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'Misión Cádiz': acabar con más de 4 horas y tres cuartos sin marcar a domicilio

Desde Lugo, el 9 de febrero, cuando Guitián marcó el 1-2 en el minuto 72, el Real Zaragoza no hace gol fuera de casa: se quedó a cero en Pamplona, Granada y Mallorca, 288 minutos.

Guitián celebra el último gol marcado fuera de casa por el Real Zaragoza en lo que va de liga: fue el 9 de febrero en Lugo. (detrás, le siguen Verdasca, Linares y Aguirre).
Guitián celebra el último gol marcado fuera de casa por el Real Zaragoza en lo que va de liga: fue el 9 de febrero en Lugo. (detrás, le siguen Verdasca y Linares).
Mero Barral

El partido del próximo lunes en Cádiz es para el Real Zaragoza un desafío. Un reto más allá de lo global que, como cada partido oficial, pasa por ganar y, en la liga, sumar los 3 puntos en juego. Para lograr vencer en el estadio amarillo, los de Víctor Fernández necesitarán, obligatoriamente, marcar al menos un gol en las porterías del Carranza. Y eso, justamente, es un mandamiento al que los antecedentes vigentes convierten en un objetivo mayor.

Estratéticamente, puede hablarse de una 'Misión Cádiz' porque el Real Zaragoza de hoy en día debe, como sea, acabar con más de 4 horas y tres cuartos sin marcar un solo gol a domicilio. Así es por lo sucedido en los partidos que se han jugado lejos de La Romareda desde el 9 de febrero hasta ahora.

Ese sábado lluvioso y frío de invierno en Galicia, en el Anxo Carro de Lugo, el equipo zaragocista brindó a los suyos y celebró con alborozo en su seno la consecución del último tanto en un desplazamiento. Fue aquel de Guitián, que supuso el 1-2 ganador cuando transcurría el minuto 72 de aquel duelo en la ciudad amurallada lucense. 

Tras aquel gol, el Real Zaragoza se quedó ciego ante los porteros cada vez que jugó en terren ajeno, incapaz de ver puerta en Pamplona, Granada y Mallorca.

O sea, 270 minutos (sin contar los aumentos) en esta trilogía consecutiva, más los 18 últimos del choque en Lugo, hacen 288 a oscuras

Eso son más de 4 horas y tres cuartos de juego real sin que el Real Zaragoza haya sido capaz de obtener un solo rédito en la materia nuclear del fútbol: el gol. Perdió 1-0 en casa del Osasuna; 1-0 en Los Cármenes ante los granadinos; y 3-0 hace unos pocos días en Son Moix frente a los mallorquines. 

Así que Cádiz, los palos del Carranza, se convierten en un objetivo de alto valor superlativo para los intereses zaragocistas en esta próxima jornada, ya la 33ª de liga, en la cuenta atrás de 10 para la conclusión del torneo. No es sano estar tanto tiempo sin saborear la miel del gol fuera de casa. Es sinónimo de problemas. Equivale a la imposibilidad absoluta de salir ganador de cualquier lugar. 

Así que los muchachos de Víctor Fernández han de poner los cinco sentidos en tal fin, en tan suprema tarea futbolística, la de batir al guardameta adversario de vez en cuando, sobre todo una vez, la que rompa con esta tendencia tan preocupante que sigue activada desde el último cuarto de hora de Lugo. 

Se da la circunstancia de que, precisamente en Cádiz, donde el Real Zaragoza volvió a jugar en las dos últimas temporadas una vez que los andaluces regresaron al fútbol profesional de plata después de un largo tramo de purga en Segunda B, el equipo aragonés no ha logrado anotar en sus dos visitas recientes. El año pasado cayó por 2-0 y el anterior por 3-0. Así que el carácter de la encomienda adquiere un grado de dificultad, a priori, importante, al margen de que los gaditanos sean los sextos clasificados y vivan, por ello, en zona de Promoción de ascenso, lo que eleva el hándicap del compromiso.

Cuando el balón ruede el lunes por la noche en Cádiz, habrán pasado 59 días desde aquel gol de Guitián en Lugo. Prácticamente 2 meses de inanición goleadora como visitantes. Conviene acabar con esa patología en el Carranza. Por motivos obvios. Esta es la misión. 

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