El FMI cree que España está "en una buena posición" este año y el que viene

Pronostica un crecimiento del 1,5%.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
MICHELE TANTUSSI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó hoy que, si se observa el crecimiento de España esperado para este año y el que viene, el país está "en buena posición", pese al ajuste a la baja que este organismo ha hecho en las previsiones de 2024.

"En general debo recalcar que, si se ven juntos 2023 y 2024, España está en una buena posición", afirmó en una rueda de prensa el director del Departamento Europeo del FMI, Alfred Kammer.

En sus últimas proyecciones macroeconómicas publicadas esta semana, en el marco de sus reuniones de primavera, el FMI pronosticó que la economía española crecerá el 1,5 % este año, cuatro décimas más de lo proyectado anteriormente, pero redujo en cuatro décimas el crecimiento esperado para 2024, hasta el 2 %.

Una bajada que, señaló Kammer, se explica por "la respuesta tardía al endurecimiento monetario" en la zona euro y también por el endurecimiento de las condiciones financieras por "la suma de los episodios bancarios que hemos tenido".

Las cifras de crecimiento de España estimadas por el organismo dirigido por Kristalina Georgieva van en línea con las proyecciones del Banco de España, que en sus últimas estimaciones lo sitúa en el 1,6 % este año. El Gobierno español es mucho más optimista y calcula un crecimiento del 2,3 % este año.

España será la economía que más empuje el flojo crecimiento de la eurozona, pues estas cifras están por encima de la media de la zona euro, que crecerá el 0,8 % este año (1 décima más que lo proyectado anteriormente) y el 1,4 % el año que viene (dos décimas menos).

En la rueda de prensa, Kammer explicó que el menor crecimiento para Europa se debe al "los efectos de la invasión rusa de Ucrania" que causaron un gran impacto en las economías europeas.

Recordó entre esas consecuencias el encarecimiento de los precios de la energía y el aumento de la inflación, que han requerido un mayor ajuste monetario, reducido el poder adquisitivo de las personas y aumentado los costes de producción.

Señaló en cualquier caso que hay diferencias entre los países de la región dependiendo de su dependencia energética.

También explicó que lo que más preocupaba el año pasado era que un cierre de gas ruso pudiera detener la economía europea, algo que habría causado una "gran recesión" en Europa pero que "no sucedió".

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