Agricultura

La sequía deja en Aragón la peor cosecha de cereal de invierno de la última década

De las más de 780.000 hectáreas que la Comunidad dedica a este cultivo apenas se ha obtenido una producción de 1,34 millones de toneladas, casi un 34% menos que la de 2022 que también fue "corta"

El cereal ha sido el cultivo más afectado por la sequía.
El cereal ha sido el cultivo más afectado por la sequía.
Heraldo

No es una sorpresa Mucho antes de que comenzara la recolección se venía alertando de que la cosecha de cereal de invierno iba a hacer historia. Y no precisamente para bien. La extrema sequía y las olas de calor incesante durante los meses de marzo y mayo cayeron como losa sobre los campos de cebada, el cultivo mayoritario en la Comunidad, de trigo, avena, centeno o triticale, especialmente en aquellos que ocupan las tierras de secano (los mayoritarios) y, aunque con menos impacto, también en el regadío que ha soportado una campaña con restricciones en las dotaciones de riego.

Con el grano ya recogido las cifras corroboran los peores presagios. Aragón ha recogido 1,34 millones de toneladas de cereal de invierno. Es la peor cosecha de la última década –y posiblemente lo sea de los últimos 30 años aunque no se tienen registros para comparar–. Supone un descenso de casi el 34% respecto a la campaña anterior, que también fue de “baja producción” y es la mitad de una cosecha media que se sitúa en los 2,5 millones de toneladas.

Lo han detallado este jueves el responsable de Desarrollo Rural e Innovación de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, Jesús Abadías, y el jefe de Cultivos Herbáceos del Centro de Transferencia Agroalimentaria de Aragón (CTA), Miguel Gutiérrez, durante la presentación del dossier de elaborado por Red Arax, una iniciativa público-privada creada en 2019 que tiene como objetivo la transferencia de conocimiento para facilitar las decisiones de siembra de los agricultores aragoneses.

“Podría haber sido peor”, han señalado Abadías y Gutiérrez, que han asegurado que si no fuera por la mejora vegetal y la apuesta por variedades adaptadas al territorio, resistentes a la sequía, a plagas y enfermedades, el descenso hubiera sido mayor. También han amortiguado la caída las producciones de regadío que, a pesar de las restricciones en el riego, han soportado mejor la falta de lluvias.

No ha habido provincia que se librara del azote de la sequía, que ha reducido a la mínima expresión los rendimientos por hectárea, ha advertido Gutiérrez. La que más ha sufrido ha sido Teruel, cuyas producciones se encuentran en gran mayoría en secano. A pesar de aumentar la superficie dedicada a estos cultivos en un 7,5% hasta las 178.697 hectáreas de cereal, han llegado a los graneros poco más de 146.000 toneladas, lo que supone un descenso del 67,5% respecto a 2022, una caída que “hace años que no ocurría”, matizó el representante del CTA.

Zaragoza ha seguido esta misma estela. Ha registrado uno de los peores datos de producción de los últimos años. Ha cosechado 430.000 toneladas, un 58% menos que la obtenida en la pasada campaña, marcada también por los descensos.

Solo Huesca ha conseguido amortiguar el violento impacto de la sequía. Lo ha hecho gracias “al peso que los regadíos tienen en este territorio”, ha señalado Gutiérrez, que ha recordado que “el riego, a pesar de la restricciones ha permitido sacar adelante los cultivos”, algunos de los cuales incluso han arrojado mejores resultados que en la pasada campaña. Ayudaron además en las producciones más tardías las lluvias de junio. Así, los cerealistas oscenses han cosechado 763.300 toneladas de cereal de invierno, un 8,8%menos que el pasado año.

“Ha sido una campaña mala en producción y en precios, cuya siembra se realizó además en un momento en el que la semilla tenía un alto precio”, ha matizado Abadías.

La importancia de estos datos se justifica no slo por la dependencia de Aragón con estas producciones que ocupan el 70% de la tierra agrícola cultiva en la Comunidad. Sobre estas hectáreas destaca la presencia de la cebada, una especie que se extiende por el 57% de la superficie dedicada al total del cereal de invierno, sino también por las certezas que aportan a los agricultores para encarar la próxima siembra, que comenzará en un par de semanas.

Pero en opinión de ambos técnicos, la próxima sementera no solo estará marcada por la disponibilidad o no de agua, sino especialmente por los imperativos de la nueva PAC. Y, aunque es complicado adelantar cuáles serán las decisiones de los productores a lo hora de echar el grano, Gutiérrez reconoce que para el secano existen cultivos más resilientes como la cebada y el centeno y que en regadíos es muy probable que se opten por cultivos de alto rendimiento.

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