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La cuesta de enero de la electricidad: "En 2022 se van a mantener los precios elevados de la energía"

El año empieza como terminó, con la electricidad cuatro veces más cara, que pone en jaque los presupuestos de familias y empresas.

Torre de electricidad.
Torre de electricidad.
EP

El precio de la electricidad sigue sin dar un respiro a hogares y empresas. La luz se ha encarecido en el último año un 72% incluyendo las rebajas de impuestos aplicadas por el Gobierno central a la factura de la electricidad desde mitad de año. Sin ellas, casi habría llegado al 96,8%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con el dato de inflación del pasado diciembre. Los precios cerraron 2021 en el 6,5%, un récord no visto en 30 años, y todo por la luz.

Y las previsiones para este ejercicio que empieza no son nada halagüeñas. "En 2022 creo que se van a mantener los precios elevados de la energía", sostiene José María Yusta, profesor de ingeniería de la Universidad de Zaragoza. Los mercados de futuros que suelen marcar la tendencia de los precios para los próximos trimestres siguen llenos de incertidumbre. "Viven del sentimiento del presente", asegura el ingeniero. Las amenazas que han tirado al alza de los precios durante la segunda mitad de 2021 siguen ahí. La tensión entre Rusia y Estados Unidos por el mercado del gas se mantiene.

Precios cuatro veces más caros

El experto en mercados energéticos reconoce que "estamos un poco mejor que en diciembre, que se llegaron a alcanzar valores nunca vistos del precio del gas y la electricidad". Pese a ello, "siguen estando en valores elevadísimos". Los 200 euros por megavatio hora en los que se ha mantenido la última semana multiplica por cuatro el precio de los últimos años.

En este escenario de precios las familias tratan de cuadrar sus presupuestos y las empresas de afrontar unos costes con los que no contaban. Tras conocer los últimos datos de la inflación, desde el sindicato CC. OO. Aragón se ha alertado de que "hay muchos hogares que no están pudiendo hacer frente al encarecimiento de la electricidad y se encuentran en una situación de ‘pobreza energética’" y han pedido más ayudas. Entre las que entrega el Ayuntamiento de Zaragoza, las destinadas a pagar la factura eléctrica se duplicaron ya en la primera parte de 2021.

"Empobrecimiento" de los hogares

"El presupuesto familiar ha descendido un 10,7% a lo largo del último año", calcula Alejandro Marín, delegado de OCU en Zaragoza. La asociación de consumidores alerta de que el "brusco" descenso de los ingresos de la familia unido a un incremento del coste de servicios básicos "puede ser el caldo de cultivo para el empobrecimiento de todos los consumidores".

Y el encarecimiento de la electricidad también tiene en alerta a las empresas. Aurelio López de Hita, presidente de Cepyme Aragón, cree que la actual espiral de precios pone a las empresas en un "gravísimo riesgo" y va a "retrasar la reactivación" de la actividad económica. Por delante augura un año "muy complicado".

Para las empresas, la subida de la luz es solo uno más de los problemas que han ido acumulando este año. "La situación es complicada porque convergen una serie de circunstancias como la pandemia de covid, los costes de la energía, el IPC, el desabastecimiento de los componentes de la industria y la psicosis de la incertidumbre y la desesperanza", añade López de Hita, presidente de las pymes aragonesas. Recalca que son el colectivo "más delicado de nuestra estructura empresarial por su propio tamaño". Aunque son muchas las dificultades se muestra "convencido" de que se superarán, pero la duda está en "cuánto va a durar esta situación y los efectos que va a dejar».

Desde la Unión de Consumidores de Aragón, su presidente José Ángel Oliván cree que no pueden bajar los precios "mientras no cambie sistema fijación de precios". El actual de subastas que "casa" el precio con el de la energía más cara, condena a seguir sufriendo el impacto del gas. Además, lamenta que la Unión Europea (UE) se resista a modificar el mercado de derechos de emisión.

El impacto de la subida ha sido directo en los consumidores de la tarifa regulada, que sube según los vaivenes del mercado. El precio del kilovatio hora ha pasado de los 0,09 euros de octubre de 2020 a los 0,32 a los que terminó el pasado mes de diciembre. Yusta recuerda que los consumidores del mercado libre no se van a librar de toda la subida, ya que la vivirán «en diferido» cuando les toque revisar sus tarifas.

Advierte de que no es el momento de tomar decisiones precipitadas a la hora de cambiar de compañía, aunque el miedo a las subidas pueda llevar a tomarlas. "Tampoco es el momento de atarse con contratos de largo plazo porque está en máximos", apunta En el caso de las empresas, puede que terminen asumiendo un precio más alto del que puede haber al final del contrato, lo que les restaría competitividad. Esta también la pierden ahora con el actual alza.

En las previsiones para el año no ve muchos factores que indiquen que se van a abaratar los precios. "No veo expectativas de que vayan a bajar", apunta. No descarta que ocurran "cosas que no esperamos" o que tengan un mayor impacto consecuencia de otras como una mayor "destrucción" de la demanda. Como ejemplo, que aumenten los paros productivos de las "grandes empresas electrointensivas". Un motivo que sería una mala señal para la economía, pero que si baja la demanda puede hacer que repercuta en una reducción de los precios. "La normalización de todas las cadenas de suministro todavía va a costar un poco", considera, por lo que esta situación coyuntural podría reducir también el consumo de luz.

La factura sube 274 euros en un año

Alrededor de ocho millones de personas en España atraviesan dificultades o no pueden pagar la factura del agua, el gas y la luz, según datos recogidos por CC. OO. Aragón esta semana. El sindicato ha puesto sobre la mesa soluciones como evitar que corten el suministro a los hogares más vulnerables, ampliar el bono social y pide una "profunda revisión del oligopolio de las eléctricas en España".

El Gobierno ha tratado de intervenir en lo que ha podido para reducir la factura de la luz. Las medidas introducidas a mitad del año pasado iban dirigidas a abaratarla descargando costes que van e n la factura. Se ha reducido el IVA, eliminado el Impuesto de la electricidad, y se ha hecho una "revisión drástica a la baja" de los cargos del sistema, repasa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Sin embargo, han acabado el año "neutralizadas y superadas" por el coste de la luz. En diciembre una factura media para hogares con PVPC (tarifa regulada)se ha situado en 119,17 euros. La factura total de 2021 se ha elevado a 949 euros, que es un 41% más que la factura de 2020 (675 euros), es decir, 274 euros. Y el alza es de un 18% respecto a la factura de 2018, a la que el Gobierno se había comprometido a no superar, según los cálculos de OCU.

La organización alaba que se haya puesto el foco en la subasta que fija el precio y "los ingresos extraordinarios" o caídos del cielo que tienen las tecnologías como la nuclear, hidráulica o la eólica. Desde Unión de Consumidores de Aragón, su presidente José Ángel Oliván, pide cambios y espera las próximas presentaciones de resultados para ver quiénes han sido los más beneficiados e la actual escalada de precios. Aconseja leer bien la letra pequeña de los contratos. "Desconocemos las ofertas en su totalidad y no te cuentan nunca todo", apunta.

OCU insiste en una "remuneración justa" para cubrir costes, pero sin generar beneficios extraordinarios para el resto del mix energético. Recuerda a las familias que comprueben si encajan con los requisitos del bono social, que incluye descuentos del 25% al 70% en la factura. Y solo se puede disfrutar si se permanece en la tarifa regulada. Ha lanzado una campaña de compra colectiva de luz.

Purga de comercializadoras

El pasado ha sido un annus horribilis no solo para los consumidores, sino también para las comercializadoras de energía. Los precios han aumentado el beneficio, pero les han puesto también en aprietos al multiplicar los avales necesarios para operar cada día en el mercado eléctrico. A ello se ha unido el retraso en el cobro de las facturas por los problemas con la facturación, tras los cambios normativos, de las compañías a las que compran la energía. En el complejo mercado de la energía, la liberalización de hace dos décadas diferenció entre la generación, el transporte, la distribución y la comercialización.

Empresas diferentes producen la energía, la distribuyen y la venden, aunque en algunos casos al consumidor le resulte difícil distinguirlo. En el caso de las grandes eléctricas, se trocearon para cumplir con la liberalización, pero siguen llevándose la mayor parte del mercado, alrededor del 80%. El resto se reparte entre unas 300 comercializadoras que han ido apareciendo estos años.

Si el precio ha pasado de 50 a más de 300 euros en la escalada de la electricidad, el esfuerzo financiero se ha multiplicado también ya que tienen que afrontar pagos en forma de avales al gestor del sistema eléctrico (Omie), a Red Eléctrica y las distribuidoras a las que compran la energía.

A ello se han unido los atrasos en la facturación, que han llevado a que la Asociación de comercializadores independientes de energía (ACIE) haya pedido al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y a la CNMC poder acceder directamente a los datos de las lecturas de los contadores, que ahora facilitan las distribuidoras, para evitar que se repitan en este año los retrasos que las dejaron meses sin poder cobrar a sus clientes.

"Los que tenemos sistemas propios tenemos más agilidad para facturar, pero muchas comercializadoras han cerrado y otras están siendo vendidas", reconoce Alberto París, socio fundador de la comercializadora aragonesa de energía verde Syder, una de las más importantes por tamaño en el sector.

La CNMC advirtió a finales del año pasado de esta situación e incluso hizo una flexibilización de los aportes financieros, para reducir las garantías que tienen que presentar para operar en el mercado. Desde el sector creen que no resolverá el problema de las que atraviesen por una situación delicada.

Tras meses de precios altos se han empezado a ver movimientos. Algunas han aprovechado para salir de compras, como la comercializadora de energía verde Holaluz, que ha adquirido Bulb Energy. Otras como Aura Energía han sido expedientadas por la CNMC tras acumular impagos para poder operar.

La mayor parte de las pequeñas comercializadoras dedican sus esfuerzos a captar clientes en el segmento de las pymes y pequeños negocios, que les pueden resultar más rentables. "Son consumos mayores, donde el esfuerzo comercial y el margen de beneficio compensa", indica José María Yusta, experto en mercados energéticos. En el mercado de los hogares, las grandes siguen concentrando el mayor número de clientes. "No es fácil competir en el sector doméstico porque hay que hacer mucho esfuerzo comercial", apunta.

Para París, el enorme listado de firmas "no tiene que ser insano porque hay más competencia". Augura ahora una "concentración" que reducirá su número.

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