Una solución de última hora ha hecho pública el Real Zaragoza de forma inesperada a escasos 20 minutos del cierre del mercado: la renovación de Miguel Puche hasta 2025 y el cambio de dorsal y condición del canterano de Tarazona, que deja de tener ficha de aficionado con el filial, el RZD Aragón, y pasa a ser jugador del primer equipo con todos los galones. Abandona el número 33 y pasa a ostentar el 25.

Puche, mediapunta que emergió el curso pasado en la plantilla profesional de la mano de Juan Ignacio Martínez 'Jim', ha convencido a Juan Carlos Carcedo durante la pretemporada y, dadas las especiales circunstancias del cierre del mercado estival en un hábitat anormal en todo el fútbol europeo, el club ha decidido cambiar su estatus en el vestuario. En cierta medida, cuando ya nadie esperaba este giro con el futbolista aragonés, se trata de la inscripción en La Liga de un 'nuevo fichaje', aunque de facto no lo sea y se trate simplemente de la promoción interna de un nuevo producto del fútbol base de la Ciudad Deportiva. 

Que Puche sea anunciado con el dorsal 25 destila a bote pronto alguna lectura singular. Ese número está reservado por la normativa de La Liga para uno de los tres porteros que cada equipo puede inscribir en su reparto profesional (las fichas que van del 1 al 25). Los otros dos números obligados para porteros son el 1 y el 13. Hay una excepción: que un club solo disponga de dos porteros y, simultáneamente, acumule un número de fichas de jugadores de campo que obliguen a utilizar ese 25 para uno de ellos. 

Esto deja entrever dificultades para liberar más fichas, con el atasco quizá definitivo de esas piezas a las que se quería dar salida y al final no ha sido posible: Lasure, Narváez, Petrovic, Larrazabal... Al cierre del mercado, en breves minutos (a las 00.00), se podrán extraer las consecuencias exactas de todo esto.