Cinco años de Sed en el desierto

Bodega dCueva, situada en la localidad monegrina de Lanaja, cumple su quinto aniversario planificando nuevas inversiones con las que poder ampliar su producción.

Fernando Mir, impulsor de Bodega dCueva en los Monegros.
Fernando Mir, impulsor de Bodega dCueva en los Monegros.
F. M.

Cuando hace ahora cinco años Fernando Mir puso la primera piedra de su pequeña bodega en Lanaja (Huesca) su sueño era recuperar una actividad agraria, la vitivinicultura que había llegado a ocupar el 20% de la superficie de cultivo de la seca comarca de los Monegros y que terminó arrinconada y prácticamente desaparecida con la llegada del regadío. Pero los resultados de este proyecto que ahora sopla su primeras cinco velas "han superado todas nuestras previsiones", señala Mir.


Y es que esta bodega, la más pequeña de Aragón tanto en viñedo (cuatro hectáreas) como en producción (9.000 botellas) ha conseguido que sus vinos del desierto –Sed crianza y Duna blanco– no solo se han abierto paso en el mercado de calidad sino que además lucen prestigiosos reconocimientos. "Hemos conseguido encontrar nuestro nicho de mercado y casi consolidado nuestro proyecto y nuestros vinos", señala Mir, que reconoce que comenzó "la aventura" por hobbie y porque "me picó el gusanillo" de recuperar un viñedo que tenía su familia.


Desde entonces, no solo ha incrementado la cartera de clientes en un 50% sino que ha encontrado hueco en un mercado especializado, gourmet y con capacidad adquisitiva medio-alta.


La clave de su éxito, dice este joven empresario, está precisamente en la aridez del clima y el suelo del desierto monegrino. Pero también en la forma en la que se trabajan las tierras y se elaboran los vinos. Las variedades que cultiva –cariñena (o mazuela), garnacha tinta y blanca y alcañón son "típicas aragonesas", explica Mir. Todos sus viñedos se cultivan en vaso, "muy cerca del suelo" y laborea sus tierras con tracción animal. Mir detalla que el duro clima de esta comarca hace que los rendimientos del viñedo sean muy bajos, pero con ello se consigue también "unos vinos de gran personalidad", que se elaboran "totalmente de forma artesanal".


Por todo ello, Bodega dCueva celebra su quinto aniversario mirando al futuro con halagüeñas perspectivas. El próximo año quiere añadir a su viñedo una hectárea más y ya está planificando la inversión que será necesaria para contar a medio plazo, "dentro de cuatro o cinco años" con unas nuevas instalaciones que le permitan alcanzar una producción de unas 15.000 botellas. "No queremos grandes volúmenes, nuestro objetivo es que nuestras producciones sigan siendo limitadas y nuestros vinos exclusivos".


Trabajan además para que sus vinos Sed Crianza, un tinto del que elaboran 6.300 botellas, y Duna, un blanco joven del que ya han agotado toda la producción (2.600 botellas) sean reconocidos en el mercado como ‘El vino del desierto’.

Pensando en la exportación

Mir explica que dado que dCueva en una bodega muy pequeña con no mucha producción, Aragón es el mercado principal de sus vinos. "Alrededor del 70% se comercializa en la Comunidad", explica el empresario, que detalla que también distribuyen sus caldos en Cataluña, Madrid, Alicante y País Vasco, aunque también pueden llegar, de forma particular, a otras partes del país, ya que aunque no cuentan con tienda ‘online’ hay muchos clientes particulares que se ponen en contacto con la bodega a través de la página web para realizar sus pedidos.


Mir mira más lejos cuando habla de futuro y no descarta que en unos años se lancen también a la aventura exportadora.

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