MACROECONOMÍA

Bush defiende el intervencionismo y el alto coste de sus medidas contra la crisis

El presidente reconoció que su Gobierno, tradicionalmente un firme defensor del libre mercado, sea criticado ahora por las fuertes medidas intervencionistas para corregir los desajustes del mercado.

El presidente de EEUU, George W. Bush, justificó el intervencionismo de su Gobierno, un firme defensor del libre mercado, para mitigar la crisis y el alto coste del rescate, que podría suponer unos 700.000 millones de dólares (485.000 millones de euros).


"En un precio grande para un problema grande", dijo Bush, en una comparecencia en la Casa Blanca junto al presidente de Colombia, Álvaro Uribe, mientras su Gobierno ultima este fin de semana la negociación con el Congreso para que le autorice a lanzar su rescate. El Congreso podría someter a votación las medidas la próxima semana.


El presidente reconoció, tanto en su comparecencia como en el discurso radiofónico de los sábados, que va a recibir críticas por esta medida intervencionista, que ha sido calificada como la más importante desde la Gran Depresión de los años 30.


Los defensores del libre mercado argumentan que los mercados deben corregir por sí solos sus propios desajustes.


Pero Bush explicó que "cambié de parecer cuando los expertos me informaron de la gravedad significativa de este problema. Se actuó para evitar el descalabro total". "Tome la decisión con los expertos -dijo- y a largo plazo estaremos bien".


Para justificar su decisión, Bush indicó en su discurso radiofónico que "nuestro sistema de libre empresa se basa en la convicción de que el gobierno federal debe intervenir en el mercado sólo cuando es necesario".


"Dada la situación precaria de nuestro mercado financiero -y su vital importancia en la vida cotidiana del pueblo estadounidense- la intervención del gobierno no sólo se justifica, sino que es esencial", explicó.


Horas antes, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, había indicado a un grupo de Congresistas, con los que se reunió a puerta cerrada el viernes, que la economía estadounidense se precipitaba a un "cataclismo" si no se actuaba pronto, según informa "The New York Times".


Pero pese a las explicaciones de Bush, el intervencionismo del Gobierno de EEUU ha generado muchas críticas, algunas de ellas procedentes incluso de sus propias filas republicanas.


"El libre mercado ha muerto en EEUU", dijo en un duro comunicado el senador republicano Jim Bunning, quien aseguró que las medidas de intervención que ha bosquejado el Tesoro supone "eliminar el libre mercado e instituir el socialismo en EEUU".


Bush, además, tuvo que salir a defender el alto coste del paquete que negocia su Gobierno con el Congreso, al que ha pedido autorización para que el Tesoro compre los activos "tóxicos" que las entidades financieras del país tienen en sus carteras, y que han resultado dañados por la crisis inmobiliaria.


Algunos congresistas han afirmado que el Tesoro podría desembolsar entre 500.000 y un billón de dólares, aunque algunos medios financieros hablan de 700.000 millones, en lo que supondría la mayor intervención pública desde la Gran Depresión de los años 30.


A ello se unen los 200.000 millones que el Gobierno ha comprometido en el rescate de las gigantescas compañías hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, y los 85.000 millones en la intervención de la mayor aseguradora del país, AIG.


El Gobierno de Bush no salió en rescate de otras entidades, como el banco de inversión Merrill Lynch, que fue comprado por Bank of America, y Lehman Brother, que instó la bancarrota el pasado lunes y que recibió la autorización del juez para ser comprado por el británico Barclays.


Bush no quiso dar una cifra, pero sí reconoció que el tamaño económico del paquete que lanzará el Gobierno debe ser monumental, porque le preocupa el impacto que la crisis financiera pueda tener en el resto de la economía.


"El riesgo de no hacer nada supera el riesgo del (montante) del paquete. Con el tiempo, recuperaremos parte de este dinero", afirmó.


La crisis financiera ha marcado también el debate de los últimos días en la campaña electoral.


El candidato demócrata, Barack Obama, respaldó hoy los esfuerzos de la Reserva Federal y del Tesoro por contener la crisis en Wall Street, pero pidió también un esfuerzo para que el rescate llegue también al "ciudadano de a pie".


El candidato republicano John McCain, por su parte, cargó contra la "corrupción y manipulación" en el funcionamiento del mercado hipotecario en EEUU, y contra la incapacidad de los "políticos, de los burócratas y de los lobbys" para solventar los problemas de las compañías Fannie Mae y Freddie Mac.