónde estará la sede, por cuántos años se va a firmar el ‘matrimonio’…?

Se prevé que el SIP entre en funcionamiento a principios de 2011, por lo que esperamos poder completar todo el proceso de fusión ‘fría’ en los meses que quedan de 2010. En cuanto a las mayorías, expertos independientes han iniciado una valoración de la posición de cada una de las cajas y de ahí saldrán unas cuotas. Lo que sí hemos consensuado es que ninguna de las cajas tendrá más del 50% porque entonces ya no sería una unión de intereses sino otra cosa distinta. Aunque es previsible que la CAI tenga el mayor de los porcentajes. Otros aspectos están abiertos y serán negociados: tanto el número de años que estemos unidos, como el porcentaje de resultados que vamos a compartir…


¿Y la fórmula que se va a emplear para dar cobertura al SIP? ¿Ficha bancaria, un EFC (establecimiento financiero de crédito)?

Ni está hablado, ni está negociado. Mi deseo sería poder constituir una agrupación de cajas. Haber entrado en el último momento en el proceso de reestructuración nos da la ventaja de ver cómo evoluciona la LORCA (Ley de Órganos Rectores de las Cajas de Ahorros) en los próximos meses. Si quedara recogida esa figura sería una excelente alternativa, en opinión de la CAI. Ya digo, que sin haber negociado con las otras dos entidades, a nosotros nos haría una ilusión tremenda poder constituir una agrupación de cajas porque creemos en el modelo de cajas y estamos muy cómodos con él.


Al igual que ocurriera con el primer SIP, tienen a los tres sindicatos con representación en el comité de empresa de la CAI (UGT, Asipa y CC. OO.) en contra. ¿Cómo esperan convencerlos de la bondad de la operación?

Es normal; es absolutamente lógico que cuando se plantea una operación mercantil que, de alguna manera, altera el orden normal de las cosas, la plantilla la valore con incertidumbre hasta tener la información completa. Nosotros tenemos muy claro que el proyecto es muy bueno para la caja y va a ser muy favorable para la plantilla. Esta operación cumple con todos los requisitos: tiene sentido económico; Caja Círculo y Caja Badajoz son los mejores socios en cuanto a solvencia; nos dan estabilidad a largo plazo y se minimizan todos los impactos en aspectos laborales. Esta es la mejor operación que se podía haber planteado y estoy seguro de que al final del proceso los sindicatos así lo van a valorar.