La sentada de Oliveira y Ewerthon en Córdoba quedará como lo que fue: una severa advertencia a los futbolistas por su inflexión en el rendimiento y una lección pública acerca de la primacía del grupo sobre el individuo, por muchos galones que pendan de la solapa. Quedará como una decisión puntual en un partido deplorable, porque Marcelino no contempla hacer de esa resolución una norma. Contra el Rayo Vallecano, Ewerthon y Oliveira se perfilan de nuevo como los delanteros del Real Zaragoza. En consecuencia, Braulio y Arizmendi desaparecerían de la primera línea de fuego. Aunque aún resta buena parte del trabajo semanal, todo hace indicar que Marcelino revisará de nuevo su alineación y devolverá a la titularidad a la pareja brasileña. Es cierto que con el preparador asturiano el fogueo semanal emite señales demasiado difusas sobre las alineaciones de los partidos, pero ayer Marcelino ya los emparejó en los diversos ejercicios colectivos que organizó en el entrenamiento.

Al técnico asturiano le han llovido las críticas tras la derrota de Córdoba por la suplencia simultánea de ambos futbolistas. De ese movimiento estratégico, se han extraído múltiples lecturas, casi todas coincidentes: Oliveira (un gol en los últimos diez partidos) y Ewerthon (solo 2 de sus 12 goles fuera de casa) merecían caer forzosamente al banquillo, más ante la pujanza de Braulio, pero prescindir de ambos era un exceso inoportuno. Pero más allá de una decisión que tenía mucho de ejemplarizante, Marcelino es plenamente consciente de que un grueso porcentaje del ascenso habita en las botas de sus dos delanteros brasileños, realmente, los únicos futbolistas del equipo que de verdad se han elevado sobre el resto de la categoría. Por eso, una vez enviado el mensaje de Córdoba, los recuperará para el equipo.