Heraldo del Campo

fruticultura

Aniñón sabe de cerezas

La II jornada ‘El cerezo en la Comarca de Calatayud’ reune en la localidad zaragozana a expertos, productores, peritos y comerciales relacionados con esta fruta de hueso.

La jornada despertó el interés entre investigadores, productores, peritos y comerciales.
La jornada despertó el interés entre investigadores, productores, peritos y comerciales.
Macipe.

Comprobar el estado de salud del sector de la cereza y seguir avanzando para conseguir un producto mejor. Con esos dos objetivos ha tenido lugar en Aniñón (Zaragoza) la II jornada ‘El cerezo en la Comarca de Calatayud’, un foro en el que se dieron cita más de medio centenar de asistentes, entre investigadores, productores, peritos y comerciales relacionados con este ámbito. Cuatro ponencias, una mesa redonda y momentos de encuentro en los que se difundieron descubrimientos, avances y experiencias compartidas en genética, tratamientos sanitarios y herramientas a utilizar desde la plantación a la cosecha.

"Hay muchísimo interés, pero a veces se hace difícil acercar ese conocimiento al campo. Aquí no se cuenta siempre lo mismo. Se transmiten cosas nuevas, de manera cercana y para que todo el mundo esté al día de lo que se está haciendo y de cómo mejorar", explica Diego Laya, organizador y jefe de la Unidad de Cultivos Leñosos del Centro de Transferencia Agroalimentaria (CTA) del Gobierno de Aragón. Así, recuerda que este encuentro surgió "de una jornada de puertas abiertas en la finca experimental de la localidad a la que vino el investigador Javier Rodrigo y visto el éxito que hubo tuvimos claro que había que repetir y hacerlo aquí".

Entre los puntos de interés estuvo el control de enfermedades y ahí Vicente González, investigador del Departamento de Sistemas Agrícolas, Forestales y Medio Ambiente del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) hizo hincapié en cómo atajar esos problemas de salud de la forma más sostenible. "Hay que manejar esas enfermedades, controlarlas, sin abusar de sustancias químicas ni abusar de fungicidas", argumentaba. En este sentido recordaba que "cada vez los estándares son más altos, especialmente en la exportación" y puntualizaba que "el consumidor cada vez demanda productos más sostenibles, de residuo cero, y que no dejen dudas".

Ana Wünsch, investigadora de Ciencia Vegetal del CITA, se centró en abordar cómo trabajan con vistas a la mejora genética de las distintas variedades y los retos que plantean. "Llevamos trabajando mucho tiempo en la conservación de recursos genéticos de variedades locales y para conservar la biodiversidad y usarla en la mejora", detalló. En cuanto a los aspectos que estudian, indicó que se anotan fechas de floración, requerimientos de frío, proceso de maduración, contenido nutricional y calidad del fruto en cuanto a tamaño, firmeza y color.  

La finca experimental en la que se desarrollan los ensayos.
La finca experimental en la que se desarrollan los ensayos.
Macipe.

Tras la intervención de Celia Cantín, investigadora del CSIC en la estación del Aula Dei, Manuel Serradilla, del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex), abordó asuntos como la bioestimulación y la necesidad de formación para la poda, la recolección y el relevo generacional.

"Van surgiendo avances en técnicas, productos… Y tenemos que estar al tanto para aplicarlo y no quedarnos obsoletos", resumía Mari Carmen Lorén, productora de La Almunia. También entre los asistentes, Juan Luis Viejo, de Sabiñán, reconocía que la asistencia es "para aprender, para saber aplicar lo mejor a los cultivos y porque nos jugamos nuestro dinero".

Como anfitrión del evento y productor, el alcalde de Aniñón, José Manuel Sebastián, subrayaba que "jornadas como está son muy importantes, porque se aprende mucho". "Por muy profesionales que seamos y que llevemos toda la vida, siempre se aprende algo nuevo", sentenciaba.

La finca experimental de nuevas tecnologías en cultivos leñosos ‘Alto de Pinilla’, impulsada entre la SAT Niño Jesús, la Comunidad de Regantes, el Ayuntamiento de Aniñón con la colaboración de fondos Feader y el Gobierno de Aragón, se encuentra en el término municipal de la localidad, al pie de la carretera N-234 y cuenta con unas dos hectáreas. En esta superficie se desarrollan distintos cultivos en los que se ensayan avances en tecnologías y procesos.

El Centro de Transferencia Agroalimentaria cuenta con otras fincas similares en Caspe, especialmente para cereza, y en Alcañiz, para melocotón y oliva. 

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