ATLETISMO

María José Pueyo: "Llevo a Fluvi en la maleta"

La altoaragonesa se enfrentará con 38 años de edad a su primera cita olímpica. Para salir con éxito tendrá que recorrer lo más rápido posible los 42.195 metros que la separan de la meta. Entrenamiento y concentración son la clave

Se han cumplido cien años desde que el Maratón se convirtió en categoría olímpica, y por primera vez, la prueba va a contar con una aragonesa entre las participantes. Su nombre es María José Pueyo, y la cita el día 17 en Pekín


PREGUNTA.- Su clasificación no fue cosa de un día…


RESPUESTA.- Pues, la verdad que no. Me proclamé campeona de España en Valencia con mi mejor marca 2 horas, 32 minutos y 22 segundos, y se me quedó cara de póquer porque aún sabiendo que había ganado, estaba bastante triste, porque por 22 segundos no me clasificaba para los Juegos Olímpicos. Tuve que esperar tres meses hasta que lo supe.


P.- ¿Qué sucedió cuando se enteró?


R.- Pues fue como cumplir un sueño para mí, para mi familia, para todos mis amigos… Después de apostar por el atletismo al que me dedico exclusivamente desde 2004, lograba entrar en unos Juegos Olímpicos, en los de Pekín. Al final, depués de todo el esfuerzo, lo había conseguido.


P.- ¿Con qué fuerzas afronta los Juegos?


R.- Llego muy bien físicamente. Intento cuidarme, no resfriarme, quiero llegar casi al 200% porque va a ser un maratón duro donde la puesta en forma de cada uno conforme vayan pasando los kilómetros va a pasar factura.


P.- ¿Ha sufrido alguna lesión recientemente?


R.- Afortunadamente, no. Cuando me levanto de la cama me duele todo, pero una vez que empiezo a correr, la verdad es que los dolores desaparecen.


P.- ¿Cuáles son las aspiraciones en Pekín?


R.- Quiero hacer una carrera de menos a más. Intentaré llegar al kilómetro 30 todo lo fresca que pueda y a partir de ahí, quiero ir pasando contrincantes para quedarme lo mejor posible respecto a mi estado de forma y respecto a las favoritas. Este año es muy complicado, ya que cada país lleva a tres participantes.


P.- ¿Está nerviosa?


R.- No, de momento no. Me levanto a las 7 de la mañana, desayuno, voy a entrenar de 9 a 12, como, descanso, entreno de 6 a 8. No tengo tiempo para ponerme nerviosa.


P.- Es probable que Paula Radcliffe se recupere a tiempo para Pekín. ¿Qué sentirá si por fin coinciden en la misma carrera?


R.- Imagina. La admiro desde que tenía 20 años, y yo no hacía todavía atletismo, y ahora 18 años después encontrarme con uno de mis ídolos en una carrera frente a frente...


P.- ¿Cree que podría alcanzarla?


R.- Imposible. La saludaré e intentaré que se me pegue algo de su correr y de su fuerza porque es una campeonísima, para mí es mucho.


P.- ¿Cuál cree que va ser su clasificación final?


R.- No me atrevo a decir nada. Va a ser mi primera carrera a este nivel y no sé cómo me voy a adaptar físicamente. Quiero correr bien, pero no me atrevo a apostar por ningún puesto.


P.- Tampoco se aventura a decir el número de medallas que conseguirá España…


R.- No, no me atrevo, no podría decir una cifra.


P.- ¿Qué lleva en su maleta?


R.- La llevo llena. Todo el mundo quiere darme algo para estar cerca de mí en este momento. Así que me llevo de todo, un Fluvi, una Virgen del Pilar, un cachirulo, una camiseta de los chicos que entreno en Barcelona…


P.- Hablan de que tras Pekín se acaba una de las mejores generaciones del atletismo español ¿Entra dentro de sus planes retirarse?


R.- Mi objetivo era llegar a Pekín, empecé con 28, con 34 dejé mi trabajo para preparme, yo quería llegar a Pekín, era mi única posibilidad de llegar a una Olimpiada. Dejar de correr a este nivel lo haré progresivamente. Necesito un descanso porque llevo 4 años dándole mucha caña, ya no solo a las piernas sino también a la cabeza. Hay que descansar, hay que empezar un nuevo ciclo deportivo, pero nunca se sabe, quizá en 2012 este en mejor forma que ahora. Nunca hay que renunciar a nada.


P.- Y después de los Juegos, ¿dónde se le verá?


R.- Estaré en Zaragoza, en el Maratón Expo2008, pero esta vez no para correr. Iré a entrenar a los corredores, intentando que salga todo lo mejor posible.