ECONOMÍA
¿Qué es una empresa zombi?
Las crisis dejan a su paso negocios en una situación agónica, pero que siguen operando gracias a las refinanciaciones.
En el mundo de la empresa se cuelan a veces adjetivos que parecen más propios del cine. Este es el caso de las llamadas sociedades consideradas 'zombi', de las que hay estadísticas que recogen su evolución. Entre las últimas, la de la firma Iberinform, que ha cuantificado que en Aragón existen 1.259 compañías incluidas en este colectivo, de las 32.500 en España.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua recoge como primera acepción de zombi "persona que se supone muerta y reanimada por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad". Llevado al mundo de la economía, las compañías que reciben este calificativo se encuentran en una situación que en la práctica les haría estar con un pie en la tumba de la insolvencia, pero que que sobreviven, no por arte de brujería, sino por las continuas inyecciones de financiación o ayudas.
¿Cómo saber si una empresa es zombi?
Para saber si una empresa encaja en esta denominación, desde Iberinform explican que se trata de compañías que "durante dos ejercicios consecutivos no consiguen cubrir con sus resultados operativos los intereses de la deuda". Esto hace que el dinero que puedan ganar se vaya a pagar el coste de la financiación que necesitan para sobrevivir.
Un informe reciente de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y Cunef ha señalado que se pueden detectar analizando el informe de auditoría de la empresa. En el proyecto de investigación impulsado por el departamento de Administración Financiera y Contabilidad de la UCM dejó claro que este tipo de compañías son "ineficientes, inestables y apalancadas". Además, "consumen recursos que deberían asignarse a empresas más eficientes y lastran el crecimiento y la productividad de la economía".
Desde Iberinform alertan de que el número de sociedades que sobreviven en esta cuerda floja es superior en la práctica al recogido en sus análisis, ya que sus datos se basan en estimaciones a partir de las cuentas anuales depositadas en los registros mercantiles y en estos casos se corre el riesgo de que la empresa ni siquiera haya presentado sus últimos balances.
