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Real Zaragoza: cuando dos goles no son suficiente para ganar

Por segunda semana consecutiva, el equipo de Fran Escribá desaprovecha una renta de dos tantos para conseguir una victoria que tenía en la mano. Frente al Eibar, incluso, fue incapaz de conservar el empate

Fotos del partido Real Zaragoza-Eibar en La Romareda.
Un aficionado se tapa la cara, durante el partido del Real Zaragoza ante el Eibar.
Toni Galan

¿Cuántos goles necesita el Real Zaragoza para ganar un partido?¿Cuál tiene que ser la renta para intuir que, salvo una extraordinaria mejoría del rival, los tres puntos serán para el equipo de Fran Escribá? Este sábado, por segunda semana consecutiva, el conjunto aragonés volvió a dejar claro que, por increíble que parezca, dos tantos no son suficientes para conseguir la victoria.

Desaprovechar una ventaja de estas características no es una cuestión menor, independientemente de la modalidad deportiva y de la categoría del partido. Pero, en esta vulgar y mediocre Segunda División, donde el Real Zaragoza lleva ya atascado más de una década, la gravedad del asunto cobra, incluso, una dimensión mayor. ¿Se imaginan a un equipo de baloncesto que tire sistemáticamente por la borda un marcador favorable de 20 puntos al descanso?

A lo largo de esta durísima travesía por Segunda, el equipo aragonés ha padecido a infinidad de rivales que, sin demasiados argumentos ofensivos, tuvieron la habilidad de adelantarse en el marcador. ¿Cuántos de ustedes, ante el más que previsible cerrojazo del rival, predijeron aquello de: "A ver cómo les hacemos un gol ahora..."?

Dicho de otra manera. ¿Cuántos de ustedes tuvieron esa sensación de que, con 2-0, jugando en casa, respaldado por más de 24.000 fieles, el Real Zaragoza era ese bloque infranqueable que tantas veces había tenido frente a él? En La Romareda, según avanzaba la segunda mitad, no eran pocos los que se temían lo peor. Un síntoma de máxima gravedad.

Digerido ya el dramático final de Gijón, el público era una afición intranquila pero feliz. A pesar de que el Zaragoza fue superado notablemente por el Eibar en el primer tiempo, los de Fran Escribá sí habían tenido esta vez la habilidad y el talento de hacer algo tan simple en el fútbol como rentabilizar sus ocasiones. No importa llegar poco al portal rival, si tienes dos ocasiones y las metes...

Salta a los ojos que, hoy por hoy, el Eibar es mejor equipo que el Real Zaragoza. Al menos, más trabajado, con los automatismos más interiorizados en unos jugadores que saben en todo momento qué hacer y, sobre todo, por qué tomar una u otra decisión. Pero encajar tres goles en 25 minutos (ese es el tiempo que transcurrió entre el primero y el tercer gol visitante) son palabras mayores.

No solo denota falta de solidez en una defensa que, esta vez con Jair como protagonista, sigue cometiendo errores impropios de futbolistas profesionales. También refleja la preocupante falta de fútbol que posee un equipo incapaz de guardar el balón, de hacer que no pasen cosas sobre el césped, de arrinconar al adversario lejos de su propia portería. En definitiva, de competir con las garantías y la solidez que se le presumía hace no demasiado tiempo al bloque de Escribá.

Hace ya mucho -demasiado- que La Romareda no celebra un triunfo con los suyos. Hacía calor el 3 de septiembre, cuando se ganó al Eldense. Por aquel entonces, el 2-0 sí era garantía de éxito.

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