TENIS

Prueba para el rey

Rafa Nadal afronta su primer Open de Australia como número uno del circuito.

Tras años de mano a mano entre Roger Federer y Rafael Nadal, la lucha en la cumbre del tenis se abre con la llegada de nuevos jugadores como Novak Djokovic, campeón del último Open de Australia, y Andy Murray, que tienen mucho que decir a partir de hoy en Melbourne.


Aunque el español y el helvético sigan ocupando los dos primeros peldaños de la jerarquía, por primera vez desde hace cuatro años no son favoritos aplastantes en el primer torneo de Grand Slam del año.


Ya en 2008 Djokovic les dio un aviso con su victoria. Derrotados en semifinales, ambos se vengaron repartiéndose los otros tres grandes: Roland Garros y Wimbledon para Nadal, y el US Open para Federer.


Pero el cambio se había hecho notar y, desde finales del año pasado, el imparable progreso de Murray ha hecho de él, en opinión de muchos especialistas, el principal favorito de la edición que hoy arranca.


"Me sorprende oír algo así porque él nunca ha ganado uno de los grandes y eso marca una notable diferencia", responde Federer, que con su palpable irritación sugiere que entiende claramente el peligro que representa el escocés, un tenista que le ha ganado sus cuatro partidos desde la final del US Open.


Como orgulloso campeón, Federer, que igualaría con un triunfo en Melbourne el récord de catorce victorias de Grand Slam que ostenta Pete Sampras, no lo confiesa pero, sin duda, debe aliviarle saber que Murray está en la mitad del tablero de Nadal.


El sorteo fue más favorable a Federer que a Nadal. En principio, los cabezas de serie de su lado del tablero (Juan Martín del Potro, David Ferrer o Tomas Berdych) no son tan peligrosos como los de Nadal: Fernando González, Gael Monfils o Gilles Simon, todos jugadores que ya le han ganado alguna vez.


Murray, en cualquier caso, no teme a nadie. "Cuando juegas contra los mejores por primera vez no sabes qué te espera, a qué nivel hay que jugar para ganar. Ahora sí lo sé", destaca el escocés, que podría ser el primer británico en ganar un Grand Slam desde Fred Perry en 1936.


"Lo que más me gusta de todo esto es que yo creo que ni siquiera estoy cerca de mi mejor tenis", decía, satisfecho, después de su victoria contra Federer en semifinales del torneo de Doha.


Mermas

¿Y Nadal? El número uno es sin duda alguna un enorme favorito, pero sus problemas físicos y sus antecedentes en Melbourne, donde sólo ha llegado una vez a semifinales, el año pasado cuando cayó ante el francés Jo-Wilfried Tsonga, no hablan a su favor.


El francés, en gran forma, también podría inmiscuirse en la lucha por el título. Su ejemplo, al llegar el año pasado hasta la final, incita a no centrarse únicamente en los "cuatro magníficos" (Nadal, Federer, Djokovic y Murray), ya que el Abierto de Australia, más que ningún otro torneo de Grand Slam, es propicio a las sorpresas.


En cuanto al resto de los españoles, el que más en forma aparece en Melbourne es Fernando Verdasco, aunque también cuenta David Ferrer. El otro héroe de la Davis, Feliciano López, llega sin rodaje, perdiendo en primera ronda en los dos torneos disputados y presto a jugar en una pista más lenta de lo que necesitaría su juego. De Nicolás Almagro se esperan buenas cosas porque ya se ha mostrado muy recuperado de su lesión de muñeca que le frenó el año pasado.


Jugadores como Granollers o García López deben seguir creciendo, mientras que Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyá o Robredo son una incógnita dadas sus últimas prestaciones.