REAL ZARAGOZA

Miedo al complejo de 'aspirina'

Tras cambiar las dinámicas de Valencia y Osasuna, el conjunto aragonés visita al Atlético de Madrid en un momento crítico.

Imagen de los entrenamientos realizados en la ciudad deportiva.
Miedo al complejo de 'aspirina'
GUILLERMO MESTRE

En el mundo del fútbol hay muchos tópicos y clichés destinados a explicar las situaciones más frecuentes que se suelen dar a lo largo de la competición. Uno de ellos es el del llamado 'equipo aspirina', destinado a aquel que parece empeñado en levantar el ánimo de aquellos rivales más alicaídos o afectados por una intensa racha en contra. Durante muchos años el Real Zaragoza ha acarreado con este incómodo complejo. Una mala fama que, incluso, ha calado hondo en la parte más pesimista de la afición.


Tras dos derrotas consecutivas, el conjunto aragonés se encuentra inmerso en su primera pequeña crisis del curso. Una mala situación que empequeñece si se compara con la que vive el Atlético de Madrid, que acumula siete partidos seguidos sin lograr la victoria. Tras un verano de reformas y la venta de las que fueron sus dos estrellas más brillantes, Agüero y Forlán, el conjunto colchonero ha efectuado una de las mayores inversiones de la Liga para configurar un plantel capacitado para pelear con los más grandes. Por ello, la falta de triunfos parece haber generado una inestable situación de nerviosismo de aparente volatilidad. En una acelerada búsqueda de culpables, el primer señalado es Gregorio Manzano, técnico colchonero, cuyo puesto podría depender del papel que realicen sus pupilos el domingo.


A buen seguro, el entrenador jienense gustaría de encontrarse con un benévolo juez en frente. Aquel que, para desgracia del zaragocismo, se ha podido ver en los últimos compromisos afrontados por el equipo de Javier Aguirre. No en vano, el cuadro zaragozano llegará al Vicente Calderón tras levantar los ánimos de sus dos últimos rivales.


Antes de jugar contra el Real Zaragoza, Osasuna acumulaba cinco partidos consecutivos sin conseguir los tres puntos. Una mala sucesión de resultados que apaciguó con el rotundo triunfo por 3-0 conseguido ante los del león rampante. El Valencia, por su parte, arribó a La Romareda con un pie fuera de la Liga de Campeones y una única victoria, por la mínima y ante el recién ascendido Granada, en siete choques. Trayectorias, ambas, que levantaron unas críticas en las dos instituciones que, de momento, parecen apaciguadas.


Precedente en la memoria


Atlético y Zaragoza vivieron una situación similar a la de esta campaña hace dos temporadas. Quizás, el precedente más claro entre ambos equipos de la maldición 'aspirina' que parece perseguir a los aragoneses. Entonces, los zaragocistas visitaron el feudo rojiblanco durante la sexta jornada. Hasta entonces, los madrileños no conocían la victoria en competición oficial y la institución vivía en medio de un ataque de nervios acrecentado por la lesión de sus dos porteros designados para el año, Asenjo y Roberto.


En un compromiso de Liga de Campeones disputado en Oporto, el hoy guardameta blanquillo tuvo que dejar su sitio a un espigado y joven cancerbero llamado David De Gea. El canterano atlético, formó como titular por primera vez ante los aragoneses y se convirtió en el héroe al detener un penalti a Babic que, a la poste, supuso la victoria por 2-1 para los suyos. El inicio de una carrera fulgurante que le llevó a conquistar la Liga Europa y, posteriormente, a defender el marco del todopoderoso Manchester United.


En honor de la verdad, aquel triunfo solo sirvió a Abel Resino, entonces entrenador del Atlético, a encontrar el arquero un fiable arquero titular y, de paso, retrasar su destitución. Finalmente, los éxitos no llegarían hasta la presencia de Quique Sánchez Flores en el banquillo del Calderón. Sin embargo, el balón de oxígeno donado por los de Zaragoza sirvió para aumentar la leyenda de conjunto capaz de reanimar hasta al más crítico de los enfermos.