NO HABRÁ HUELGA EN AGOSTO

Los controladores y AENA vuelven a las negociaciones

Los controladores aéreos y AENA volvieron este miércoles a sentarse a la mesa para retomar las negociaciones para el convenio colectivo, rotas el pasado viernes una vez que el comité ejecutivo del sindicato mayoritario ha decidido por unanimidad renunciar a convocar una huelga en agosto.

César Cabo, portavoz del sindicato de controladores de AENA, a la salida de la reunión de este martes
Los controladores no irán a la huelga
EFE

Los controladores aéreos y AENA volvieron este miércoles a sentarse a la mesa para retomar las negociaciones para el convenio colectivo, rotas el pasado viernes, una vez que el comité ejecutivo del sindicato mayoritario USCA, que agrupa al 95% de los 2.400 controladores que el ente tiene en plantilla, ha decidido por unanimidad renunciar a convocar una huelga en agosto. Por su parte, el ministro de Fomento, José Blanco, celebró la decisión de los controladores y confió en que el acuerdo entre ambas partes se pueda sustanciar en los "próximos días".


La garantía de que no convocaría una huelga era una exigencia de AENA para continuar negociando por lo que el presidente del gestor aeroportuario, Juan Ignacio Lema, decidió convocar para esta tarde a la mesa negociadora, cuatro días después de que las negociaciones quedaran rotas, aunque lamentó que la renuncia a convocar los paros "no fuera definitiva". Así las cosas, AENA mantiene su propuesta de una jornada de 1.670 horas y un suelo medio de 200.000 euros al año para los controladores operativos, por entender que está dentro de los estándares europeos y ser "muy generosa".


Aunque la compañía está abierta a negociar una jornada menor --USCA reclama las 1.350 horas a partir de 2013 y dice estar dispuesto a negociar sobre las 1.500 horas--, Lema ya ha advertido que la retribución debe negociarse paralelamente y, por tanto, el salario tendrá que ajustarse a esa jornada, además de mantenerse la productividad para no encarecer los costes.


De las 12 reivindicaciones llevadas a la mesa por USCA, ya se han alcanzado acuerdos en seis puntos relativos a la situación de los controladores mayores de 57 años y en temas de formación pero los principales escollos, claves para poder cerrar el conflicto, siguen siendo la retribución y las jornadas.


Si no se logra un acuerdo por la vía negociadora, AENA está dispuesta a acudir a un arbitraje voluntario, de mutuo acuerdo, que ponga fin al conflicto, solución que a USCA no le convence al considerar que el gestor carece de "un plan empresarial de futuro". Por su parte, los controladores insisten en que su intención es "cerrar cuanto antes" la negociación.

A la espera de negociación definitiva

Los controladores aéreos confían en que en esta ocasión la negociación sea la "definitiva". En declaraciones a RNE, el portavoz de USCA, Daniel Zamit, deseó que la negociación sirva para fijar "un marco sostenible en el tiempo para el colectivo y para la empresa".


"Hemos hecho un ejercicio de responsabilidad y hemos demostrado un gran sentido de Estado. Como ya hemos reconocido la huelga era mala para el turismo, para la recuperación económica, para los usuarios que están pendientes de irse de vacaciones y para los propios controladores porque nuestra imagen se deterioraría todavía más de lo que se ha deteriorado con las constantes campañas a las que hemos estado sometidos", afirmó.


Zamit ha destacado que USCA siempre ha demostrado su voluntad de negociación "desde el primer día" y "sin levantarse de la mesa en ningún momento", para añadir que siempre han sido los controladores los que han dado "los primeros pasos liderando la negociación". No obstante, indicó que el colectivo desea encontrar una solución al conflicto, que espera "con impaciencia", ya que después de seis meses de trabajo "en malas condiciones de trabajo vive con inquietud el futuro del colectivo y el de la empresa".


Zamit apuntó que en toda negociación "hay que ceder" y que los controladores han cedido "mucho". En esta línea, insistió en que el problema fundamental no es el retributivo sino las jornadas y explicó que lo que están pidiendo es una jornada equiparable a la de Europa.

AENA ve "razonables" algunas demandas


Por su parte, el presidente de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), Juan Ignacio Lema, ha afirmado que algunas de las demandas de los controladores son "razonables" pero que "no es aceptable reducir la jornada y mantener el salario". "Seguir ganando 200.000 euros al año pero trabajar menos, que es lo que pretende, no es posible, ya que salario, jornada y productividad van ligados", afirmó en declaraciones a RNE.


Lema aseguró que la compañía está abierta y dispuesta a negociar una jornada menor, pero siempre que el salario se ajuste a dicha jornada. "No tenemos inconveniente ninguno en negociar una jornada de 1.500 horas, pero lógicamente el salario tiene que negociarse paralelamente", añadió. "Si se reduce la jornada y se mantiene el salario estaríamos encareciendo nuestros costes e incumpliendo el mandato y el objetivo principal de la Ley y el real decreto que es situar las tarifas, los costes y las jornadas en la media europea", insistió.


El responsable de AENA recordó que en seis de los 12 puntos reivindicados por USCA se han alcanzado acuerdos cediendo ambas partes, tales como la situación de los mayores de 57 años y en temas de formación, pero afirmó que en los puntos clave para cerrar el acuerdo como las jornadas y los salarios la "ley no se va a negociar". Así, se refirió a la petición de USCA de fijar el descanso nocturno en el 50%, frente al 33% que fija la ley.

Blanco quiere un acuerdo ya

Mientras tanto, el ministro de Fomento, José Blanco, ha calificado de "positiva" y "buena" la decisión de los controladores de renunciar a la huelga en agosto, aunque lamentó que no se trate de una renuncia definitiva para que en el marco del proceso de negociación no "haya pendiente una amenaza", si bien confió en que el acuerdo pueda sustanciarse en los "próximos días".


"Nuestra posición no ha variado", indicó Blanco, y recordó que hasta la ruptura de las negociaciones se estuvo a punto de alcanzar un principio de acuerdo en la mayoría de los temas planteados por USCA, en lo que vio "un punto de inicio para seguir avanzando". "Valoramos este avance y esperamos que se pueda sustanciar en los próximos días", confió. Preguntado por si teme que se produzcan huelgas de celo o una nueva convocatoria en septiembre, Blanco dijo creer en la "buena voluntad" expresada por los controladores.


"No tengo ninguna animadversión contra ellos, contrariamente a lo que pueda parecer; han manifestado su compromiso de negociar, de dialogar y de avanzar, y yo me quiero quedar con eso", apuntó Blanco, para añadir que, si esa voluntad se traslada en "hechos ciertos", será el primero en reconocerlo. "No valen sólo las buenas palabras sino los hechos concretos", avisó.


En cualquier caso, si se produjera la misma situación después de agosto, Blanco afirmó que en todo momento el Gobierno preservará el "interés general". "Seguiremos tomando las medidas necesarias. Mi primera responsabilidad es defender el interés general y la seguridad, me gustaría tomar soluciones fruto del consenso y del acuerdo, pero si no lo hay, mi obligación es seguir tomando decisiones", zanjó.

"Irresponsable" actitud de Zapatero


Así, el portavoz de Fomento del PP en el Congreso, Andrés Ayala, ha calificado de "magnífica noticia" que los controladores aéreos hayan renunciado a convocar una huelga en agosto pero ha emplazado al ministro de Fomento, José Blanco, a "abordar de una vez por todas" este "problema". Ayala ha recordado que desde el pasado mes de febrero Blanco "tiene el aval de todo el Congreso para adoptar las medidas que crea oportunas".


También, el diputado nacional de IU, Gaspar Llamares, ha dejado claro este miércoles en Gijón que el ministro de Fomento, José Blanco, no es "Robín Hood" en el tema de los controladores aéreos y ha pedido al Gobierno que no oculte su intención de privatizar AENA. Llamazares ha reiterado su oposición a imponer un convenio a los trabajadores aéreos y ha mostrado su preocupación por la seguridad si se lleva a cabo la privatización.