El futbolista José María Gutiérrez "Guti" anunció hoy su adiós al Real Madrid después de 14 temporadas en el primer equipo del club, en una conferencia de prensa en la que repasó tantos sus momentos felices como los conflictivos.

"Se acaba una etapa", dijo hoy el centrocampista de 33 años, que hizo oficial una decisión que adelantó antes de terminar la pasada temporada, pero que se había replanteado últimamente.

Su futuro parece próximo a la Liga turca. El jugador español admitió que tiene una buena oferta del Besiktas, que dirige el alemán Bernd Schuster, pero todavía no confirmó su fichaje.

"Seguramente será mi último clásico", dijo Guti en abril, después de que el Real Madrid perdiera ante el Barcelona por 2-0 en el Santiago Bernabéu.

En el último partido en el estadio blanco, ante el Athlétic de Bilbao, el jugador español improvisó incluso una despedida de la afición al final del choque.

José Mourinho, nuevo técnico del Real Madrid, observó aquel momento y nada más firmar con el club blanco anunció que no contaba con un futbolista que se había despedido de su propia hinchada.

Así, Guti afirmó hoy que nunca habló con Mourinho desde que éste llegó al Real Madrid.

El adiós definitivo de Guti se produjo hoy en el estadio Santiago Bernabéu, donde el canterano debutó el 2 de diciembre de 1995 ante el Sevilla de la mano de Jorge Valdano.

El entonces entrenador del Real Madrid, actualmente director general, acompañó hoy al jugador en su despedida del club en el que se formó también como futbolista.

"Es un día triste, porque se va uno de los nuestros. Se va un futbolista único. Ha estado 24 años en el club. Es un jugador especial, de culto. Se marcha un madridista y tenemos que darle las gracias por todo lo que nos ha aportado. Sus jugadas asombrosas lo dicen los trofeos que hemos ganado con Guti", resumió Valdano.

"No es fácil dejar un club en el que has estado 24 años", admitió Guti. "Pero al final hemos decidido que lo mejor era acabar aquí. Te queda esa tristeza de no haberte retirado en el Real Madrid, pero es lo mejor para los dos, para el club y para mí".

El talentoso jugador, cuya irregularidad le acarreó problemas con afición y técnicos a lo largo de su carrera, abandona el Real Madrid con un magnífico palmarés, en el que destacan tres Ligas de Campeones y cinco títulos de la Liga española.

Se despide del Real Madrid tras 541 partidos y 77 goles, aunque también deja atrás un aura de "malditismo", de jugador capaz de generar tantos amores como odios, de fútbolista polémico por sus actitudes dentro y fuera del campo.

"No merece la pena mirar atrás. Todos nos arrepentimos de cosas, no sólo a nivel profesional también a nivel personal. No merece la pena mirar atrás. Las cosas malas que has hecho, las has hecho y no se pueden borrar. No sería justo criticarme ahora después de tantos años en el Madrid", declaró.

Y añadió: "No voy a mirar ahora en lo que he podido fallar, no lo puedo cambiar. Me hubiera gustado jugar más y ser más determinante, pero me quedo con los años y con las copas que hemos ganado".

Se marcha un jugador diferente, una especie de "antihéroe". Y mañana hará lo mismo Raúl, el capitán del equipo. Con la marcha de estos dos símbolos, el Real Madrid cerrará una etapa fundamental de su historia.