"Fútbol es fútbol"

Boskov deja una larga lista de frases, encabezada por la que ingenió en su etapa en el Real Zaragoza.

Foto de archivo de Boskov
"Fútbol es fútbol"

Vujadin Boskov, exentrenador entre otros del Real Zaragoza, falleció este domingo a los 82 años después de una dura enfermedad que apagó la vida de un profesional de los banquillos que dejó para la posteridad grandes frases y momentos de fútbol.


La llama del técnico serbio se apagó en la ciudad italiana de Génova para culminar una semana negra en los banquillos tras la muerte del exentrenador del Barcelona Tito Vilanova. Boskov, genio y figura de los banquillos, deja un hueco que ya abandonó Miljan Miljanic, otro de los técnicos que innovaron el sistema de entrenamientos en los años setenta.


Boskov, nacido en la localidad serbia de Begec el 16 de mayo de 1931, salió de una pequeña ciudad de algo más de 3.000 habitantes para jugar en la Vojvodina entre 1946 y 1960. En ese tiempo, consiguió un subcampeonato de la Liga yugoslava y fue internacional con su país, con el que logró una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952. La gran Hungría de Ferenc Puskas cerró las puertas del éxito a una selección muy competente del que él formó parte.


Tras su última campaña en la Vojvodina, fichó por el Sampdoria, donde sólo jugó una temporada y finalizó su carrera en el Young Boys suizo, donde llegó a combinar funciones de jugador y entrenador, algo innovador para la época y que ahora imita Ryan Giggs en el Manchester United.


Su retirada fue el inicio de una larga trayectoria en los banquillos. Dirigió al ADO La Haya, Feyenoord y al Real Zaragoza, en donde dejó su sello de grande antes de dirigir al Real Madrid.


Dejó momentos memorables con frases llamativas. La lista es larga y pese a que los años han pasado, nadie las ha olvidado: "Fútbol es fútbol"; "punto es punto"; penalti es cuando árbitro pita"; "ganar es mejor que empatar y empatar es mejor que perder"; o "el fútbol es imprevisible porque todos partidos empiezan cero a cero", son ejemplos de una simplicidad genial que definieron su personalidad.


Tras su salida del Real Madrid, en 1982, aún siguió entrenando. Lo hizo en el Sporting de Gijón, Ascoli, Sampdoria, Roma, Nápoles, Servette suizo, Perugia y, finalmente, en la selección yugoslava hasta el año 2000. En ese tiempo consiguió alcanzar otra final de la Copa de Europa, con el Sampdoria, y volvió a ser derrotado, esta vez por el Barcelona en Wembley. También hizo debutar a Francesco Totti, un 28 de marzo de 1993, en Roma, cuando tenía 16 años. Tenía buen ojo.


Boskov acabó como fue él. Con 82 años, participaba en las redes sociales. Tenía una cuenta en Twitter. Allí dejaba sus frases, como lo hizo en el Real Madrid. La última, data del 25 de abril: "Tengo aún pequeños problemas con las diabluras tecnológicas de Internet. Volveré pronto con mis twits". No tuvo tiempo. Se fue sin poder dejar más líneas. Su "fútbol es fútbol" le define. Él fue fútbol.