EMPRESAS

El comité de La Bella Easo critica en asamblea que los ajustes "siempre los pagan los mismos"

Del recorte de 115 empleos planteado por la propietaria Iberian Foods, 103 corresponderán a mano de obra directa.

Trabajadores de La Bella Easo, al comenzar la asamblea de ayer. Detrás, de pie, un directivo de la empresa
El comité de La Bella Easo critica en asamblea que los ajustes "siempre los pagan los mismos"
CARLOS MONCÍN

"Los ajustes siempre los pagamos los mismos, los trabajadores de producción, y eso no es justo". Con estas palabras resumió ayer el sentir de la mayoría de los empleados de La Bella Easo el presidente del comité de empresa de la firma fabricante de bollería, Alfredo Molina, minutos después de una asamblea informativa no exenta de tensiones. Molina había convocado a los empleados a una reunión para explicar los planteamientos de Iberian Foods, sociedad propietaria de La Bella Easo, con los que justifica la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción de 115 contratos, un tercio de la plantilla.

 

De las 115 extinciones, 103 son de mano de obra directa y los otros 12 son de indirecta (mantenimiento, logística, etc.), según indicó Molina a este diario al justificar las quejas expresadas. El presidente del comité reiteró -como dijo durante la asamblea- que en las conversaciones que tendrán los representantes de los trabajadores con los abogados que actúan en nombre de Iberian Foods, que se iniciarán después del puente festivo, reclamarán que no haya despidos forzosos y que se intente salir de la situación actual con bajas voluntarias y prejubilaciones.

 

En nombre de Iberian Foods, sociedad del fondo de capital riesgo británico Apax Partners que adquirió La Bella Easo el pasado 1 de octubre, participarán en esta negociación abogados del despacho Garrigues de Zaragoza y no directivos del grupo Panrico (también propiedad de Iberian Foods), compañía en la que parecía que se iba a integrar la empresa zaragozana.

La negociación con Panrico

Ejecutivos de Panrico, de hecho, presentaron al comité de La Bella Easo hace unas dos semanas un plan de reestructuración que incluía el recorte en la factoría zaragozana de 94 puestos de trabajo: 20 por prejubilaciones, 14 por despidos y 60 que se irían al paro con el compromiso de sacarles de él si repuntaba la carga de trabajo o, de lo contrario, indemnizarles. En respuesta a ese anuncio, un "Pleno ampliado Asamblea General de trabajadores", según OSTA, sindicato que lidera el comité, decidió por unanimidad el pasado 21 de noviembre rechazar la "imposición del plan de despidos" y acordó presentar una propuesta alternativa a la empresa basada en prejubilaciones, bajas incentivadas de carácter voluntario y la aplicación del actual expediente de suspensión autorizado hasta 2010 para el personal de producción, así como negociar otro ERE que afectase a toda la plantilla durante el tiempo necesario requerido por el plan de viabilidad.

 

Después de transmitir el punto de vista de los trabajadores a los entonces gestores de La Bella Easo, los directivos de Panrico, "éstos hicieron saber que eran ocurrencias y que no querían recibir más explicaciones", de modo que "abandonaron las instalaciones y cortaron la negociación", según informó OSTA en un comunicado de prensa el pasado viernes.

 

Sin representantes de Panrico, Iberian Foods lleva ahora la negociación sobre el futuro de La Bella Easo con los abogados mencionados, quienes presentaron el viernes al comité la documentación con los planes previstos por la propietaria de la empresa.

 

Para este nuevo proceso, el comité ha reclamado la implicación del Gobierno de Aragón y de la Dirección Provincial de Trabajo, a los que instan a rechazar el expediente de extinción en los términos planteados por Iberian Foods.

 

El recorte de empleo ahora anunciado para La Bella Easo llega cuando la plantilla de la compañía está afectada por un ERE de suspensión que fue acordado en el Servicio Aragonés de Mediación Arbitraje (SAMA) de Zaragoza en enero pasado, cuya duración establecía para los años 2009 y 2010 y que fijaba 56 días de suspensión por trabajador y año, a aplicar por todos los empleados. También incluía la posibidad de bajas voluntarias con una indemnización de 30 días por año y un tope de 30 mensualidades, a la que se acogieron algunos trabajadores.