El Waterpolo Pla-Za perdió ayer por la mínima ante el Sabadell, un rival teóricamente superior, con algunas individualidades muy notables y que se encuentra situado cómodamente en la mitad de la clasificación.

El partido fue muy igualado en sus primeros compases, ya que el principal acierto de los hombres de Nacho Lobera fue sujetar con firmeza a los jugadores más destacados del conjunto catalán. El juego era trabado, con bastantes faltas y pocos goles, pero era un ritmo que interesaba al equipo local, volcado sobre todo en el trabajo defensivo.

La jugada crucial llegó en el tercer cuarto, cuando los locales habían conseguido dar la vuelta al marcador y ponerse ganando 5-4. A falta de dos minutos para terminar este periodo, los colegiados expulsaron al guardameta Andreo por una protesta que recibió un castigo excesivo.

En la misma jugada y fruto de la impotencia, Garriga lanzó una botella al agua y los árbitros consideraron que también debía ser expulsado. Como el balón estaba en juego, se sancionó penalti contra el Pla-Za que aprovechó el cubano Biart para poner la igualada en la contienda.

Aún consiguió el Pla-Za ponerse por delante en el resultado (6-5), pero con el paso de los minutos, las dos expulsiones y el hecho de ser una plantilla corta pasaron factura a los de Lobera, que vieron cómo el Sabadell poco a poco iba logrando cierta renta en el marcador, hasta adquirir una ventaja de tres goles (6-9).

Una reacción a base de coraje del Pla-Za supuso los dos goles definitivos que maquillaban la derrota y que dejaban constancia de que, pese a todo, los jugadores de casa se dejaron la piel en el partido. Mención especial merece el pundonor del joven Juanjo Sanz, incorporado este año de la Escuela de Waterpolo.

El técnico local, Nacho Lobera, felicitó a los jugadores por su esfuerzo, consciente del hándicap que supone tener una plantilla algo mermada en efectivos. La derrota mantiene al equipo en la penúltima plaza, con dos puntos de ventaja sobre Sevilla, aunque con un partido más.