Con la calculadora en la mano, los dígitos no engañan. Cinco puntos en diez jornadas, se mire por donde se mire, resultan insuficientes para acercarse a la salvación. A la Sociedad Deportiva Huesca, encallada en la última plaza de la clasificación, le urge acelerar su productividad. Y no se puede permitir caer un segundo en la procrastinación, ya que no existirá un mañana para resolver las cuentas pendientes si el presente no refleja otro ritmo a nivel de resultados para el equipo aragonés. Por eso, el partido de este domingo, en El Alcoraz frente al Getafe (18.30), adquiere un valor añadido. Poco a poco los enemigos directos se van alejando hacia las aguas tranquilas y, además, cerca del Huesca, entre el oleaje, quedan algunas escuadras cuyo potencial invita a pensar que en un medio o largo plazo habitarán en otra dimensión superior de la tabla.

Si no es bastante con la importancia del choque del domingo, el Getafe encierra un motivo extra para el vestuario azulgrana; los madrileños fueron el verdugo de los oscenses en la eliminatoria del ‘play off’ de ascenso a Primera, en 2016. Aquella doble cita fue el estreno del Huesca en la postemporada de plata. Terminó siendo breve debido a la clara superioridad exhibida por el Getafe de José Bordalás.

El 2-2 de la ida, disputado el 14 de junio en El Alcoraz, dejó un tanto de Camacho en el último aliento que abrió un hilo de luz hacia el milagro en el Coliseum. El resultado final no pudo ser más contrario a esa perspectiva: 3-0 y el Huesca a soñar con otra oportunidad para acceder por vez primera a la máxima división.

Allí se instaló el Getafe la temporada pasada, solo un año después de haber perdido su sitio. No acusaron el impás en Segunda los madrileños, quienes firmaron una gran campaña al clasificarse en la octava posición final con 55 puntos en su casillero.

Continúa José Bordalás marcando el camino del ‘Geta’, donde también siguen desde aquella eliminatoria frente al Huesca el defensa Damián Suárez, el centrocampista Portillo y el delantero Jorge Molina, bigoleador en el encuentro que abrió la serie del 2016 por el ascenso en El Alcoraz. En el vestuario local se mantienen más jugadores, un total de siete: Juanjo Camacho, David Ferreiro, Juan Aguilera, Carlos Akapo, Rajko Brezancic, Gonzalo Melero y Lluís Sastre.

Desde la tarde del 17 de junio del 2016, desde aquel doloroso 3-0, el Huesca y el Getafe no se han vuelto a ver las caras. Este domingo el reencuentro tendrá lugar en una categoría en la que nunca antes ambos equipos se han medido. Las circunstancias son antagónicas, puesto que si los oscenses andan atascados en la cola de la clasificación, los madrileños, con desahogo, rondan nuevamente los puestos europeos en virtud a los 15 puntos que atesoran para situarse en el octavo escalón.

Otro amargo recuerdo

La de este domingo será la séptima visita del Getafe a Huesca. Las dos primeras tuvieron lugar en el antiguo campo de San Jorge, en Tercera, en las temporadas 1970-71 (2-3) y 1971-172 (4-0). En la misma categoría se enfrentaron en la 1972-73, ya en El Alcoraz (3-1). Pasaron muchos años hasta que azulgranas y azulones se juntaron sobre un rectángulo de juego. Fue en Segunda B, en la temporada 1996-97 y en la eliminatoria para evitar el descenso. El recuerdo no puede ser más amargo para el Huesca, que ganó en la ida 2-1 y cayó en la vuelta por 4-0. Con polémica, ya que el entrenador García Calderón ni siquiera afrontó el final de la ronda definitiva (perdida con el Mar Menor) por haberse comprometido con el propio Getafe (también algún jugador) y debido a los extraños comportamientos acaecidos en el encuentro de la ciudad del arco sur deMadrid. En Segunda, en la liga 2016-17, Huesca y Getafe igualaron (0-0).