Cristina Garmendia, presidenta de la Fundación Cotec, considera que España no va mal en materia de economía circular. Cree que en los últimos años el país ha avanzado mucho en este ámbito, y que hoy más de la mitad de la población sabe de su importancia y de su alcance, pero está convencida de que hay que ser más ambiciosos. «Conocerlo no es suficiente, luego hay que entenderlo y, sobre todo, aplicarlo», apuntó la también exministra de Innovación en una jornada celebrada el pasado martes en la sede del Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova).

Garmendia participó en ese acto en Zaragoza, centrado en abordar algunas de las conclusiones del IVInforme sobre Economía Circular elaborado por la Fundación Cotec. En el documento se destaca que el país ha reducido el uso circular de materiales al situarse en un 8,9% de utilización de material recuperado en 2021, cifra que representa la bajada de un punto con respecto al 10% de uso circular de 2019, lo que supone –indica la entidad– un «estancamiento».

El estudio, que recoge datos del informe bienal de economía circular publicados por la Fundación Cotec desde 2017, ha analizado la evolución y la situación actual de este modelo de producción y consumo, y aunque alerta sobre algunos de los últimos datos obtenidos en España, también destaca mejoras «significativas» en el país desde la aplicación de la Estrategia Nacional de Energía y Clima de 2020, lo que sitúa al país entre las naciones líderes de la economía circular en la Unión Europea.

«No vamos mal como país, pero no podemos caer en la autocomplacencia», declaró en Zaragoza Cristina Garmendia. En algunos indicadores, precisó, «o nos hemos estancado o bajamos», como ocurre en el caso del material recuperado, que ha caído más de un punto entre 2019 y 2021 para situarse en el 8,9%, sin olvidar –señaló la presidenta de la Fundación Cotec– que el compromiso de la Unión Europea es alcanzar el 23% en el año 2030.

El informe de esta entidad especializada en materia de innovación, aunque recoge que el indicador de productividad de recursos en España es «favorable», destaca que nuestro país todavía se enfrenta a desafíos en el reciclaje y la gestión de residuos.

Por ejemplo, la tasa de reciclado en 2021 fue del 37%, una cifra «alejada» del objetivo del 50% establecido por la Comisión Europea para 2020 y del 55% del reciclaje de residuos municipales generados para 2025. Asimismo, el tratamiento de residuos en España ha decrecido debido a que en 2021 el depósito residual en vertederos fue del 52%, dos puntos porcentuales menos que en 2019, que según el informe se aleja del objetivo fijado por la UE para limitar el manejo de residuos al 10% para 2035. De hecho, los estados miembros en su conjunto redujeron este índice en un 50% entre 2000 y 2021, aunque aumentó la incineración de residuos del 16% al 29%. Por tanto, hay mucho por hacer para mejorar en estos frentes.

El IV Informe sobre Economía Circular de la Fundación Cotec, mantiene la alerta del estancamiento de los últimos años de la transición circular y, pese a registrar un favorable indicador de productividad de recursos, constata la existencia de desafíos en reciclaje y gestión de residuos.

Con carácter general, el estudio subraya que «es imprescindible un cambio de modelo económico circular menos intensivo en recursos si se quieren alcanzar los compromisos oficiales de circularidad y, sobre todo, si se pretende habitar dentro de los límites físicos del planeta en un contexto de emergencia climática-ambiental como en el que nos encontramos».

En estos últimos ocho años, destaca el texto de Cotec, «la Unión Europea se ha esforzado por abordar un enfoque circular más holístico, de tal manera que ya se aboga decididamente por usar, producir y consumir en base a ciclos cerrados, con el fin de reducir sustancialmente los impactos de las actividades económicas, desvincular el crecimiento económico del uso de los recursos y proteger el capital natural».

En el actual núcleo del debate, apunta el informe, está el hecho de que el consumo de materiales y energía en la UE ha seguido aumentando y las medidas tomadas para frenarlo han sido, hasta ahora, insuficientes. En ese sentido, reseña que la extracción y el procesamiento de materiales a nivel mundial (actualmente 100.000 millones de toneladas, que casi se puede duplicar para 2060) son la causa del 90 % de la pérdida de biodiversidad y el 50 % del impacto sobre el cambio climático y el estrés hídrico, en tanto que el volumen de residuos generado cada año crecerá un 70 % de aquí a 2050.

«A la luz de los datos actuales y las tendencias, la UE tendría que esforzarse en mucha mayor medida por reducir sus huellas ecológicas, de materiales y de consumo (especialmente medidas en términos per cápita) y, al tiempo, reducir la contaminación y la presión sobre los recursos naturales, como el agua y el uso de la tierra». Hasta ahora, se apunta, la UE consume en exceso los recursos naturales como si tuviera disponible 2,8 planetas y sus huellas ecológicas y materiales sobrepasan con mucho la biocapacidad disponible, pero, en todo caso, muy por encima de lo que se considera un nivel sostenible.

Para lograr una circularidad sostenible en Europa, el informe de Cotec considera que «hay que reducir estas huellas en términos absolutos y de forma constante, no solamente en términos relativos, es decir, en relación al crecimiento económico». Y añade: «Además de la incorporación de las huellas en el debate sobre la economía circular, también deberían ponerse de relieve los efectos indirectos negativos provocados por los denominados ‘efectos rebote’».

Las soluciones más realistas, precisa el informe a continuación, pasan por cambiar el enfoque estratégico. «De poner el énfasis en las formas de reducir los impactos del uso de los recursos, como hasta ahora ha predominado en la UE, se tiene que pasar a poner el acento en establecer objetivos claros para reducir este uso en sí mismo», indica. En esta línea, reseña, apuntan las orientaciones del Parlamento Europeo, que en 2021 respaldó un informe instando a la Comisión Europea a establecer objetivos vinculantes para reducir la huella material absoluta de la UE.

En un escenario de gran complejidad en la transición hacia la economía circular, los expertos de Cotec indican que es necesario adoptar un enfoque multidimensional, abordando de forma conjunta las barreras que se oponen al cambio circular del sistema económico, y que en términos generales son comunes a todos los países europeos. De esa manera, los agrupa en cinco categorías clave:desafíos técnicos y tecnológicos; barreras legales y regulatorias; barreras de mercado, económicas y financieras; conciencia y comportamiento del consumidor, y barreras internacionales y de gobernanza.

Los nuevos desafíos geopolíticos que tenemos por delante, concluye asimismo el informe, hacen que sea aún más importante y urgente hoy reducir la dependencia de la Unión Europea de materias primas y de los combustibles fósiles.

Zaragoza, un plan de acción hasta 2030 con 55 actuaciones estratégicas

Como novedad, la Fundación Cotec ha incluido en su IVInforme sobre la Economía Circular un apartado al estudio de los entornos urbanos que recoge una veintena de buenas prácticas de localidades de toda la geografía española.

El estudio dedica un texto específico al caso de Zaragoza, en concreto el plan con el que quiere convertirse en la primera ciudad en tener cero residuos en el año 2030. El plan, recoge el texto, incluye 55 actuaciones estratégicas y un conjunto de indicadores para ir valorando el grado de cumplimiento.

Clave en la estrategia de Zaragoza es la construcción de una nueva planta que complementa el actual Complejo de Tratamiento de Residuos (Ctruz), que recuperará todos los residuos que actualmente acaban en vertedero, transformándolos en hidrógeno y metanol. Para este proyecto, recoge el informe de Cotec, se cuenta con una inversión de 280 millones de euros y el Ayuntamiento lo lleva adelante con la colaboración de varias empresas privadas.

En una primera fase (2023-2028), precisa el texto, se realizará la construcción, pruebas y entrada en explotación de una refinería de residuos no reciclabes con capacidad para tratar las 150.000 toneladas de residuos no reciclables que actualmente se depositan en el vertedero controlado del Ctruz. Esta fase culminará en 2028 con la entrada en funcionamiento de la segunda línea de esta refinería de residuos. La segunda fase llegará en 2030, cuando la ciudad sea oficialmente ‘residuo cero’, además de convertirse en un ‘hub’ de producción de hidrógeno verde de origen electrolítico fabricado a partir de la energía renovable generada en la zona.

El otro proyecto destacable sobre Zaragoza reseñado en el informe de Cotec es Redol, una iniciativa europea para los años 2022-2026 que busca promover la economía circular en las ciudades mediante el rediseño de cinco cadenas de valor para los residuos sólidos urbanos y la implementación de nuevas soluciones para la recogida, la clasificación y el tratamiento de materiales, para prevenir su depósito en vertederos. Esta iniciativa, recoge el texto, cuenta con el apoyo clave del Ayuntamiento de Zaragoza y múltiples industrias y centros de investigación activos en la gestión de residuos, clasificación y procesamiento de materiales y reciclado, ecodiseño, participación ciudadana y mucho más. Tras su desarrollo en la capital aragonesa se replicará en Ámsterdam (Países Bajos), Prato (Italia) y Bornholm (Dinamarca).

El informe de Economía Circular de Cotec apunta también que Zaragoza posee una línea de subvenciones para promover la economía circular con el objetivo de impulsar el emprendimiento y crear empleo.