Contra la brecha salarial y el techo de hormigón

El salario y las pensiones de las mujeres se ven reducidas por la mayor precarización de los sectores y puestos en los que trabajan, contratos a tiempo parcial y reducciones con jornada.

Jornada sobre igualdad del IAM
Jornada sobre igualdad del IAM

Bajas por maternidad, reducciones de jornada, contratos a tiempo parcial, trabajo en sectores con salarios más bajos y con menos complementos que los hombres son algunos de los ingredientes que hacen que el salario y las pensiones de las mujeres sean inferiores a las de los hombres. Entre un 14% y un 25% en el primer caso, según distintas estadísticas, y un 48% en las pensiones de las jubiladas. Así se ha puesto de manifiesto en la jornada sobre igualdad laboral y salarial organizada por el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) dentro del Día Europeo de la Igualdad Salarial que se celebra este jueves. En ella se ha coincidido en la dificultad de acabar con esta brecha que también engorda cuestiones culturales y educativas.

"El techo de cristal es más de hormigón que de cristal", ha dicho la directora del IAM, Natalia Salvo, que ha denunciado las dificultades de acceso y promoción al mercado laboral y la mayor precariedad. "No se podrá convocar ningún pacto de Toledo si no se tiene en cuenta la perspectiva de género", ha asegurado sobre la brecha también en las pensiones. El empleo femenino "no permite a las mujeres poder vivir", ha denunciado.

Durante el encuentro, María Victoria Pérez, responsable de Igualdad de Cepyme Aragón, ha reconocido que “hay que seguir trabajando porque los datos hablan por sí solos”, pero ha defendido que “hay un alto porcentaje de empresas que implantan medidas en lo que se refiere a la retribución”, dentro de las dirigidas para facilitar la igualdad. El pequeño tamaño de la mayoría de las empresas en la comunidad ha considerado que dificulta la introducción de algunas medidas. Desde CEOE Aragón, Carolina Álvarez, ha defendido que “las empresas cada vez están más implicadas en planes de igualdad”. Ha considerado que el concepto de brecha salarial “no debe confundirse con discriminación”, ya que las diferencias salariales se justifican en los diferentes complementos, tipos de contrato, jornadas reducidas, etc.

Desde UGT, Pura Huerta, ha denunciado que muchas de las empresas de más de 250 trabajadores, que tienen obligación de elaborar planes de igualdad, no los hacen. Además, ha planteado “bajar el listón” para llegar a empresas de menos trabajadores y tratar de llegar a acuerdos con la empresa, que van a ir “en beneficio de la productividad”. Entre las medias para reducir la brecha ha planteado subir el salario mínimo. “Cerca dos millones trabajadores no llegan a 730 euros salario mínimo y el 70% son mujeres”. Por ello, el incremento de esta cuantía a 1.000 euros “haría que muchas mujeres subieran su retribución”.

En la formación de la brecha salarial ha explicado que hay complementos que solo reciben los hombres porque sus trabajos “están más valorados que los trabajos de las mujeres”. Ha puesto como ejemplo el trabajo de un peón y una limpiadora cuyas cualificaciones son similares, pero las retribuciones de los peones más elevadas.

La responsable de CC. OO., Elena Pérez, ha añadido “muchos factores de tipo social, educativo, por la asignación de forma tradicional a uno de los sexos de un tipo de roles, que influyen en la brecha salarial, así como la parcialidad, temporalidad y precariedad en el empleo”.

Las diferencias se producen ya desde la formación que eligen hombres y mujeres. “Es muy importante la educación. Trabajar con los alumnos para romper estos estereotipos con los que vamos perpetuando la discriminación”, ha apuntado Pérez. Ellos acaban dirigidos a sectores con sueldos más altos y mayores complementos como la industria y ellas a los de menor retribución como servicios. “Hay segregación por género en el mercado laboral. En el momento de elegir estudios voy a elegir aquellos en los que sé que voy a encontrar trabajo y me voy a encontrar en una profesión feminizada”, ha reconocido. Hay profesiones altamente masculinizadas en sectores como la construcción, mientras que la atención domiciliaria y sociosanitaria suelen ser femeninos. “Esto supone una fuente de ineficacia y rigidez en el mercado” ha lamentado. “Son estereotipos que nos resulta difícil superar”, ha confesado. Así, “en las carreras científicas, que el mercado de trabajo está pagando mejor, hay un porcentaje más alto de hombres”, ha apuntado Álvarez.

Huerta ha pedido concienciar a la sociedad de que “el trabajo de la mujer es igual. Que la corresponsabilidad en el ámbito familiar tiene que ser por igual”, lo que incluye que no recaigan sobre las mujeres las reducciones de jornada y excedencias, por ejemplo. Tras ello está la necesidad de compartir los cuidados tanto de hijos como de mayores.

A la hora de favorecer el desarrollo de planes de igualdad en las empresas, desde CEOE Aragón se ha pedido “más apoyo público” como servicios sociales para atender a los niños mientras la mujer está trabajando. “No podemos solucionar a golpe de ley la brecha salarial”, ha defendido, frente a las peticiones de reforzar la regulación y sanciones hechas desde los sindicatos. “Hay que incentivar, promocionar y poner las herramientas para que salga solo”, ha planteado. Entre las medidas, incentivar la contratación pública a empresas que adoptan planes de igualdad y de responsabilidad social.

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