Desempleo

La barrera de los 6 millones de parados se superará en 2013

Los analistas han hecho hincapié en la "alarmante" caída de la población activa (158.700 personas menos que en 2011) lo que apuntaría a un alto número de parados desanimados que dejan de buscar trabajo.

Distintos expertos han calificado como "desoladores" los datos de paro de 2012 y han coincidido en que aún no se ha tocado fondo, ya que en 2013 -ejercicio que podría caracterizarse por la destrucción de empleo público- se superará probablemente la "barrera psicológica" de los 6 millones de parados. 


Los analistas han hecho hincapié en la "alarmante" caída de la población activa (158.700 personas menos que en 2011) lo que apuntaría a un alto número de parados desanimados que dejan de buscar trabajo, junto a aquellos que salen al extranjero o vuelven a la formación.


La opinión del economista del servicio de estudios del IEE Pablo Almagro es que el mal dato de 2012 (5,9 millones de parados según la EPA) era "de esperar", y es previsible que empeore en los próximos meses, una vez que se produzca el "necesario" ajuste del sector público.


Su punto de vista es que el Gobierno podría estar esperando a que mejore algo el desempleo en el sector privado, algo que podría ocurrir en el segundo semestre del año, antes de iniciar una reducción más drástica del sector público sin que se les "descontrolen" las cifras.


La destrucción de empleo en el sector privado ha sido más acusada en términos absolutos en 2012 (631.500 empleos, un 4,3 %), pero se ha acelerado en el público (218.900 personas, 6,98 %).


Este decrecimiento de los empleados públicos, ámbito tradicionalmente generador de puestos de trabajo, explica en buena medida las malas noticias que viene dando el INE, añade el director de la cátedra de Relaciones Laborales del IESE, Sandalio Gómez.


La aceleración de dicho ajuste, junto a los despidos que se esperan también en el sector financiero, impiden en su opinión tener mejores expectativas a corto plazo.


No obstante, considera que la reforma laboral todavía no ha destapado toda su "potencialidad" por la poca experiencia de las empresas a la hora de utilizar sus recursos de flexibilidad frente al despido.


Para el año que comienza, el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, afirma que "la niebla es tan densa en España y Europa que aún no permite ver el suelo de la depresión y la destrucción de empleo", por lo que los datos del primer trimestre serán igual de malos, o peores, que los del cierre de 2012.


No obstante, cree que en el segundo y el tercero el turismo suavizará una destrucción de empleo que se está produciendo, sobre todo, en los contratos indefinidos, que se sustituyen por temporales y a tiempo parcial más precarios.


También la catedrática de la Universidad del País Vasco e investigadora de Fedea, Sara de la Rica, ha considerado improbable que a corto plazo se puedan dar buenas noticias, y ha recordado que en cinco años de crisis el primer trimestre siempre se ha caracterizado por sus malos datos.


Entre sus preocupaciones ha citado el menguante número de personas ocupadas (16,9 millones, un 2,1 % menos que en 2011) que soportan el pago de un creciente número de pensiones y prestaciones.


Otro de los elementos a analizar, según el director del Área de Economía del Instituto de Empresa (IE), Rafael Pampillón, es que la destrucción de empleo y de ocupación es "muy superior" a la caída del PIB (del 1,5 % en 2012).


Esto implica que muchas de las personas que pierden su puesto de trabajo tienen poca productividad y un bajo nivel de cualificación, lo que enlaza a su vez con las dificultades para digerir los 8,5 millones de ocupados que se crearon en el boom de la construcción.


La llegada o no a los seis millones de parados en 2013 dependerá a su entender no tanto de los parados como de la población activa, afectada por el "alto nivel de desánimo" que conduce a muchos a abandonar sus intentos de encontrar trabajo.


En esta línea, la profesora de Organización y Dirección de Personas de la escuela de negocios ESADE, María Àngels Valls, cree que no se generará empleo mientras las empresas no tengan confianza en la situación económica, además de acceso a la financiación.


Valls aboga por cuidar de las empresas que ya existen y velar por la reposición de los trabajadores que se jubilan, al tiempo que reclama al Gobierno políticas activas de empleo más efectivas y ajustadas a la realidad.


En su opinión, no se debe confundir lo importante con lo urgente, y ve prioritario dar salida a los 1,83 millones de familias con todos sus miembros en paro antes que a los 930.200 menores de 25 años sin empleo.


Considera fundamental apostar por el autoempleo antes que poner en funcionamiento un nuevo contrato para jóvenes y, en este sentido, lamenta que se haya dejado en suspenso la regulación de la figura del autónomo a tiempo parcial.