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Pichi Alonso: "Era un delantero pillo y listo, con olfato de gol"

Pichi Alonso es el delantero con mejor ratio de goles por partido de la historia del Zaragoza junto al fallecido Joaquín Murillo. 

Pichi Alonso, en las gradas del estadio del Levante durante su etapa como comentarista.
Pichi Alonso, en las gradas del estadio del Levante durante su etapa como comentarista.
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Marcelino Martínez, el ariete de Los Magníficos, marcó siete goles más que él, pero también jugó casi el doble de partidos. En lo que casi nadie iguala a Ángel ‘Pichi’ Alonso (Benicarló, 17 de diciembre de 1954) en la historia del Zaragoza es en eficacia, en su ratio de goles por partido (0,58). Solo Joaquín Murillo (0,60), por muy poco, le mejora. Pichi, llegado a un Zaragoza roto en Segunda en 1977, quedó grabado para siempre como un artillero copioso y regular: nunca bajó de 15 goles.

Fichó jugando el Zaragoza en Primera y cuando se puso su camiseta estaba en Segunda.

Yo jugaba en el Castellón en Segunda y en febrero, más o menos, el Zaragoza se interesa por mí y por uno de los centrales del equipo. Tenía opción de fichar a uno o a los dos. Al final, me cogen a mí. El Zaragoza estaba en Primera, pero unos meses después acabó descendiendo. Así que me incorporo en Segunda. Yo me casé el 15 de julio de 1977 y el 21 empezamos la pretemporada en Sabiñánigo. Pero el 1 de agosto me tenía que ir a Toledo a hacer dos meses a hacer las Milicias Universitarias (la mili para titulados universitarios). Al final, mi incorporación fue en octubre.

Llega aun equipo desplomado en Segunda después de un ciclo de esplendor con Los Magníficos y Los Zaraguayos. ¿Percibió ansiedad por ascender o una tensión extraordinaria?

Yo era un jugador desconocido. No era un fichaje de relumbrón. El Zaragoza había caído en Segunda pero es cierto que mantenía aún jugadores como Arrúa, García Castany, Oviedo… Sí sentíamos la necesidad de subir. Era un equipo que venía de grandes logros en los años previos.

¿Cómo fue el ascenso a Primera con Arsenio?

Empezamos mal el año. Cuando cogimos la marcha, el equipo fue para arriba. Ascendimos matemáticamente creo que el día de San Jorge. Subimos a falta de cuatro o cinco jornadas, como líderes destacados, y recuerdo al campo pitando y sacando pañuelos porque se quería algo más que el ascenso. Querían que jugáramos mejor al fútbol. Arsenio Iglesias, de hecho, no continuó pese a subir.

Es muy llamativo esto que cuenta.

La gente era exigente, pero conmigo fue muy agradecida. Siempre me trataron de maravilla. En Zaragoza fue donde me empecé a hacer un nombre de verdad en el fútbol español y a darme a conocer. Fui titular indiscutible, capitán y metiendo goles todos los años. Fueron cinco temporada maravillosas, incluso con fútbol de gran nivel, como la temporada con Leo Beenhaker. Jugabamos muy bien, pero defensivamente no éramos un equipo equilibrado.

Pichi Alonso, Valdano y Amarilla. Eso es un tridente con todas las letras.

Recuerdo que fuimos a jugar al campo del Barcelona, y entre los tres llevábamos tantos goles como el Barça. Era un delantera muy potente y goleadora. La mentalidad de Leo era muy ofensiva, quizá por eso nos desestabilizábamos atrás. Ese año creo que fuimos incluso líderes, empezamos muy bien, aunque acabamos casi sufriendo.

Gol de Pichi Alonso
El tridente del Zaragoza 81-82: Valdano, Amarilla y Pichi Alonso
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¿Qué tipo de delantero era Pichi Alonso?

Tenía olfato de gol, intuición de dónde iba a ir el balón. Era un buen rematador de cabeza a pesar de que no tengo una gran altura. Era pillo y listo, sabía moverme por los espacios. Yo incluso había sido interior antes, de infantiles, jugando en el colegio en Benicarló. Yo era un año más pequeño que todos y jugaba de delantero centro. Al año siguiente, pasaron todos al juvenil y yo no pude por reglamento. Entonces, me reconvirtieron a interior y creo que entonces me hice futbolista, un jugador de tocarla más y combinar.

Es el segundo máximo goleador de la historia del Zaragoza en término absolutos tras Marcelino, pero el más eficaz de todos junto a Murillo, el que más goles por partido jugado ha marcado.

Sí. Por ahí anda Murillo también. El primer año metí 22 goles en Segunda incorporándome dos meses tarde.

No bajó de 15 goles por temporada.

Hubo un año que marqué 15 sí, pero es que el equipo creo que metió 31 solo.

Tuvo en el Zaragoza a dos entrenadores señalados como innovadores y modernizadores: Vujadin Boskov y Leo Beenhaker. ¿Qué aportaron al fútbol del equipo?

Boskov transformó los entrenamientos. Hacíamos ejercicios de pases con la mano, con la cabeza… Juegos que no se hacían aquí. Se hacían ejercicios muy dinámicos, formas de jugadas… Era muy entretenido y motivador. Veías cosas nuevas. No era el típico entrenador de sota, caballo y rey. Leo Beenhaker era un gran lector del juego. Tenía una tendencia muy ofensiva. Me acuerdo que en uno de sus primeros partidos jugamos en el campo del Betis y tenían a Gordillo de lateral izquierdo, un avión por la banda. Todos los entrenadores le ponían un marcador, o un centrocampista más. Cuando Leo da la charla y no dice nada de Gordillo, se lo advertimos: “Ojo, que sube bastante y centra”. “¿Y?”, respondió. Nos dijo que cuando subiera Gordillo el punta cayera a ese espacio, a su espalda, cuando recuperáramos el balón, para hacerles daño. Su mentalidad era diferente. Aunque creo que a los 3 minutos o menos Gordillo subió, centró y el Lobo Diarte nos marcó. Pero era distinto más allá de eso. La mayoría jugaban a contrarrestar y él a sacar provecho de esa virtud del rival.

¿Cómo era Nino Arrúa?

Cuando yo coincido con él, está ya muy tocado físicamente. Pero era un grandísimo futbolista. Recuerdo que Nino me tenía mucho aprecio. En el año del ascenso, a falta de dos jornadas, yo estaba luchando por el Pichichi. Pues Nino se quedaba delante del portero y se esperara a que yo llegara para que marcara.

Metió 5 goles en la goleada (8-1) histórica al Espanyol. ¿Fue su gran día en el Zaragoza?

Siempre que alguien mete cinco goles, salgo en los reconocimientos, sí. Hay pocos jugadores que hayan marcado cinco en un partido. Es bonito tener un ‘repóker’. También le metí un ‘póker’ al Burgos. Luego se hicieron muy famosos los tres que le metí al Goteborg en Copa de Europa con el Barcelona.

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