Manuel Pimentel: "El aldabonazo de los agricultores era necesario"

El exministro de Trabajo, autor del libro 'La venganza del campo', afirma en Zaragoza que apostar por la sostenibilidad no debe ser "la única prioridad".

Manuel Pimentel, durante su intervención en el Foro ADEA, en Zaragoza.
Manuel Pimentel, durante su intervención en el Foro ADEA, en Zaragoza.
José Miguel Marco

Manuel Pimentel, exministro de Trabajo y actual consejero de la firma Baker & McKenzie, está convencido de que estamos en un nuevo ciclo económico que exige actuar de modo distinto a lo hecho hasta ahora, sabiendo que esa globalización generalizada que permitió tener precios tan bajos en todo tipo de productos ya no tendrá el mismo alcance. En ese escenario, ha asegurado este miércoles en Zaragoza que "el aldabonazo de los agricultores era necesario", una referencia directa a las protestas de las últimas semanas de trabajadores del campo, que desde su punto de vista tienen sobradas razones para reivindicar más apoyo a su actividad.

En esa línea se ha pronunciado Pimentel, autor del libro 'La venganza del campo', en el Foro ADEA, donde ha dado una auténtica lección magistral sobre la evolución de la economía y de las relaciones internacionales y sus implicaciones desde 1989 hasta la actualidad. Ese año, ha señalado. terminó un ciclo histórico que dio paso a uno nuevo, el de la globalización, con una libertad de comercio y menos aduanas y aranceles que permitió la entrada a España, en concreto, de productos de todo tipo (entre ellos los agrícolas) a muy bajo precio. 

A esa realidad, ha apuntado el experto, se ha unido la concentración de empresas de la gran distribución, que han competido por ser más baratos, ha hecho que la alimentación no se encareciera a los ciudadanos, mientras que el poder de los agricultores en la cadena fuera decreciendo. Al mismo tiempo, "han surgido leyes que protegían el medio ambiente sin importar la producción agraria", ha indicado Pimentel, que ha asegurado que la defensa de la sostenibilidad no debe ser "la única prioridad", por lo que ha considerado que "hay que evitar la venganza del campo". En ese sentido, ha recordado que ante el reto que tenemos de alimentarnos hay que agradecer el trabajo de los agricultores, "que no solo luchan para ganar el pan de sus hijos, sino el pan de los demás".

La globalización generalizada, ha reseñado Pimentel, dio lugar a unas reglas del juego que han beneficiado claramente a China, pero todo empezó a cambiar en 2018, en plena era Trump, cuando Estados Unidos impuso aranceles a productos españoles. La pandemia de la covid-19 acabó por generar desajustes en el tráfico de mercancías que han hecho que "el mundo ya no sea tan global", lo que está generando un nuevo ciclo que, con los conflictos bélicos en marcha, impone nuevos escenarios para la industria y la agricultura.

Con estas cambios, es imperativo llevar adelante una nueva estrategia alimentaria, opina Pimentel, en la que la Política Agraria Común (PAC) no tenga la sostenibilidad como única prioridad y que deje de ver a los trabajadores del campo como maltratadores de animales y enemigos del medio ambiente porque queremos salir plácidamente al monte y mantener nuestra visión bucólica de los prados. Por ello el exministro ha defendido el impulso de una estrategia que combine la sostenibilidad con el derecho europeo de tener una despensa a precio razonable, una estrategia en la que "los agricultores deben ser parte de la solución y no del problema". Hay que poner fin a esa idea de que el campo europeo es para pasear y "que produzcan otros", ha incidido.

En medio de la situación actual, Manuel Pimentel ha reconocido la existencia de tres chivos expiatorios, tres posibles culpables de que los precios de los alimentos estén hoy como están. Uno es la gran distribución -que "no son el motor del encarecimiento", ha dicho-, otro los vecinos (para los franceses España y para nosotros los marroquíes) y el otros los inversores de fondos. Ante todo esto, el experto se ha mostrado contrario a que se intervengan los precios, mientras que ha recordado que el recurso de la tierra es limitado y ha reclamado -delante del consejero aragonés de Agricultura, Ángel Samper- que hay que eliminar burocracia y simplificar las gestiones de los agricultores. "La PAC es un artefacto muy complicado", ha señalado en ese sentido.

Pese a todo, el exministro se ve optimista ante la posibilidad de que haya jóvenes que apuesten por trabajar en una agricultura más tecnificada y digital. "La actividad agraria puede volver a la rentabilidad", ha asegurado.

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