Hay otras formas de comprar luz y no pasan por una comercializadora

La compra de electricidad y gas no siempre tiene que realizarse a través de una comercializadora. Hay otros caminos, menos conocidos, pero más innovadores y con los que el consumidor (sobre todo la empresa) puede obtener evidentes ventajas para su bolsillo. Existen otras alternativas, como la compra agrupada, una solución que permite a los consumidores acceder a los mercados sin necesidad de pasar por el modelo tradicional.

“Estamos acostumbrados a comprar naranjas o flores directamente al productor y en el gas y la electricidad también es posible”, ha explicado este jueves José María Álvarez, consejero delegado de Switching Consulting, momentos antes de que comenzara la II Jornada sobre Energía y Sostenibilidad, que se celebra hoy en Zaragoza y organizada por el esta empesa aragonesa dedicada a la prestación de servicios de consultoría, asesoría o gestión administrativa, relacionados con la energía, y DKV Seguros. Un encuentro para abordar “con una visión innovadora, valiente y sobre todo práctica las diferentes opciones de abastecimiento que ofrece el mercado energético especialmente a los grandes consumidores privados y públicos”.

Álvarez ha detallado que con la compra agrupada de energía aparece también una nueva figura, el llamado agregador, que no es otra cosa que el responsable técnico y financiero que representa a los consumidores en el mercado mayorista de electricidad y ante el operador del sistema eléctrico. Y el que consigue que, aún incluyendo el coste de su servicio, los ciudadanos, las empresas y las administraciones, pueden conseguir luz a mejores precios y, por lo tanto, una rebaja de sus costes. “En este modelo existen además plataformas tecnológicas que facilitan el acceso a dichos mercados”, ha puntualizado Álvarez, que ha insistido en que se trata de un modelo sencillo “que la gente tiene que conocer”.

Un ejemplo del uso de este tipo de iniciativas es la Universidad de Zaragoza, que también ha participado en dicha jornada, y cuyo representante ha explicado que desde el pasado mes de enero, la institución académica realiza compras conjunta de energía junto con otras cinco universidades españolas “porque consideramos que es el primer paso para ir a mejores costes”.

El retraso de la regulación

La regulación también ha tenido protagonismos en este encuentro. Y no precisamente para dar tranquilidad a los asistentes. “Todo esta igual. Lo más preocupante es que hace nueve años se puso la última coma sobre la regulación del sector eléctrico y todo sigue igual”, ha señalado Ramón López, ingeniero y presidente de Grupo ASE, especializado en la asesoría energética para las empresas.

López ha dejado sobre la mesa un dato que demuestra el avance de las energías renovables. “Hace 8 años un construir una instalación para producir un megavatio de energía fotovoltáica costaba siete millones de euros, ahora cuesta 800.000”, ha ilustrado este ingeniero. Y ha lamentado que mientras la tecnología va a gran velocidad, mientras la energía fotovoltáica y la eólica han superado su periodo de aprendizaje y se han industrializado, reduciendo “una barbaridad” sus costes de fabricación, “la regulación no va en esa dirección, no se va adecuando a la democratización de la energía”. Así, ha asegurado López, “mal vamos”, porque se está viviendo una revolución tecnológica a la que no acompañan los legisladores.

Con DKV como anfitrión, los expertos y los asistentes a esta jornada, cuya primera edición fue impulsada por esta compañía “para promover y divulgar las sostenibilidad y la innovación en sostenibilidad”, han visitado las instalaciones del tranvía para conocer no solo su centro de control sino también su modelo de gestión y compra de la electricidad.