Tres cuartos de hora de vídeo han prolongado en la Ciudad Deportiva la penúltima sesión de entrenamiento de la semana, que suele ser la más suave, a casi dos horas de duración.

Dada la trascendencia del partido del próximo sábado en el estadio del Molinón frente al Sporting de Gijón, un rival directo en la lucha por la permanencia, el entrenador del Real Zaragoza, Javier Aguirre, ha empezado la jornada de trabajo con todos los componentes de la plantilla reunidos en la sala de vídeo donde han analizado al rival y la manera para intentar superarlo.

El equipo aragonés sabe que después de sumar un solitario punto en los tres últimos partidos frente a los gijoneses no puede volver a fallar, tanto para no hundirse más en la clasificación como para intentar decantar a su favor el factor goles, que en estos momentos está igualado por el empate (2-2) de la primera vuelta, ya que dada la igualdad que hay entre los conjuntos que pelean por salvarse puede resultar decisivo al final de la temporada.

Como ya viene sucediendo desde que comenzó el 2011, los componentes de la plantilla zaragocista no realizaron prácticamente ningún tipo de trabajo táctico y se limitaron a realizar diversos ejercicios de balón en rondos y a jugar partidos de futvoley sobre tres canchas.

El único trabajo táctico que realizaron los jugadores, distribuidos en dos grupos, primero con cuatro que se desenvuelven por la zona izquierda del terreno de juego y después con cinco que lo hacen por la derecha, fue con el segundo entrenador Manuel Vidrio.