"Te mueves con el cliente"

La transferencia internacional de directivos se ha convertido en una necesidad sobre todo para las multinacionales, aunque la carrera hacia la exportación por parte de las pymes les obliga también a tener que desplazar fuera a sus equipos. No es fácil, pero sí un imperativo en una economía global. Ejecutivos de Zaragoza a los que les toca viajar mucho cuentan su propia experiencia.

Los directivos Alberto Paramio, de Prodesa; Simón Rosales, de Android Zaragoza; y Jorge Blanchard, de Algontec
"Te mueves con el cliente"
A. Navarro

España es el quinto país de Europa en transferencia internacional de directivos. La movilidad te la exigen los propios clientes, aseguran dos ejecutivos de multinacionales del sector automoción y uno de la rama de ingeniería para plantas de biomasa que viven con un pie en Zaragoza y otro en los países a los que les lleva su negocio. Son Simón Rosales, director de la planta de Android Zaragoza, también responsable de una fábrica en Turquía que han puesto en marcha en abril de este año para servir piezas ‘just in time’ a Toyota; Jorge Blanchard, director general de Algontec, al frente de las plantas de Polonia, Zaragoza y Turquía; y Alberto Paramio, responsable de Calidad y Medio Ambiente de Prodesa, que acaba de volver a Zaragoza tras estar coordinando un proyecto de planta de biomasa en los Estados Unidos.


«Procuro de cada mes pasar al menos una semana en Turquía. Aunque ahora con todo lo que está pasando, de la intentona de golpe de Estado, y pese a que por negocios viajamos por el aeropuerto menos turístico del país tenemos los visados cancelados por la multinacional hasta nueva orden. Afortunadamente, contamos ya con 80 trabajadores turcos en la planta y estamos pensando incorporar un tercer turno para proveer de unas 4.500 ruedas al día a Toyota», explica Simón Rosales. «Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Hemos tenido a gente desplazada de Zaragoza para ir acometiendo las distintas fases de la obra y por ejemplo Óscar Ferrer, responsable del proyecto, se ha pasado casi un año en Turquía», comenta, pero «no queda otra: vas donde te lleva el cliente y hay que moverse con él». El directivo de Android confiesa que «le encantan los retos» y que trabajar fuera de tu país no deja de ser una gran experiencia. «Ojalá tuviéramos más plantas que dirigir», dice a la vez que recuerda que en Italia Android cuenta también con una fábrica que trabaja para Michelín. «Aprendes a hacerte la oficina en cualquier sitio. Además de a Europa vamos con cierta asiduidad a Detroit (Estados Unidos) para ponernos al día. Siempre estás con la maleta preparada».


La movilidad es también el pan de cada día para Alberto Paramio, directivo de la firma Prodesa que se encarga de gestionar la construcción ‘llave en mano’ de plantas de biomasa por todo el mundo. «Me toca supervisar plantas en Malasia, Rusia o EE. UU. Normalmente estoy seis semanas fuera y vuelvo dos a Zaragoza». Reconoce, que «no es fácil» empezando por «la tramitación de visados». Después, «por la diferente forma de hacer las cosas, ‘muy a la americana’ ya que allí emplean a mucha gente cuando aquí lo haríamos con la mitad de personal» y, en tercer lugar, por «los ritmos de trabajo que en el extranjero son muy altos». Pese a los inconvenientes, trabajar en otros países es casi un «imperativo de tus propios clientes», indica. Su caso dentro de Prodesa no es único. Directivos y también técnicos de la firma son desplazados con frecuencia a los países en los que tienen proyectos. «Tenemos dos fijos en la planta de Malasia, uno en Rusia y ocho en EE. UU., sin olvidar los comerciales que tenemos repartidos», explica. Aunque sabe que «a los españoles nos cuesta mucho movernos», insiste en que no queda otra. «Tenemos que aprender de americanos y europeos que se mueven mucho entre estados».


Pascal Giraud, director general de Saica Pack, considera que la resistencia a la movilidad internacional está cambiando: «Depende del país y de la duración. Lo que sí que veo es que en España cuesta más salir por dejar sobre todo a la familia y los amigos». Aún así, considera que merece la pena hacer el esfuerzo. Eso sí, las claves son «escuchar mucho, tener voluntad de adaptarse, sentir pasión por el trabajo y saber trabajar en equipo».


Ideas que comparte Jorge Blanchard, director general de Algontec. «No es fácil», advierte. «Nuestra primera experiencia fue montar la planta de Polonia. Hacerlo desde cero para una empresa pequeña como la nuestra fue una inversión difícil de digerir. Tuvimos todo tipo de problemas al principio, sobre todo administrativos. Pagamos la inexperiencia y la falta de recursos». Ahora, Blanchard lo considera un acierto ya que con la planta polaca cubren todo el mercado del norte de Europa.Ir de la mano de un socio local

La experiencia de Algontec ha resultado tan positiva que van a repetirla, esta vez en Turquía. «Allí la estrategia será parecida. Mandaremos a un equipo de gente al país, que irá de más a menos. Pero esta vez de la mano de un socio local, elegido por Faurecia, lo que nos da tranquilidad». Algontec, que fabrica conductos de aire acondicionado y calefacción, trabaja como Tierz 2 para Faurecia, proveedor de Ford, que va a lanzar la Transit a final de 2017 en Turquía. «Por eso, nos implantamos allí», señala este directivo, convencido de que los jóvenes no tienen tanto problema: «Viajar forma parte de su día a día».


Aunque, como reconoce Enrique de Yraolagoitia, director general de Saica Paper, «las ganas de viajar por negocios son inversamente proporcionales a la edad del viajero». En el caso de Saica, dice, «tanto en adquisiciones como en nuevos proyectos, te permite transmitir conocimiento o cubrir carencias más rápidamente y, por tanto, una toma de control y puesta en marcha más rápida para posteriormente trasladar la dirección y ejecución en local. En Saica apostamos en el medio y el largo plazo por los equipos locales que dan mayor estabilidad al negocio». Y recuerda que «el mayor contingente de expatriados lo tuvieron al poner en marcha la fábrica de papel del Reino Unido donde llegamos a tener unas 100 personas entre ingleses que vinieron aquí con sus familias y los españoles que fueron a Manchester con las suyas».


Sara Bendito, del despacho de Cuatrecasas, asegura que cada vez les toca asesorar un mayor número de desplazamientos para pymes y multinacionales. Eso sí, advierte, aunque España ya tiene acuerdos con muchos países, «hay que hacerlo bien y cuidar mucho al expatriado». Aconseja a las empresas tener en cuenta el nuevo criterio de Inspección de Trabajo, mucho más riguroso con los desplazamientos.

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