Antón Costas: "Atender la desigualdad debe ser un objetivo central del Gobierno"

El presidente de la Fundación Círculo de Economía pide un mejor reparto de la renta en España para evitar la fragmentación social y asegura que hay margen para subir los salarios.

Antón Costa pronunció una conferencia el pasado miércoles en el Foro Ibercaja.
Antón Costas: "Atender la desigualdad debe ser un objetivo central del Gobierno"
G. Mestre

¿Cuál considera que es el mayor problema de la economía española?

La desigualdad es el principal problema que tiene España y las democracias liberales occidentales. Y, sin embargo, las elites no son conscientes del todo de su gravedad e importancia. España es el país no solo de la Unión Europea sino de la OCDE, el club de los más ricos, en el que más ha aumentado la desigualdad y la pobreza, desde 2008. Es algo que nos tiene que hacer pensar. Creo que ha llegado el momento de que nuestro Gobierno además de mostrarse preocupado haga algo. Atender la desigualdad debe ser su objetivo central, porque no lo sabemos ver, pero la desigualdad es como un poderoso disolvente, que disuelve la cohesión social, ese sentimiento que tiene que existir en una sociedad para que funcione de forma mínimamente armoniosa.

¿La desigualdad supone una amenaza para el propio sistema?

Por supuesto. Si queremos mantener las democracias liberales en pie tenemos que atender la desigualdad. Lo estamos viendo. La fragmentación social es la causa de ese ataque tremendo que están teniendo las democracias con el auge del populismo autoritario, que ya está en el poder en países como Polonia, Eslovaquia o EE. UU.

¿No cree que una herramienta para redistribuir la renta es la subida salarial?

Claro. Podemos hacerlo y debemos hacerlo por tres motivos: primero porque los salarios son fundamentales para una vida digna de las personas. En segundo lugar, porque sin buenos salarios el capitalismo no puede funcionar ya que es el único sistema económico que no puede mantenerse solo con el consumo de los ricos sino que han de ser las grandes clases medias y clases trabajadoras las que han de tener rentas suficientes para poder comprar. Y en tercer lugar porque si los salarios no suben la propia economía funciona peor. No podemos pensar que trabajadores con bajos salarios vayan a ser más productivos. Yo insisto en las empresas en las que estoy: si tenemos margen hay que mejorar salarios.

Pero, ¿hay margen?

Puedo decirle que soy consejero de varias empresas y veo crecimientos salariales para 2018 relativamente importantes. Claro que hay margen. Mire, cuando vemos los datos que ofrece Funcas y calculamos los excedentes empresariales comprobamos que en 2017 –pero también los hubo en 2016 y 2015–, el sector empresarial no financiero, es decir, las empresas españolas, excluidas las finanzas y la construcción, tuvieron un excedente empresarial de 30.000 millones de euros. Es el mayor en relación al PIB de todas las economías de la OCDE. Un excedente de esta cuantía indica dos cosas: que hay margen para subir salarios y, que tiene que haber problemas de formación de precios de monopolio y de márgenes excesivos en muchos sectores o de lo contrario esos excedentes no podrían darse.

Sin embargo, algunas empresas se escudan en que no suben salarios para no perder competitividad.

Muchas reformas en España para mejorar la competitividad han estado exclusivamente basadas en la bajada de salarios. Eso es inconcebible desde el punto de vista económico y desde el sentido común. En el mejor de los casos es pan para hoy y hambre para mañana. Además, la productividad no es una cuestión de los trabajadores sino de los dirigentes de las empresas españolas. Si hay una cosa que diferencia nuestras empresas es el modelo de gestión empresarial, que en este país es de menor calidad.

¿Qué quiere decir?

En España aún existe en muchas empresas un modelo de gestión anquilosado, que no produce complicidad con los trabajadores ni mejora de productividad alguna. Hemos de llevar al mundo patronal español, a los empresarios, a entender que la mejora de la economía en general se basa fundamentalmente en dotar de más calidad la gestión empresarial y que eso es su responsabilidad. Los trabajadores han demostrado a lo largo de siete años que son capaces de hacer esfuerzos y no se les puede exigir más.

¿Considera que hay que poner punto final a las políticas de recortes?

Nuestros Gobiernos, tanto el español como el europeo, no pueden permitir que se vuelva a hacer una política macroeconómica demencial como fue la de austeridad de 2011. Y también tendrían que actuar sobre la falta de eficiencia de muchos mercados de bienes y servicios, básicos para las familias como la vivienda, ya que en lugar de ser precios de eficiencia basados en la competencia se forman mediante lógicas de monopolio. Es decir, son precios que sacan toda la renta disponible a hogares que de por sí tienen poca. Es como una doble tijera. La hoja de abajo son los ingresos, si los salarios caen y también las prestaciones, la pobreza aumenta. Y la hoja de arriba son los precios de monopolio que han de pagar a coste superior a lo que serían precios justos de competencia, lo que genera todavía más pobreza y desigualdad.

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