Reforma de autónomos: "Si por ingresar 3.000 euros hay que cotizar 2.400, además de injusto sería trabajar para el Estado"

Los autónomos aragoneses están casi tan cabreados con las tablas que maneja el Gobierno para un nuevo sistema de cotizaciones a la Seguridad Social, como por haberse enterado de él por la prensa, después de arrastrar la reforma durante años.

Desde las organizaciones de autónomos ATA y UPTA en Aragón han mostrado su rechazo a la propuesta que ha salido a la luz, que incluye 13 tramos de cotización en función de los ingresos reales, que se iría implementando en los próximos nueve años. Contempla el pago de una cuota mensual que va de los 90 a los 1.220 euros. Los cálculos, que han sido hechos de forma unilateral por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social que encabeza José Luis Escrivá, no convencen. Hasta el punto de que las organizaciones esperan que no lleguen a salir adelante.

"Deslealtad"

"Si por ingresar 3.000 euros hay que cotizar 2.400, además de injusto sería trabajar para el Estado", critica Mayte Mazuelas, presidenta de ATA-Aragón. El ejemplo incluye el supuesto de quienes tienen dichos ingresos anuales y tendrían que afrontar una cuota de 200 euros al mes, que irían bajando hasta los 90 euros, pero pasados nueve años. La organización dice un 'no' "rotundo" al planteamiento que se ha conocido y considera una "deslealtad" que las organizaciones que representan al colectivo "nos hayamos tenido que enterar por la prensa", o, en su caso, por pertenecer a la patronal CEOE. Esta última también ha rechazado la propuesta.

"Es inaceptable porque está mal diseñada y muy alejada de la realidad", considera. Y critica que no ha hecho más que crear "nerviosismo" en el colectivo, en algunos casos sin poder trabajar todavía por las restricciones impuestas por la pandemia de covid-19.

Desde UPTA, su presidente en Aragón, Álvaro Bajén, reconoce que esos cálculos no se habían puesto sobre la mesa en los intentos que ha habido en los últimos años de afrontar la reforma del sistema de cotización de los autónomos. Además, con la crisis económica que ha traído la pandemia, afirma que "no es el momento" de esa reforma, pensada antes de la situación actual.

Todavía faltarían muchas incógnitas por resolver. "La propuesta es finalista y no aclara qué va a suceder con su aplicación progresiva, en qué consiste esa progresión. Su aplicación sería a partir de 2023 con una tarifa concreta, pero hasta su implantación total en 2031 no sabemos cómo se va a materializar", plantea Mª Teresa Gómez, presidenta del Colegio de Gestores Administrativos de Aragón.

Además, destaca como "el mayor cambio" que en el nuevo régimen ya no se habla de voluntariedad sino de obligación. "Pasamos de elegir a obligar, porque aunque se vaya a posibilitar la opción de cambiar estas bases hasta seis veces al año (ahora son cuatro), la situación se regularizaría a final de año en función de los resultados reales de la actividad", explica la gestora administrativa. Entre las "lagunas", destaca si se ha pensado en las consecuencias fiscales de una regularización de resultados a posteriori.

"Sacar ahora una sistema de cotización, aunque sea transitorio, que nos lleve a que 900.000 autónomos incrementen su cotización en cantidades significativas, no toca", plantea Bajén sobre el grupo que calcula se vería más afectado en España.

"En la salida de una gran guerra de covid, que nos está destruyendo el aparato productivo, lo que hace falta es incentivar la creación de empresas"

"Cargar de cotizaciones en este momento es un error, aunque sea transitoriamente", añade. Teniendo en cuenta el momento actual, en la "salida de una gran guerra de covid, que nos está destruyendo el aparato productivo", considera que lo que hace falta es "incentivar la creación de empresas".

En ello coincide la presidenta de los gestores administrativos. "Evidentemente, este no es el mejor momento para adoptar cambios. En la situación económica real, en la que muchos de los autónomos han sobrevivido gracias a las prestaciones y ayudas de las Administraciones, van a ver incrementados sus costes", apunta.

Bajén cree que sigue siendo necesario reformar el régimen especial de trabajadores autónomos (RETA) por el que cotiza el colectivo, para acercarlo a los ingresos reales y no unas cuantías máximas y mínimas. Sin embargo, de momento, "más que tocar la cotización tocaría el sistema de incentivos y el complemento de mínimos para la jubilación". Actualmente los autónomos suelen cotizar lo mínimo hasta los años en los que se acercan a la jubilación, lo que les deja unas pensiones muy por debajo de la media. Bajén es consciente de que "tiene que haber un esfuerzo de más cotización de los autónomos" porque en promedio su prestación cuando se retiran queda en 900 euros al mes, cuando la de un trabajador por cuenta ajena llega a los 1.400.

"En numerosas ocasiones, los autónomos a pesar de tener empleados que cotizan por sus salarios reales, cotizan por el importe mínimo por su afán de reducir costes y hacer que la actividad sea viable", reconoce Gómez. En este sentido, apunta que es necesaria una "labor pedagógica" entre el colectivo para que vean que "el gasto realizado en las cotizaciones en Seguridad Social, aunque en un primer momento sea considerado como un gasto, realmente es un plan de pensiones obligatorio, que nos protege no solo para la jubilación sino frente a cualquier circunstancia adversa, bien sea una baja por enfermedad, accidente o invalidez". De hecho, muchos autónomos cotizan por el mínimo pero luego complementan su cotización con un seguro privado de accidentes o salud.

Ninguno de los representantes de las organizaciones de autónomos cree que esta propuesta vaya a salir adelante tal y como está formulada. Esperan la llamada del ministerio para sentarse a negociar un acuerdo sobre los cambios que puedan producirse en la cuota de autónomos, ahora o en el futuro. "Creo que todo esto acabará en la papelera", augura Mazuelas.