Jefe de la sección de Deportes de HERALDO DE ARAGÓN

Real Zaragoza: Un equipo con otro aire

Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Carlos Gil Roig - Prensa 2

Corren aires nuevos en el Real Zaragoza. Realmente no se podía caer mucho más bajo tras el final de la etapa de Fran Escribá, pero el impulso que le ha dado Julio Velázquez al equipo está siendo notable. En su estreno en Albacete, eso sí, se vio un equipo absolutamente muerto. Tras ese preocupante estreno –apenas había podido estar tres ratos con sus nuevos pupilos– se está viendo otra cosa. 

Los dos rivales eran de aúpa, un Leganés líder indiscutible y un Espanyol que es el gran candidato al ascenso. Se corría el riesgo de empezar con un 0 de 9 puntos posibles que podría haber condicionado el periplo del nuevo técnico en La Romareda. Sin embargo, sale reforzado de estos dos envites. Entre pepineros y pericos al Real Zaragoza de Julio Velázquez le han creado alrededor de media ocasión de gol.

El conjunto aragonés, con su nuevo técnico, tiene una virtud bastante valiosa en esta Segunda División, que es la de minimizar a los contrarios. Está ordenado, firme, concentrado y serio atrás. Sin el balón muerde, siempre tratando de incomodar el partido al contrario. Los conceptos tácticos que ha introducido Velázquez al equipo han logrado potenciar algunas de las virtudes de sus jugadores, y eso que la materia prima con la que cuenta desde que llegó está seriamente dañada por la larga lista de bajas. 

Frente al Espanyol pensó que lo que funciona bien es mejor no tocarlo y dio continuidad al equipo y al esquema con tres centrales con el que sorprendió en su debut en La Romareda. En Cornellá también funcionó, porque en la primera parte se vio un Zaragoza cómodo en un escenario donde lo normal es estar inquieto. La salida en la segunda no fue buena, pero luego hubo ambición con un jugador más. Empató y pudo ganar.

Pero sobre todo, desde la llegada de Velázquez se ve otra actitud sobre el césped. Este Real Zaragoza aprieta al contrario y tiene intención de hacer daño con el balón, aunque su caudal ofensivo siga sin ser extraordinario. Este viernes, al menos, además del gol se pudo ver un remate al poste de Sergi Enrich y un misil de Toni Moya que no fue el gol de la jornada por medio metro. La actitud y la implicación de los jugadores realmente es otra, lo que da esperanzas a un aficionado que empieza a pensar que igual todavía hay partido.

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