Siempre Azón

Siempre Iván Azón. Cuando peor lo ha pasado el Zaragoza reciente, ahí ha estado el canterano. Con su empuje, con su esfuerzo… Con el corazón que este domingo volvió a rescatar al equipo en una tarde angustiosa. De preocupación. Sobre el verde y entre los aficionados, que por momentos estallaron contra la propuesta general y determinados jugadores en particular.

Nos cansamos de hablar de Bakis, de su interminable sequía goleadora, pero lo de este domingo fue un paso más allá. Por su escasa pujanza. Por una indolencia que contrastó con lo que vimos en su compañero de ataque.

Azón corrió por los dos. Volvió a demostrar que la voluntad compensa muchas carencias. Que las limitaciones técnicas se pueden suplir con esfuerzo. Con la energía que trajo el empate en el momento más complicado del encuentro, en ese tramo al comienzo de la segunda parte en el que el Elche pudo -debió- sentenciar al Zaragoza.

El ‘9’ fue lo único a lo que agarrarse. El sostén de un bloque sin ideas ofensivas, más allá del balonazo en largo hacia un delantero que este domingo, a pesar de vivir alejado del área, se inventó un golazo de épica. El tanto que aleja algo al conjunto aragonés del descenso, pero no tapa las penurias globales.

Y es que el Real Zaragoza de Víctor Fernández no difiere tanto de lo anterior. Es otro quiero y no puedo. De mejores intenciones pero similares resultados, como se aprecia en el balance de 5 puntos de 15 posibles que el técnico ha sellado desde su llegada.

¿Asegura esa media la salvación? Probablemente, no. Hay que sumar de tres en tres, empezando por las próximas visitas a Huesca y Leganés que, por otra parte, se afrontarán con la losa de no haber ganado un partido a domicilio desde el 5 de octubre, que se dice pronto.

Por entonces pocos imaginaban que a estas alturas estaríamos hablando de descenso. Así es el fútbol. Y el del Zaragoza, a falta de aquella finura de la que se presumía cuando se confeccionó la plantilla, ahora vuelve a depender del coraje de Azón. Siempre Azón...