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La SD Huesca baja un 15% el sueldo a la plantilla no deportiva
La medida se suma a los despidos ya realizados y se enmarca dentro del objetivo de reducir en 700.000 euros el coste de los salarios.
Era algo que se sabía que iba a suceder tarde o temprano y que ha acabado por llegar. La SD Huesca comunicó el pasado viernes a través de un correo electrónico a sus trabajadores no deportivos que va a aplicar una rebaja en sus salarios de alrededor del 15% -existe una horquilla en función de algunas circunstancias-, que se agrega a las dos ya ejecutadas con anterioridad, una por cada curso de estancia en Segunda División desde el último descenso. Tanto la medida como la forma de darla a conocer han causado un importante malestar entre los afectados. Se une a los seis despidos que también se han realizado en fechas recientes y que incluyen el del gerente Luis Sanclemente y el del responsable de 'ticketing', y miembro del consejo hasta el pasado verano, Agustín Pueyo, que ha pasado a ejercer esa función como autónomo, además de los ya llevados a cabo al final de la temporada pasada con el presidente institucional, Manolo Torres, el fotógrafo del club, el readaptador del primer equipo, dos cocineros y el personal de la tienda oficial. En las próximas semanas se esperan que sigan produciéndose más actuaciones.
Todos estos movimientos se enmarcan dentro del plan de reajuste económico dictado por la auditoria externa que se encargó para tratar de ordenar unas cuentas sobre las que el balance del último ejercicio va a arrojar unas pérdidas muy superiores a los seis millones de euros y que implican la tercera campaña seguida en números rojos tras los 2,1 millones de euros en negativo de la 2020-21 y los 458.000 de la 2021-22.
Los objetivos fijados en la junta general extraordinaria celebrada el 31 de julio fueron los de recortar la masa salarial deportiva en 1,3 millones de euros -algo que se consiguió al pasar de 8,96 millones a alrededor de 6,5, cifra que no obstante sigue superando el tope fijado por La Liga en 4,59- y la de la plantilla no deportiva, en 700.000. Ésta última, según los datos que ofreció en marzo el ahora consejero delegado Josete Ortas, estaba formada inicialmente por 39 trabajadores de los que veinte eran personal de oficina, doce se dedicaban al ‘scouting’ y el cuidado del material y las instalaciones, y siete se repartían entre la tienda y la cocina. Su coste era de 2,285 millones de euros. Además, también se quería recudir en 300.000 euros los contratos externos.
Junto a los cambios y recortes en el personal, también se han ido produciendo modificaciones en su estructura jerárquica. Al adiós de Manolo Torres, le siguieron las salidas del consejo de administración de Pedro Ibaibarriaga, Carmelo Bosque, Josete Abarca y Sergio Gracia, junto a la de Agustín Pueyo, por recomendación de la auditoria al ser su presencia en dicho órgano incompatible con sus otras actividades al servicio del Huesca. En su lugar entraron Gustavo García Capó -autor de la auditoria-, Cristina Aranda y Josete Ortas, hasta entonces director general, mientras que continuaron su presidente, Fernando Callizo, y Alberto Larraz. Éste último dimitió hace dos semanas y fue relevado por José Luis Bandrés. Además, ha recuperado presencia José Antonio Martín, ‘Petón’, presidente de la Fundación Alcoraz, la máxima accionista, que ha propiciado el regreso como asesor externo del expresidente Agustín Lasaosa.
A la vez que se trata de redimensionar el club, sigue sobre la mesa la cuestión de una posible venta. El asunto, aunque se frenó tras haberse mantenido contactos con el Grupo Costa, se está tratando de reactivar mediante apoyo institucional y ante el convencimiento cada vez más creciente dentro de la entidad de que se hace necesaria la llegada de capital inversor, circunstancia que ya ha ocurrido en muchos otros clubes españoles.
