La liga de los mortales

Lejos del glamour de la cabeza del campeonato y un escalafón por debajo del pelotón europeo, emerge una serie de equipos que, por la coyuntura económica en algunos casos, o la nefasta gestión deportiva en otros, se ven avocados a luchar por la cota más baja del campeonato: evitar el infierno de la Segunda División, conocida ahora, por motivos exclusivos de patrocinio, como Liga Adelante. El Real Zaragoza será uno de ellos.


Este bloque de equipos malditos, tradicionalmente compuesto por los recién ascendidos, equipos de bajo presupuesto y medianos venidos a menos, ha ido engordando notablemente a lo largo del último lustro hasta llegar a una situación extrema en la recta final del último campeonato, en el que media tabla luchó, durante las fechas terminales de la competición, por evitar los puestos de descenso. Una feroz batalla que encontró en el Hércules, el Dépor y el Almería a sus víctimas anuales.


La presente temporada incorpora tres caras nuevas a la atroz batalla por mantener el estatus en el olimpo del balompié patrio: Rayo, Granada y Betis. Equipos que confirman el buen momento del fútbol en sus respectivas Comunidades Autónomas: tanto la madrileña como la andaluza pondrán en liza cuatro equipos durante el curso liguero 2011/2012.


De estos tres nuevos invitados a la fiesta balompédica quizá sea el Granada el que llegue con mayor ilusión. 35 años han pasado ya desde que los granadinos sellaran su último descenso a la categoría de plata y comenzaran una travesía que jamás hubiesen llegado a imaginar. Un convenio de colaboración con el Udinese, emergente club italiano, ha posibilitado a la institución andaluza la incorporación futbolistas de calidad que han impulsado a los rojiblancos a Primera División sin apenas tiempo para asumir su breve tránsito por Segunda. Habrá que estar atentos al papel que el Granada pueda llegar a desempeñar durante el presente campeonato. Si la plantilla comienza pronto a funcionar, podría llegar a convertirse en equipo revelación de la temporada. Toda una incógnita que tendrá su respuesta en el primer tramo de la competición.


El Betis es uno de esos conjuntos que, por todo lo que ha aportado durante sus más de 100 años al fútbol español, debería contar con plaza fija en la máxima categoría. Se trata de otro clásico que ha acabado pagando los excesos y el desatino de unos gestores alejados de la realidad de su propio equipo. Inmerso, al igual que el Real Zaragoza, en Ley Concursal, el club de las trece barras ha tenido que desprenderse de Emaná, jugador franquicia, y afronta el regreso a su hábitat natural sin más equipaje que lo puesto. Se presenta, pues, una temporada complicada para los de Heliópolis, cuya única meta se centrará en olvidar, por la vía rápida, los sofocos de la Segunda División.


Club atípico donde los haya, el Rayo Vallecano, ‘Rayito’ para sus incondicionales, es una entidad familiar y de barrio, en el mejor sentido del concepto, muy alejada de los estereotipos de la élite futbolística. Su regreso a Primera, tan inesperado como celebrado por su hinchada, está indudablemente marcado por la profunda crisis económica que atraviesa el equipo de la franja roja, hasta el punto de que su actual dueño, Raúl Martín, instase a varios de sus jugadores y al cuerpo técnico a rebajarse en un 70% los emolumentos. Además, los fichajes ‘low cost’ que ha realizado la entidad no invitan especialmente al optimismo en el estadio de Vallecas. Parece, con este panorama, un claro candidato al descenso.


El Levante es otro de los equipos que, previsiblemente, lucharán por no ocupar los puestos bajos de la clasificación. De partida, volverá a ser el equipo con el presupuesto más bajo de la categoría. La salida de Caicedo, que logró anotar 13 goles en los 27 partidos que disputó la pasada campaña, mermará notablemente sus prestaciones en ataque. Cabe destacar el fichaje de Barkero, del Numancia, que aportará llegada desde la segunda línea.


Equipo experto en evitar el descenso. Así podría definirse a Osasuna, una entidad que sabe perfectamente cómo vivir al límite invirtiendo lo justo en fichajes. Desde su último ascenso a Primera, allá por el año 2000, rara ha sido la temporada en que los navarros no han sufrido por la permanencia hasta la última jornada. Un hábitat en el que se sienten especialmente seguros. Menidlibar tratará de prolongar, un año más, el tránsito rojillo por la élite del fútbol español. Contará en ataque con Nino, del Tenerife, un auténtico hombre-gol.


Con el sello de un técnio amante del fútbol de toque como Laudrup, el Mallorca buscará permanecer un año más en Primera. Sin embargo, el conjunto bermellón es toda una incógnita, ya que sus últimos años están marcados por una innegable irregularidad: tan pronto rozan la Champions como coquetean con el descenso. Para la delantera, aterriza en la isla Tomer Hemed, el goleador israelí del Maccabi Haifa.


Colsa, Munitis y nueve más. La historia de siempre en un Racing de Santander que, por segunda vez en su historia reciente, sufre en sus carnes los idilios de grandeza de un multimillonario que dice serlo, pero se empeña en no demostrarlo. Sumido en un profunda crisis deportiva e institucional, los cántabros deberán aunar fuerzas para conseguir el único objetivo de este año: la permanencia. En punta contarán con Stuani, recién fichado.


Otra de las incógnitas de la Liga. A priori, el objetivo primero de la Real Sociedad es mantener la categoría. Equipo tiene, después de no desprenderse de sus estrellas, para conseguirlo. Sin embargo, se antoja complicado que alcancen cotas más altas. Con la cantera por bandera, los donostiarras esperan no pasar los apuros del año pasado y consolidarse, de nuevo, entre los más grandes de la categoría. La adquisición del mediapunta mexicano Carlos Vela hará la labor más sencilla.


Con cierta ventaja parte, sobre sus rivales, el Sporting de Gijón, que en sus tres últimos años en la élite ha sabido hacer a tiempo los deberes. En estos momentos, los gijoneses atesoran una estabilidad, deportiva y económica, desconocida en lustros pasados, a partir de la cual pretenden ir avanzando, año a año, un pequeño paso. Lo lógico sería que firmase la permanencia varias jornadas antes de la conclusión del campeonato.