Por
  • Luis H. Menéndez

La industria del papel

Instalaciones del grupo francés Emin Leydier adquirido por la multinacional aragonesa Saica
Instalaciones del grupo francés Emin Leydier adquirido por la multinacional aragonesa Saica
G. S.

La escuela de hostelería Topi de Zaragoza, de la Fundación Picarral, ofreció en su comedor de Camino de los Molinos, en febrero pasado, un curioso menú en el que destacaban unos hilos de papel reciclado de hortalizas y unas bobinas de chocolate. Lo hacía para celebrar los 75 años de historia de Saica, el grupo papelero que se ha convertido en los últimos lustros en la primera multinacional de capital totalmente aragonés. Una compañía con presencia en nueve países, que emplea a más de 10.000 personas y prevé facturar más de 2.700 millones de euros, la auténtica líder de un sector que genera mucha riqueza y puestos de trabajo en Aragón.

Saica (Sociedad Anónima Industria Celulosa Aragonesa) nació un 4 de febrero de 1943 por iniciativa de las familias Balet, Aragüés y Rived en años de convulsión bélica en Europa. Comenzó siendo un negocio textil donde muy pronto se produjo también el papel de estaza, cuya resistencia le hace idóneo para productos de comercio y bolsas. Con el tiempo, en su sede de la calle Cantín y Gamboa de Zaragoza, acabó centrándose en el papel. En 1979 inició su aventura internacional –en México–, si bien tras el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986 decidió orientar toda su apuesta exterior en el Viejo Continente.

Hoy, Saica es un gran grupo europeo que ha crecido tanto órganicamente, con importantes inversiones en Zaragoza (particularmente en El Burgo de Ebro) como a través de adquisiciones –la última importante en Francia–, amén de la ampliación de un negocio que incluye el embalaje flexible y novedosas actuaciones especializadas en reciclaje. Con la compra del grupo galo Emin Leydier, cerrada hace unos meses, la multinacional familiar aragonesa ha conseguido incrementar su capacidad de producción de papel un 30% y en un 10% la de cartón. Hoy, la firma que dirige Ramón Alejandro Balet, cabeza visible de una firma con 90 familias accionistas, tiene también fábricas en Italia, Portugal, Reino Unido, Irlanda, Turquía, Luxemburgo y Holanda.

Con toda esta historia detrás, Saica cumple 75 años de andadura que bien vale la pena celebrar de un modo especial. Así lo hará, con presencia institucional, mañana en El Burgo de Ebro, su gran centro de operaciones, donde ha ido creciendo a lo largo de los años, apostando fuerte con muchas acciones de I+D y a donde ha atraído, a su vez, a empresas del sector de otros países con voluntad de crecer entre nosotros.

Entre esas empresas está ICT (Industrie Cartarie Tronchetti), grupo italiano que decidió en 2003 ubicar en esa localidad zaragozana un centro de producción que ha crecido desde 2005 hasta conseguir duplicar, hace solo unos días, su capacidad productiva, pasando de las 70.000 a las 140.000 toneladas de papel, tras una reciente inversión de 125 millones de euros. ICT Ibérica, fabricante de papel higiénico de la marca Foxy, ha cumplido con los plazos anunciados en 2003 y da empleo hoy a unas 250 personas.

Fortalecen la industria del papel en Aragón otras compañías como Gomà-Camps, Valmet y Europac, con plantas ubicadas en Ejea en el primer caso, en Zaragoza y El Burgo en el segundo, y en Alcolea en el tercero.

Llamativo es el caso de Gomà-Camps, grupo catalán que en los primeros años de su trayectoria en Ejea (iniciada en 2005) contó con un socio alemán, Wepa, pero que desde 2015 pilota en solitario una fábrica que hace solo tres meses presentó una nueva línea de producción de papel tisú gracias a una ampliación de instalaciones en la que invirtió cerca de 33 millones de euros. Las plantas de La Montañanesa (Lecta) y Valmet, por su parte, han recibido también importantes inversiones en los últimos años.

La industria del papel en Aragón vive, como se está constatando este año, una etapa positiva con inversiones que son una garantía de futuro. Apuestas destinadas a crear riqueza y empleo en la economía de una región donde el sector del automóvil no es el único protagonista.