Paso de gigante

El CAI Teruel arrolló al Unicaja en el primer partido de la serie final y hoy (18.00) busca sumar su segundo punto

Anderson, ayer una auténtica pesadilla para el Unicaja, se eleva para rematar ante Olteanu.
Paso de gigante
antonio garcía

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CAI Teruel Guille Hernán (2), Fran Rodríguez (5), Atanasov (7), Torres (6), Ualas Martíns (10) y Anderson (25) -sexteto inicial-, Llenas (líbero). También jugadon Ariño y Guerrero.

Unicaja Howatson, Hotulevs (5), Olteanu (7), Delgado (6), Barcala (17), Cedeño (9) -sexteto inicial-, Valido (líbero). También jugaron Nogal (1), Viciana y Rojas.

Parciales: 25-18 (26 minutos), 25-20 (27 minutos) y 25-17 (26 minutos).

Árbitros: Bernaola y Martínez.

Incidencias: primer partido de la final por el título de la Superliga. 2.700 personas llenaron el pabellón de Los Planos.

teruel. La fiesta por una final histórica no pudo empezar mejor. Al CAI Teruel le salió un partido redondo. Jugando a un gran nivel, perfecto en todas las líneas. El conjunto de Óscar Novillo hizo daño a un Unicaja Almería inferior y con la mejor arma que había exhibido el bloque de Carlos Carreño, el saque. El guión se cambió. El delirio llegó a las gradas del pabellón de Los Planos, más naranja que nunca, que despidió a su CAI al grito de "campeones". Sí, el camino para que el máximo trofeo nacional quede en las vitrinas del club turolense se despeja. El primer duelo se quedó en casa, objetivo que se había marcado el CAI. Ahora queda rematar la faena esta tarde (18.00, ATV Satélite, Canal+ Deportes y Popular TV) antes de que la serie (a cinco partidos) parta a Almería el próximo viernes.

El CAI aprendió la lección de la final de la Copa del Rey, que Unicaja arrebató a la escuadra turolense. De los errores hay que sacar una lectura positiva. Almería se llevó el premio con un juego basado en su potente saque. Pero los puntos, los sets y los partidos también se resuelven con técnica e inteligencia. El CAI estudió de memoria las películas de su rival, las estadísticas y todos los apuntes posibles para exprimir una lectura lógica que desarmara a un Unicaja muy temido. Y así se demostró en el primer set, que siempre tuvo color naranja. A Unicaja le tembló la mano, y el CAI no perdonó. Guille Hernán cogió la batuta y a dirigir: "Toma Anderson", le decía; y el opuesto brasileño daba el do de pecho. "Ahora tú, Ualas"; y el central remataba a placer. "Espera, que también tengo para tí, Torres"... Hernán estaba encantado. Escribía la partitura más perfecta y sus músicos la interpretaban a la perfección. Carreño no tuvo más remedio que parar el partido con 11-5. El CAI acumulaba una renta de seis puntos y amenazaba con escaparse. La reacción no llegó. Cada punto local era festejado con locura. Al Unicaja no le entraba el saque, la recepción turolense funcionaba y la confección de la jugada culminaba siempre éxito. Barcala, el héroe de la Copa, estaba apagado. Ni Olteanu, ni Hoteluvs, ni Howatson desarmaron al CAI. El mayor acierto de Hernán en la colocación, culminado con un ataque preciso, fue decisivo para que el CAI cumpliera con el programa. Y la grada hacía la ola.

El Unicaja ajustó sus líneas y el CAI lo notó en la segunda manga, muy igualada (8-7). Pero la máquina naranja era imparable. El rendimiento en ataque era parejo -Cedeño tomaba el mando y Barcala se entonaba-, pero no suficiente. El saque de Unicaja hacía aguas. Y Anderson -otra vez inmenso, intratable con sus 25 puntos, cuatro bloqueos y tres saques directos- remataba sin piedad. El tercer set fue un calco de los anteriores. El CAI a lo suyo. Con una superioridad que Carreño veía, impotente, imposible parar ni moviendo el banquillo.

El CAI Teruel dio ayer un paso de gigante para lograr su objetivo más ambicioso. La siguiente zancada hacia el título, esta tarde.